La familia perfecta. Ficha de identificación, sinopsis, lo que se dice

 



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TODOS QUEREMOS VERNOS CUANDO MIRAMOS POR EL RETROVISOR, PERO HAY QUIEN NO LO CONSIGUE NUNCA.


Ficha de identificación:


Título original: La familia perfecta
País: España
Año: 2021
Duración: 110 minutos

Dirección: Arantxa Echevarría; director segunda unidad: Jorge Calatayud
Guion: Olatz Arroyo
Directores de Casting: Eva Leyra, Yolanda Serrano
Dirección de Fotografía: Pilar Sánchez Díaz AEC
Música original: Federico Jusid
Dirección de arte: Clara Ibarrola y Regina Acuña
Montador: Renato Sanjuan AMAE

Figurinista: Eva Arretxe
Diseño peluquería: ; Jefa de Peluquería: Rosa Ferré
Jefa de Maquillaje: Paula Cruz

Compañías productoras: Atresmedia Cine, Lazona Produccionesm The Snake Films, Mogambo; distribuye: Netflix


Reparto:


Belén Rueda: Lucía
José Coronado: Miguel
Gonzalo de Castro: Ernesto
Carolina Yuste: Sara
Gonzalo Ramos: Pablo
Jesús Vidal: Don Custodio
Pepa Aniorte: Amparo
Lalo Tenorio: Toni
María Hervás: Olmedo



 

Sinopsis:


Lucía (Belén Rueda) cree llevar una vida modélica y tener todo bajo su control. Es un ama de casa que abandonó su profesión, se recluyó en el ámbito privado del hogar, dedicando sus esfuerzos al cuidado de su familia y actividades sociales propias de su grupo. Todo comienza a derrumbarse el día en que su hijo le presenta a Sara y la lleva a su casa, un barrio marginal, muy marginal, y le presenta a sus padres. Sara es, por supuesto, joven, comprometida pero no en el sentido que da al término Daniel Bernabé en 'La trampa de la diversidad'. Y sí, tan pronto como Lucía entra en contacto con la familia de Sara, descubre que la familia perfecta no era la que ella pensaba; la trampa consiste en pensar que hay una familia perfecta y es la familia política de su hijo. Un ejercicio de demagogia insufrible, que alguna crítica ha osado definir como deconstrucción de modelos tradicionales ¿de familias patriarcales?


Lo que se dice:


La prensa se ha dividido, aunque apenas tiene repercusión en una nota media que publica la página española Filmaffinity, que la suspende claramente con un 4,3, de acuerdo con la valoración de casi 1000 de sus lectores. y la página Imdb, que publica una media algo superior de 5,5, basada en 482, usuarios. Elisa Fernandez Santos (Diario 'El País)  afirma que tras romper el tabú de la homosexualidad en el mundo gitano con 'Carmen y Lola', ahora Arantxa Echevarría le da la vuelta al mito de la suegra, olvidando que la suegra no es un mito, sino un 'cargo' en la institución del matrimonio, machacada por la sociedad porque hay que matar a la madre que ha cumplido la función de criar y educar al hijo para liberalizar a este de su protección (os aconsejo que escuchéis la canción de J.M.Serrat, 'Que va a ser de tí') lo que es fácil porque al hecho de ser mujer une otro handicap irreversible, que no se puede cambiar como  el género: se ha hecho mayor y es más vulnerable, pero aquí es ella, LA SUEGRA, la guapa, la lista y la elegante. Si los hijos no se quieren casar, las madres no quieren tener ningún título; para Federico Marín Bellón, (ABC) es un entretenimiento ligero. Para Ruben Moreno, (Cinemanía) un film sobre el empoderamiento femenino...


Crítica:


