Gusto personal (Serie TV). No Jong-chang, Ficha técnica y crítica.

 


El copyright de las imágenes pertenece a sus autores

y/o las compañías productoras y distribuidoras

Se utiliza para favorecer la identificación del film


UNA MAS DE LA NUEVA OLA COREANA, PROTAGONIZADA POR DOS DE SUS MITOS: LEE MIN-HO Y ON JE-HIN.



Ficha de identificación:


Título original: Gae-in.eui chwi -hyang (Personal Taste) Serie coreana
País: Corea del Sur
Año: 2010
Temporada 1; 16 capítulo; duración: 60/70  minutos
Disponible en Youtube
Género: Dorama contextualizado en los grandes conglomerados en los que compiten poderosas firmas de arquitectos

Equipo técnico artístico:

Creador: Lee Se-in
Dirección: Noh Jong-chan (opera prima); Son Hyung-suk  (2 Weeks, 2013; Lookout, 2017)
Guion: Park Hye-gyung, David Bannon
Música: Younha, Kim Tae.wook, Seeya

Productor: Han Hee
Compañía productora :Lee Kim Productions; distribución: Munhwa Broadcasting Corporation. Medio de difución: MBC TV


Elenco artístico:


Lee Min-ho: Jeon Jin-ho
Son Ye-hin: Park Kae-in,
Kim Nam-gil: Hombre sentado en un café (artista invitado)
Kim Ji-seok: Han Chang-ryul,
Wang Ji.hye: Kim In-hee,
Na Hye-mi: Choi Eun-seo,
Yun Eun-hye: You Eun-soo,
Lim Seul-ong: Kim Tae-hoon,
Yo Eung-ji: Lee Young-sun,
Ryu Seung-ryong: Director Choi Do-bin,
...

Sinopsis:


'Gusto personal' nos cuenta una historia íntima con una derivación romántica de unos jóvenes, guapos, ricos y famosos, pero que tienen, en mayor o menor grado oculta en su interior, una herida profunda, generalmente asociada a la pérdida de un referente paterno o materno filial. Park Gae-in, es una mujer de 28 años, hija de un arquitecto famoso y una diseñadora de muebles que fallece de forma traumática, afectada por una gran inseguridad que la conduce a una baja auto-estima, y que busca el reconocimiento y el cariño de su padre, que trabajada lejos de Corea, en Inglaterra; su inseguridad la lleva a la bancarrota, debido a que un amigo ha pedido un préstamo a su nombre, que la chica ha avalado con su propia casa, un edificio singular, protagonista de esta historia, llamado Sanggojae. Su novio Chang-ryul la deja para casarse con su mejor amiga, Kim In-hee, inquilina de la célebre casa. A esta ejército se une  Jun Jin.ho (Lee Min-ho), un joven arquitecto, que necesita ganar un proyecto que pueda salvar su pequeña compañía en quiebra, al que le siguen los fantasmas del pasado, hombres cegados por el resentimiento y los celos de la época en que su padre vivía y triunfaba, que alquila la habitación en Sanggojae que deja libre Kim In-hee. En la relación entre arrendador y arrendatario surgen, desde el principio varios malentendidos, el más perturbador de su amistad, el hecho de que Jin-ho sea gay, una mentira que ha ido creciendo mientras surgía el amor entre ambos y que el chico no ha querido desmentir. La madeja se había enredado hasta tal punto por la intervención de otros intereses espurios, que era imposible que nadie saliera mal parado.


Lo que se dice:



La serie ha sido muy bien valorada por la prensa y el público que ha accedido a ella y ha dejado su opinión en páginas como Filmaffinity que publica una nota media de 7, basado en el voto de 191 lectores, una media que la norteamericana Imdbe eleva a 7,4, teniendo en cuenta las valoraciones de 3606 usuarios.


