Sexo/vida (Miniserie TV). Stacy Rukeyser. Ficha de identificación y crítica.

 


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PODEMOS TENERLO TODO PERO NO AL MISMO TIEMPO. (Betty Friedman)


Ficha de identificación:


Título original: Sex/Life
País: Estados Unidos
Año: 2021
Temporada 1; episodios 8; duración:
Género: drama erótico

Equipo técnico-artístico:


Creador: Stacy Rukeyser; 
Dirección: Patricia Eozema, Jessika Borsiczky, Sheree Folkson, Samira Radsi
Guion: BB Easton, Stacy Rukeyser, Jessica Borsicky, basado en la novela de BB Easton
Casting: Denise Chamian
Dirección de Fotografía: David A. Makin
Música: Marc Isham
Edición : Janet Weinberg, Rebekah Fridman, Kelli Soll
Decoración del set: Liesl Deslauriels

Diseño de vestuario: Avery Plewes
Jefe de Departamento de peluquería: Nathalie Nelson
Jefe de Departamento de maquillaje: Kristin Wayne


Productor  Chrish Hatcher, Larry Robins
Productores ejecutivos  Jessica Borsiczki, Jordan Hawley, Stacy Rukeyser, J.Miles Dale
Diseño de producción: Britt Doughty
Compañías productoras: Demilo Productions; distribuye Netflix


Intérpretes;


Sarah Shahi: Billie Connelly,
Mike Vogel: Cooper Connelly,
Adam Demos: Brad Simon,
Margaret Odette: Sasha Snow,
Phoenix Reich: Hudson,
Jonathan Sadowski: Devon,
Li Jun Li: Francesca,
Amber Goldfarb: Trina,
Meghan Heffern: Caroline,
Joyce Rivera: Olga,
Jennifer Dale: Mrs. Mann,
Hrant Alianak: Mr. Man,
Hannah Galway: Emily,
Alex Paxton-Beesley: Judy,
Kossisko: Kossi,
David Collins: Lead Partner,
Lauren Collins: Ms. Brenda,
...


Sinopsis:


La historia de un triángulo amoroso entre una mujer, su marido y su pasado, que da una buena mirada a la amistad y el deseo femeninos.


Se encuentra, según rankings FA entre las 144 series mejores de 2021.


Lo que se dice:


La clase dominante surgida de la revolución burguesa fue vista por el cineasta español Luís Buñuel como una especie hipócrita e inmovilista (El Ángel Exterminador) , y exhibe estas cualidades tan pronto como le dan una oportunidad. Cuando hicimos la crítica del film de David Frankel, 'El diablo se viste de Prada', expresamos nuestra opinión en este tema, y su reflejo en las artes literarias, plásticas y visuales, sirviéndonos del análisis de Marcela Lagarde: ""El poder rechaza e inhibe la feminidad como valor y ello se refleja en las relaciones afectivas y en los principios dominantes en los sistemas de liderazgo y gestión políticos, sociales, económicos y culturales. En los hombres se penaliza no sólo la feminidad sino la carencia de aptitudes para imponer los principios patriarcales basados en la rivalidad, la competencia y el no cuidado del otro. En los últimos tiempos los medios de comunicación han acuñado un término nuevo, que repetido hasta la saciedad logra penetrar en el imaginario colectivo: optimista antropológico=tonto. Sólo hay que escuchar , no  sólo oír, para entender qué se valora en el líder. El perfil del hombre-hombre, blanco occidental por supuesto, con dinero, rodeado de alguna belleza (Carla Bruni, Isabella Grecoraci...), de mediana edad, representa el modelo de estatus al que todos debemos aspirar, y "crecemos con el miedo y la angustia de no cumplirlo, puesto que además somos penalizados de diversas formas por no hacerlo. Sexismo, clasismo, racismo, homofobia, esteticismo, edadismo se generan desde este modelo como valores aceptados y practicados de forma ciega por la sociedad" (Marcela Lagarde 2005).  y Bueno, pues este modelo de sociedad se reproduce fielmente en la serie que crea la directora Stacy Rukeyser: las mujeres son hermosas, radiantes gracias a su brilli brilli que se esparce desde la cabeza a los pies, su glamour de discoteca y su relación con hombres-hombres; ellas muestran sus senos, sus piernas y su trasero, ellos el culo los pectorales trabajados en el gimnasio, y en un momento determinado, el amante perfecto en este medio social nos enseña su sexo masculino que espanta hasta al marido de la protagonista por su longitud, una cualidad que satisface a una mujer que que lo que más desea en su vida es satisfacer su deseo de sexo, sexo y más sexo. Nada que ignoremos. Ni nada fuera del contexto de la sociedad más conservadora.


