Fuimos canciones. Juana Macías. Ficha de identificación y crítica.
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y/o las compañías productoras y distribuidoras
Se exhibe para poder identificar el film
UN ICONO DE LA SOCIEDAD LÍQUIDA QUE DEFINE ZYGMUNT BAUMAN, UN EJEMPLO DE ADANISMO Y SUPERFICIALIDAD DEL CINE INDIE QUE HUYE DE LA CONTEXTUALIZACIÓN ESPACIO TEMPORAL E HISTÓRICA DE SUS RELATOS, BASADOS EN NOVELAS ESCRITAS AD USUM DE CIERTA TRIBUS DE ADOLESCENTES
Ficha de identificación:
Título original: Fuimos canciones
País: España
Año: 2021
Duración: 111 minutos
Género: comedia indie romántica, a su manera
Dirección: Juana Macias
Guion: Laura Sarmiento, basada en la novela de Elisabet Benavent
Casting: Eva Leira, Yaël Moreno, Yolanda Serrano
Dirección de Fotografía: Pau Castejon
Música: Nuri Mendez Barrios
Montaje: Victoria Lam
Directora de arte: Solange Saban
Decoradora: Marta Machado
Coordinadora Covid: Maria Ángeles Picón Ayllón
Diseño de Vestuario: Isis Velasco
Maquillaje: Eli Adánaez
Jefe de peluquería: Manolo Carretero
Productores: Antonio Asensio
Productores ejecutivos: Paloma Molina, Jasmin Torbati (Netflix)
Diseño de producción: Sol Saban
Compañías productoras: Zeta Cinema; distribuye : Netflix
Reparto:
María Valverde: Maca
Alex González: Leo
Elisabet Casanovas: Jimena
Susana Abaitua: Adriana
Eva Ugarte: Raquel
Roger Berruezo: Julián
Ignacio Montes: Samuel
Artur Busquets: Jorge
Carlo Costanzia Flores: Coque
Sinopsis:
Maca (Maria Valverde) tiene 30 años y malgasta su talento trabajando como asistente de una influencer de moda, al tiempo que malgasta su tiempo con chicos, con los que se entretiene sexualmente en coches, sin comprometerse emocionalmente. Tiene dos amigas, Jimena (Elisabet Casanovas) y Adriana (Susana Abaitúa), que intentan rebajar la molestia de los problemas de su amiga, aunque los suyos quizá requieran la misma atención; Maca ha conseguid convertir Madrid una ciudad donde todo es posible , -¿Maca? -, y parece que le va bien hasta que reaparece un antiguo novio Leo (Alex González), el gran amor de su vida y su gran error, el hombre que destrozó su corazón, su autoestima y su fe en el género masculino.
Lo que se dice:
Aunque los lectores de Filmaffinity (2,215) deciden suspenderla claramente con un 4,1, el film no deja de tener su apoyo, como veremos en las publicaciones indies. Como hemos dicho ya en muchas ocasiones, cualquier texto contribuye a explicar el mundo que vivimos, que no entenderíamos bien si desconociéramos por completo que el país en que vivimos en el que, muchos critican el capitalismo, pero otros tantos buscan las mejores escuelas de negocios para convertirse en consultores, ejecutivos de grandes conglomerados y empresas, que se han visto defraudados en sus expectativas y que en el film aparecen convertidos en asesores de tres al cuarto de influencers de éxito. Sólo por eso, por muy tonta y superficial que sea la historia, vale la pena verla, desde luego no con una mirada crítica y creyéndose la publicidad que comporta, como hace Bashirat Oladele (Ready Steady Cut) que afirma que no es diferente a cualquier película romántica standard (habría que pedirle que definiera standard), y, para mayor abundamiento del entusiasmo amoldable a la forma del recipiente acaba afirmando que tiene más encanto, más conflictos interesantes y más climax en su desarrollo. Pues va a ser que no, ya que el indie se caracteriza por el control de las emociones, y si algo va en contra de esta pretensión es la elección de un joven de físico atractivo. Quienes no militan en esta estética de las nuevas élites lo ven claro. Jade Budowski , (Decider), siente que el romance central carece de lustre . Jennifer Green (Common Sense Media), es más dura y cree que es una copia de 'Sex and the City' , con menos encanto y exuberancia, a lo que añade que hay mejores versiones en streaming (quien todavía no perciba que ya hemos entrado en la nueva era es que le faltan reflejos, y curiosamente los formados para ser SEOS de los nuevos conglomerados, parecen no estar preparados, pero si resentidos y defraudados). Mucho más dura es la crítica de Santiago García (Leer Cine) que es el testigo de los intentos frustrados de este relato de ser espontáneo, sin incidir en otros aspectos negativos. La página norteamericana Imdb, como es habitual, y aunque solo sea por cortesía y no pecar de hostilidad hacia el trabajo de cualquiera realizador, eleva la medía a 5,4, basada en las valoraciones de 2,100 de sus usuarios.
Crítica:
Poco más que añadir a lo que ya he dicho. Formalmente sólo podemos destacar alguna ruptura periódica de la cuarta pared para apelar al público, un recurso televisivo que en algún momento el cine utiliza con algún motivo que tienen relevancia en la diégesis y que aquí se nos escapa. El final feliz no tiene nada que vez con un romance, más o menos deseado, sino con un epifanía femenina que descubre, junto con sus amigas que no será nunca feliz si no toma la dirección de su vida en el sentido que cada una haya deseado, ya sea optando por una pareja homosexual, ya sea por olvidar el pasado que nunca puede volver y reiniciar el amor con la persona deseada, o aceptando un puesto en Paris, aunque eso supongo romper con el antiguo amor con el que se ha iniciado una relación, con la excusa de una vendetta que ya debía haber superado. Una subida a la cuarta ola del feminismo actual sin pasión y sin pena ni gloria. Si esto es lo que quería contar desde el principio Juana Macías, basada en la novela de Elisabet Benavent no ha sabido controlar el timing del desarrollo de la diégesis y el resultado es plano y sin interés. Lo único que merece la pérdida de nuestro tiempo es contemplar la superficialidad de una sociedad que pretende ser la élite pero que resulta superficial y maleable, como el líquido en un recipiente, que se adapta a la forma del continente, con independencia del resultado.
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