Crítica:


Apenas habían transcurrido 10 años desde que se emitiera por televisión la serie que reflejaba como pocas el momento fundacional de la 'Ola  Koreana' (Hallyu), en la década de los 90 del siglo XX, recién estrenada la democracia parlamentaria (1987) de la República de Corea, tras años  de invasiones y sometimiento de sus vecinos, China y Japón, y de una guerra fratricida que dividió el país en dos, con sistemas económicos, políticos y sociales diferentes (las dos Coreas, la del Norte, comunista, y la del Sur, una democracia al uso de las occidentales), Boys Over Flowers', que incorporaba un himno fundacional, el de los Kkonminam, hombres jóvenes que se preocupaban por el estilo personal y la moda, también llamados Pretty Boys, hombres bellos, (para algunos descendiente del bishonen japonés) cuando Lee Min-ho se pone al frente de un nuevo proyecto, como protagonista, que profundiza en la representación de la masculinidad suave (Soft Masculinity), hombre cuyo sex-appeal trasciende los límites del género o la orientación sexual, una circunstancia que se hace explícita en el mayor  malentendido del film y en el eco que este hecho tiene en uno de los grandes rectores de los conglomerados dedicados a la remodelación arquitectónica de grandes espacios públicos.

Si de manera explícita se hace patente la ambigüedad en la determinación del género del protagonista, de forma implícita, en el lenguaje de las imágenes se deslinda con claridad la oscuridad que rodea al personaje, especialmente en la apariencia física del joven arquitecto, un hombre que comparte características y actitudes tradicionalmente relacionadas con el género femenino (lleva grandes bolsos, a la manera que lo hacen las mujeres, usa indumentaria en la que predomina la fantasía, cuida su cutis, enseña a su compañera a hacer mascarillas, se viste con imaginación y elegancia, se lava y llava un peinado sofisticado), una afinidad con el otro sexo que desaparece en todo lo que tiene que ver con lo social y emocional ( el chico es dominante en las formas, cuando agarra a Kae-in con fuerza del brazo, un gesto muy repetido en el cine coreano, la carga a sus espaldas cuando ha bebido en exceso o se encuentra debilitada por cualquier causa...). Un planteamiento que los expertos dirían que afianza el binarismo de género y categoriza de manera dicotómica las actividades, comportamientos, emociones modales en masculino y femenino.* Raquel Simon insiste  en que los estudios de la masculinidad han tenido en su punto de mira las propuestas de la cultura pop coreana  (música, series, moda...) respecto a la construcción de dicha masculinidad, ya que el estudio del hombre y lo masculino se han convertido en un fenómeno global que parece desdibujar los límites de género, un constructo social frente a las características anatómicas indicadoras de sexo.

Ángel López en la 'Gramática femenina'** que escribió en 2005 con Ricardo Morant, ya constataba, al estudiar las relaciones del lenguaje y el sexo, que existen ciertas costumbres asociada al hombre y otras a la mujer, y el propósito de su ensayo era averiguar los rasgos del lenguaje cotidiano de los códigos masculino y femenino y analizar el comportamiento verbal y no verbal de las mujeres y los hombres. El cine coreano de la última década y la profusión de entrada en el mercado de todo tipo de obras durante la pandemia por razones que todos conocemos, ya se trate de películas de duración limitada o de largas series, ofrece un material inconmensurable, un trabajo de campo ilimitado, para quien quiera sumergirse en una de las áreas en las que la revolución tecnológica avanza con mayor rapidez, generando gran convulsión social y serios conflictos con los gobiernos; como observan estos especialistas que escudriñan el comportamiento humano, el género no es innato, sino 'que se crea por la repetición de actos socialmente aceptados como femeninos o masculinos'. Dijo Judith Butler: "La mujer nace, no se hace'. Sin embargo hasta hace poco no estaba bien visto que una mujer bebiera hasta caer muerta, mas quien se haya acercado a cualquier serie coreana puede constatar que esta norma no rige para la sociedad de este país. Las imágenes nos muestran a muchas de ellas bebiendo sin cesar, acumulando botellas vacías de soju, cerveza, pero también licores espirituosos, y volviendo solas a casa, sin ser conscientes del trayecto que deben seguir; pegan y les pegan, especialmente si el contrincante es inferior en fuerzas o tiene algún vinculo de dependencia de ellos o ellas. Pero hay algunas cosas que ellas no pueden ni deben hacer, y Jin-ho le hace una larga lista de ellas a Gae-in; ellos visten con trajes de colores y diseños fantásticos, pero, de momento, no llevan tacones, ellas  los llevan de aguja en el cine, mientras el kpop permite conocer al cinéfilo los roles de género, cómo actúan y se  relacionan unas y otros con los demás, y las fronteras se van diluyendo. Lo que está provocando serias dificultades para aceptar este modo de masculinidad suave en Occidente, que no acaba de asimilar el cambio generacional que se está produciendo en los países del sudeste asiático, las relaciones sociales entre sexos, que se está extendiendo a capas sociales cada vez más amplias, con indiferencia de si son binarios o no binarios.