Está de más decir que la historia está poco desarrollada (Daniel d'Addario, Variety); que los actores dan pena, actúan con mezquindad y parece que se lo están pasando mejor que los espectadores (Brian Lowry, CNN) o que su empalagosa sexualidad borra su potencial (Paste Magazine). Parece que es más sincero quien afirma que la serie tiene cierta cualidad adictiva (Richard Roeper, Chicago Sun Times), un análisis que comparte Daniel Hart Ready (Steady Cut). Es un poco cansino escuchar tanto lamento que expresa los prejuicios frente a la idiosincrasia del grupo social al que pertenecen los creadores de opinión que observan estas actitudes cada día. Esta pacatería se observa en notas medias como la de la página española Filmaffinity, 4,7, basada en 689 votos, o 5,3 de la norteamericana Imdb, según la valoración de los usuarios que, con toda probabilidad disfrutaron de los 8 capítulos. Otra cosa es que no les guste verse reflejados o que sientan vergüenza de la cursileria de unos padres que asisten a las escuelas de sus hijos en las que hacen fiestas y pasteles.

Estamos habituados a la misogamia que destilan las series coreanas a pesar de su romanticismo que se traduce en una gran intensidad emocional, y ahora cuesta desplazarse a la otra orilla, la de la monogamia, defendida en sus  tesis doctorales por las dos cachondas y divertidas psicólogas que eligen para su entretenimiento a verdaderos machos de manual. La protagonista, Billie Connelli, no se debate entre una vida hogareña, compartida en una casa en el campo con su marido y sus hijos, o vivir al máximo, desarrollar sus capacidades intelectuales, buscar un puesto destacado en la sociedad y sobre todo vivir el sexo como si cada momento fuera el último día de su vida. Ella quiere tenerlo todo, y no solo el 85% de felicidad que proporciona la seguridad; el resto, el 15% puede quitártelo todo, pero le garantiza lo que ella llama en su diario 'el subidón del amor'. Yo me pregunto ¿Y quién no? Una psicóloga debe advertir a sus pacientes que sin sacrificio no hay beneficio. Tener todo es un mito, un oximoron: la seguridad es incompatible con la pasión, la emoción, el peligro, la excitación. Este es el dilema que constituye el núcleo central del relato. Frente a ella su víctima, el marido conservador que no ha tenido experiencias salvajes, y no entiende la reflexión de su mujer.

Billie, como cualquier otra persona,, sabe que nuestra vida no es única, que dentro de nuestra existencia se suceden distintas vidas, y lo quiere todo; al final se percata de que esto solo es posible podemos tenerlo en diferentes tiempos. Una realidad que esconde una paradoja: si ese 85% no coincide con una posibilidad de aventura que provoca el deseado subidón ¿ dónde está la excitación y el riesgo? si bien hay muchas cosas que pueden hacer crecer mariposas en nuestro estómago, y las causas varían con el paso del tiempo.  Ella y su íntima amiga, doctoras en el conocimiento del comportamiento humano ante el sexo, analizan las reacciones más frecuentes de la mujer americana: reprimirse ante una pasión surgida cuando nadie la esperaba, un comportamiento tóxico, con consecuencias adversas; librarse de las ataduras o buscar el equilibrio, la estrategia más común en su país. La cineasta Stacy Rukeyser, defiende, en un discurso de género muy provocativo, que las mujeres deben ser ellas mismas, aunque los demás se sientan incómodos. Sería difícil llegar a un acuerdo sobre la decisión final de la protagonista, una émula mediocre y pragmática, obsesionada por el sexo, de la heroina de León Tolstoi, Ana Karénnina; una mujer del siglo XXI que se mueve en la zona de copas de New York, y que busca quien mejor la satisfaga sexualmente . Creo que les espanta más la idea que la propia película que además, en efecto, es más adictiva que otra cosa, para una sociedad que carece de entusiasmo y busca desesperadamente satisfacer sus instintos. No hay que  alarmarse. Es lo que hay.






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