Ocho Reinas. Ficha de identificación. Comentario.

 




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CUANDO LA HISTORIA CON MAYÚSCULAS NOS AYUDA A ENTENDERNOS A NOSTROS MISMOS, PODAMOS IMPEDIR QUE SE REPITA ONO.

Desde el día 16 de Diciembre de un año que se termina, aunque no la pandemia que lo fija en el calendario, y el 9 de enero en el que las esperanzas de cambio son tibias.


Ficha de identificación:



Título original: 8 Reinas
País: España, Valencia
Año:  2011
duración: 90 minutos

Escritp y dirigido: Chema Cardeña
Música (en directo): Rebeca Ibáñez y David Campillos
Lengua: castellano


Reparto:


José Zamit: María Estuardo
Alfred Picó
Rafa Alarcón
Saoro Ferre
Manuel Valls 
Chema Cardeña: Isabel II de España
Jerónimo Cornelles 
Juan Carlos Garés


Historia de un recorrido argumental:


Ha pasado más de una década de la puesta en marcha, el año 2011, en la Sala Russafa, de la obra 7 Reinas. El éxito de público animó a prorrogar las funciones y ampliar el montaje, hasta que en 2012 Chema Cardeña dio a luz a '8 Reinas', una historia de mujeres poderosas, y, como consecuencia empoderadas. Ahora se celebra, en vísperas de Navidad y la llegada del nuevo año 2022, la nueva versión de 8 Reinas: María Estuardo, reina de Escocia; Isabel La Católica, reina de Castilla y Aragón; María Tudor, reina de Inglaterra; Cristina I de Suecia; Isabel II de Borbón, reina de España, representada por Chema Cardeña; Juana I de Castilla, La Loca, e Isabel I de Inglaterra, bajo la dirección de Chema Cardeña, autor también del texto, que nos hablan de temas que no se han  resuelto en nuestra sociedad.

El texto plantea las dificultades y los obstáculos que han de  esquivar las mujeres por el simple hecho de disfrutar del poder que ha sido monopolio de los hombres a lo largo de la historia. Sus miedos, sus fracasos y sus relaciones con un MUNDO creado y diseñado para el hombre, que continúa ostentando este privilegio. Es precisamente el análisis del papel de  la mujer  en la política y el gobierno de los estados, como gobernantes, no como mujeres consortes (alguien dijo al salir, terminada la función, que faltaba la Reina Sofía; evidentemente no había entendido en toda su profundidad lo que se planteaba), esposas de los reyes, que tuvieron la posibilidad de gobernar sus países en diferentes momentos de la historia, y especialmente en los dos últimos siglos de la historia de la humanidad, que vivieron sometidas a los prejuicios e imperativos de la idiosincrasia de su época, pero al mismo tiempo mujeres de su época y féminas con todos sus atributos: se enamoraron, fueron traidoras, traicionadas, espiadas y muchas veces menospreciadas.   

El número de monarcas femeninos no se amplió gratuitamente: cada una de ellas aporta un elemento que la relaciona con las demás, además de ser de alguna manera definidas por una canción que sitúa cada historia en un determinado contexto y en la forma de ser mujer, por lo que, según el autor, la presencia de un nuevo actor cambia la acción de los otros. María Tudor aporta un aspecto fundamental de las mujeres: la maternidad deseada, muchas veces obligada por la sociedad, y en su caso el deseo de poder y la defensa de su estabilidad en el trono; una reina estéril tenía los días contados, porque dar un heredero al trono era su primera obligación. Su lucha por ser reina antes que mujer la define.

La mujer nunca ha estado en condiciones de igualdad frente a los hombres. Se cuestiona toda, desde su ropa, sus expresiones o cu capacidad solo por el hecho de ser mujeres. Como si tuvieran el poder como un préstamo. No hemos cambiado y la lucha continúa.*


Comentario.