Es evidente que pocas veces me he equivocado tanto como cuando, en el análisis de Carmen y Lola, un film de bajo presupuesto que había llegado a las salas comerciales, predije que  Arantxa Echevarría tenía mucho que ofrecer al cine español y nos colocaba en la vanguardia de la renovación. Yo también había caído en la trampa de la diversidad, especialmente cuando, movida por el entusiasmo de un proyecto, mucho mejor que éste desde luego, dije que bebía tanto del cine independiente que nació en Sundance, ya sea en el formato o en la colocación de la cámara,  como del llamado 'cinema du corps', que practican Claire Denis, Marina de Van, Gaspar Noé, Bertrand Diane, Francois Ozon o Abdellatif Kechiche, un cine centrado en el cuerpo desde muy distintas perspectivas y miradas, no solo mostrando la corporeidad de una manera más abrupta y carnal, sino apostando por transgredir sus límites representacionales, o el denominado cine de los márgenes por el historiador de cine Luís E. Pares. Etxebarría supo en aquella ocasión contar una historia en la que coinciden diferentes formas de marginación, no de exclusión social. Si en algo se acerca en esta ocasión al cine del cuerpo ha sido en la elección de la protagonista principal sin duda,  Belén Rueda, tan espléndida y brillante, que parece que toda la historia ha sido concebida ad usum de la actriz, sin importar los valores que pisoteaba en el empeño; tenían razón pues los críticos cannoises (de Cannes) cuando advertían que el film era convencional, y quizá tan solo no sabían darse cuenta del valor que implicaba el presentar un caso de homosexualidad en un colectivo cerrado a cualquier diferencia.

Pero aquí chocamos de lleno con la modernidad de que hacen gala otros países, mucho más avanzados cultural e intelectualmente que los factótum de las artes escénicas españolas, que parece que se encuentran todavía en el Siglo de las Luces. Mientras la series coreanas, semana tras semana nos presentan jóvenes misógamos, que temen el matrimonio, especialmente porque cuando una pareja se casa no lo hacen en solitario, sino que se unen con su familia incorporada, y hay que ir a comer macarrones los domingos o fiestas de guardar, alternativamente, a casa de los padres de ambos. La simple idea les hace renunciar a compartir casa, aunque no formalicen un matrimonio o una pareja en los juzgados. Aquí no. Lo normal es que un  día el vástago de una familia se presente ante sus progenitores y les anuncie que se va a casar y toca ir a conocer a la familia de su prometida. Hijo de una familia burguesa, muy cultivada (la madre había sido directora de un Centro educativo; luego hablaremos de eso), y con servicio en casa y relacionada socialmente con los de su grupo, aterriza en un tipo de barrio que apenas frecuenta la policía. La novia es la típica choni que lo primero que espeta a su suegra es que es muy liberal y no va a hacerle la comida a su hijo , porque pase lo que pase, el joven seguirá siendo el vástago de la burguesa. A partir de ahí iremos viendo que no es tan fiero el león como lo pintan: que la chica trabaja en un gimnasio, la madre conduce un autobús, el padre tiene un taller, y su hermano es un cani. Todos ellos lucen vistosos tatuajes...A partir de ese momento ya nada tiene lógica y pasa lo que nadie puede imaginar, obviando que, con frecuencia, son más insalvables las diferencias culturales, que producen mas resentimiento, que las económicas. Pero al final nada de esto será un inconveniente, sino un affaire muy bizarro. Hablar de deconstrucción de modelos tradicionales, en este caso concretamente el constructo patriarcal del matrimonio, hablando en plata, por mucho que veamos a Belén Rueda con una tablet en la mano, abierta en la página de Tinder, es casi un insulto a la inteligencia, y nada de lo que ocurre en el relato es verosímil . Y no tiene nada que ver con las fricciones que se producen entre grupos de diferente estrato social, cultural y económico.

El uso de actores discapacitados para introducir notas de humor, a mi personalmente no me gusta; hacer chanza con ciertas cosas, como lo que comen en bodas u otras celebraciones porque es gratis y verbalizarlo no me hace ninguna gracia. Pero lo peor de todo es el cómo se contempla la educación y la falsa idea que transmite. Yo conozco la enseñanza pública muy bien porque he trabajado muchos años en ella, y no conozco nada la privada; que se puedan contratar profesores de distintas materias me consta que es así; en la pública se participa en oposiciones públicas y transparentes. Lucía acaba en un colegio en un zona obreras, en el que había sido directoras, lo que me hace suponer que debe ser un colegio religioso y no un bilingüe de alto standing,  en el que se contrata a los Jefes de Estudio e incluso a los directores, cargos a los que en la pública se accede por elección de los claustros. También todo lo que ocurre en este medio es marciano. Si se deconstruye una institución, se analizan los elementos que la integran y se procede a una reconstrucción que supera las contradicciones. ¿Qué ha hecho aquí Arantxa Echebarria?  Creo que se ha mentido y la imagen que cierra el film es mucho más irreal y menos enriquecedora, pero mucho, que 'El Mago de Oz', y lo peor es que no contribuye a nada en el imaginario colectivo y en un cambio de las ideas que el común de los mortales tiene de la institución del matrimonio

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