Corea cuenta con buenos guionistas que escriben relatos apasionantes y diseñan personajes que lograr sacar adelante la historia implicando a sus fans en todo el mundo, que en definitiva son al fin consumidores de su industria tecnologicq, cosmética y gastronómica, porque como ocurriera en la revolución industrial en Inglaterra, en la que se implicaron los nobles y la corona, que invertían incluso en incursiones de piratería, para las que la reina extendía su patente de corso, es el estado y los grandes conglomerados los que realizan grandes inversiones en la música y el cine nacional, vendiendo, junto a sus boy-bands y sus girls-bands, sus modelos y sus ídolos, su industria automovilística, de tecnología telefónica, de software...Y son precisamente las mujeres occidentales las fans más incondicionales de este tipo de cine que todas las páginas valoran como a sus grandes clásicos, porque no rechazan el maquillaje de los hombres, su ropa colorida y extravagante, y el desleído primero y colorido brillante después de los cabellos masculinos, y las expresiones de lo que ellos llaman aegyo, amor bonito y encantador, que emana de  la ingenuidad y el encanto infantil, agradable y cautivador, considerado un atributo femenino, que se basa en el equilibrio entre la modestia, de que hace gala Gae-in, la dulzura, la ternura, la cortesía y la sumisión, gestionando sollozos, gemidos, mohines, que encandilan al aparentemente duro Jin-ho. El aegyo se incorpora a la nueva estética masculina manufacturada, sin  que el hombre deje de mostrar una actitud dominante y masculina, que se suma a un nuevo concepto de belleza diseñado por las compañías y los medios de comunicación for men. Lee Min-ho, cumple con todos los requisitos que se exigen a este hombre nuevo, aunque añade su peculiar modo de afrontar su personaje: es con frecuencia tosco e incluso impenetrable, pero deja ver, a través de su mirada, que tanto gusta a los realizadores, lo que bulle en su cerebro, y llega mucho antes que sus homólogos al contacto físico con la mujer que ama, osando incluso desvestirla en pantalla. Algo está cambiando en el cine actual asiático, cuando se produce para las masas y no para las élites, sin que ello suponga una caída de la emoción y  la tensión. Recordemos dos películas apasionadas como pocas: 'Crash Landing on You' y 'Something in the Rain'.

Lee Min-ho goza de una partner de lujo: Son Jae-in, que ha trabajado con otros actores de primera línea del cine contemporáneo de Corea: Hyun Bin y Yung Hae-in. Ambos, acompañados de un elenco de secundarios nada despreciable, llevan sobre sus espaldas el peso de esta historia, y no defraudan al espectador, manteniendo una tensión constante y haciendo disfrutables cada uno de los 16 episodios, llenos de malentendidos, algunos difícilmente justificables. Un trabajo que los ha hecho merecedores de una fama que pocos actores orientales habían conseguido nunca, y que lanzan a los espectadores a una búsqueda constante de las películas en las que han intervenido; unos reflexionaran sobre el impacto visual de unas imágenes que están provocando que muchos hombres, el día de su boda acudan a la peluquería, no sólo a que les corten el pelo y los peinen, sino a que los maquillen y les pinten los labios y los ojos. Algo está empezando a cambiar en estos países. En 'Gusto personal' no sólo Lee Min-ho mantiene la ambigüedad respecto a su propia orientación sexual, ante una cámara que actúa como un narrador objetivo que hace dudar a los que se hallan a un lado y otro de la pantalla de su sinceridad, sino que convierte a un secundario importante en un verdadero gay enamorado del protagonista.

Podéis ver la serie en Youtube, con un poco de paciencia.


* Repercusiones sociales de género de la Ola Coreana (Hallyu). Raquel Simon Eiras.Universidad autónoma de Barcelona. Facultat de Traducció, i D'Interpretació, Grau d'Estudis d'Àsia Oriental.
**Gramática Femenina. Angel López García y Ricardo Morant. Cátedra Ediciones, 2005.



Comentarios

Entradas populares