Los romanos antiguos decía: "Roma locuta, causa finita". Habiendo hablado el autor, los demás guardamos silencio. Pero esto no es del todo así. La diégesis la construimos entre todos, porque cada espectador establece un diálogo diferente con la historia que le están contando, según su propia experiencia y, en este caso, incluso, según sea hombre o mujer, o según su orientación sexual. Los personajes se sitúan en un escenario concebido con un espíritu funcional, minimalista, que no permite a los espectadores distraer su atención de los 8 hombres que van a representar a 8 mujeres, vestidos según la usanza actual masculina, sin extrapolaciones ni siquiera hacia una soft masculiniy o masculinidad suave, -trajes sobrios, corbatas, a lo sumo una camisa roja y una verde, que señalan alguna particular forma de actuar o vestir de la dama representada -; inmisericordes con los vicios de su personaje, su crueldad, sean católicas o protestantes, para enviar a sus enemigos al suplicio, el hacha noble del verdugo, la hoguera, o cualquier otro tormento de la época que se aplicaba a sus enemigos de alcurnia. Los pobres sufrían otro tipo de tormentos inenarrables. Pero en el subtexto había algo profundo que me llegó a mí como mujer: estos 8 hombres  se expresaban en torno al sexo, la líbido, el deseo, el abuso del que estaba  bajo su dominio, como hombres, dejando en evidencia las limitaciones que las mujeres soportaban y soportan hoy día cuando desean actuar como los hombres en un terreno que tienen vedado. Marx y Engels hablaron de la familia, la propiedad y el estado, y dejaron claro cuál era la función de la mujer dentro del matrimonio: dar hijos 'legítimos' a un marido que no podía dudar de su paternidad.

Hoy las cosas han cambiado, la mujer parece haber dado un paso adelante. Pero como dice Chema Cardeña "se cuestiona toda, desde su ropa, sus expresiones o su capacidad solo por el hecho de ser mujeres. Como si tuvieran el poder como un préstamo. No hemos cambiado y la lucha continúa." Las reinas representadas sabían que eran objeto de mofa a sus espaldas, pero eran conscientes, y de ahí la elección del autor de mujeres que gobernaron y tuvieron el poder de enviar al cadalso a sus enemigos, de que nadie hubiera osado expresar su desprecio y convertirlas en víctimas como consecuencia de sus debilidades y actitudes desviadas de la norma, en su propia cara (imagen hilarante de los hombres, que representan a sus doncellas, riéndose de María Tudor a hurtadillas). Las mujeres actuales que han sufrido cualquier tipo de acoso por su actitud liberal y en defensa de sus principios de igualdad, pero  esta vez desempoderadas, saben que esto es así, que son menospreciadas no sólo por los representantes del sistema de derechos que debiera protegerlas, sino de sus propias compañeras de batalla. Este sentimiento más lo que destilaban esos ocho hombres que hacían de mujeres, me hicieron sentir una mujer completa. Gracias Chema, por dejarme soñar que alguna vez seremos de verdad iguales.

Si esta era la trama principal, Chema se despachó a gusto con otros subtextos de carácter más político que saben tocar el corazón de los espectadores y aluden a la construcción de preconceptos adquiridos en su trayectoria vital. Esta parte del texto, más las pequeña nota de distensión que añadía cada actor al final de la representación de su personaje, hicieron relajarse y disfrutar a un público cansado de tanta desgracia y negación de la misma. Mientras los teatros y los cines se vaciaban, y la economía se hundía, las calles se llenaban de hombres y mujeres que buscan el último regado por unos pocos euros, y hacen cola en los hospitales, dificultando el tratamiento de dolencias prioritarias. Es lo que nos ha tocado vivir, aunque yo, ayer, disfruté un buen rato, me reí hasta llorar y soñé que algún día los hombres y las mujeres serán iguales. Un año más Arden Teatre ha contribuido a hacer avanzar el pensamiento de los espectadores, ha demostrado que el teatro, como las demás artes, tiene función, y que Arnold Hauser tenía razón: sin esta función de hacer avanzar el pensamiento, no hay arte.


TENÉIS DE TIEMPO HASTA EL DÍA 9 DE ENERO PARA IR A VERLA. NO SE PUEDE PERDER UNA OPORTUNIDAD DE PENSAR DIVIRTIÉNDONOS.




*Entrevista a Chema Cardeña en la web: www.tea3,eu

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