Las inclemencias del amor. Crítica final.

 



Ficha de identificación, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí)


EL BESO DEL COMPROMISO LLEGA CUANDO EXISTE LA EVIDENCIA DE QUE LA PAREJA HA ALCANZADO LA META, ES DECIR SE HA AFIANZADO ENTRE ELLOS ESO QUE LLAMAMOS AMOR, UN SENTIMIENTO SIN EL CUAL ES MUY DIFÍCIL SALVAR LOS ESCOLLOS DE LA CONVIVENCIA.


Es muy difícil valorar un obra producto de cualquier modo de representación sin verla acabada, algo, por otra parte nada inusual en otras representaciones de la realidad en las que el artista decide dejarla a medias, como ocurre con los esclavos de Miguel Ángel que iban a figurar en la tumba del Papa Julio II. Un libro o una película inacabada parecen inconcebibles, y al cambiar el formato de las obras audiovisuales, sustituyendo la película  (que como mucho puede durar cinco horas y, en consecuencia, se suele dividir en dos o más partes ), por las series televisivas (al final, sin que lo haya podido ver Umberto Eco, el autor de 'Apocalípticos e integrados' ), se impone el medio de comunicación por excelencia, la TV, que permite conocer lo que ocurre en el mundo al instante, y es más barato que el cine, el entretenimiento de los pobres de que hablaba Noël Burch, que no sólo divide sus historias en episodios, sino que recientemente dosifica las entregas y obliga al crítico a permanecer atento durante semanas para poder conocer el poder de seducción de los relatos y la eficacia de su puesta en escena.

Hemos venido hablando de 'Las inclemencias del amor',   dirigida por Cha Young-won y protagonizada por Song Kang, el actor preferido por diversos directores para interpretar al misógamo, por su gesto circunspecto y hierático, que transmite una forma de ser y estar en el mundo que desconcierta cuando ilumina su expresión con una sonrisa abierta, lo que acaba convirtiéndolo en un actor muy atractivo y a la vez creíble para abordar otro tema presente en la sociedad surcoreana: la preferencia de las mujeres por hombres más jóvenes que ellas, que, en ocasiones, trabajan en el mismo conglomerado, y se enamoran de quien no solo tiene menos edad, sino que, como consecuencia, se encuentran en una situación laboral dependiente de ellas. Esto ocurre también en series chinas como 'Meteor Garden'. De nuevo la madre de las mujeres se presenta como una casamentera que organiza citas a ciegas a las que se niegan a ir unas hijas que no sólo son independientes económicamente, sino que cuando salen de noche con las amigas beben hasta terminar tan ebrias que deben volver a casa en taxi, un servicio muy corriente en estos formatos. De este modo vemos que la Hallyu Wave, como en la década de los 60 del siglo XX la Nouvelle Vague francesa, opta por abrir ventanas al mundo y mostrarle el cambio sustancial que ha experimentado la  política, la economía y la sociedad de un país que ha sufrido constantes invasiones de sus vecinos japoneses, necesitados de suelo para ubicar a sus mas de 120 millones de habitantes, hacinados en una pequeña isla.

Todo esto lo hemos venido contando, pero sólo nos faltaba ver cómo iban a resolver guionista y director la cuestión de dejar contento a un público que espera un final feliz en un momento histórico desgraciado. Y desde luego que consiguen ese happy end  sin dejarse demasiados pelo en la gatera, animando el relato con la asociación del comportamiento humano y la evolución del tiempo, según una forma de ver la existencia desde un punto de vista confuciano, cuya filosofía integra el cielo como una forma de vida que coexiste con las demás. Ya hemos dicho en otras ocasiones que el joven Lee Shi-woo no entiende que el matrimonio sea la meta que persigue el amor, ni el reunir a todas las personas del círculo de los amantes en una sola familia, algo con lo que muchos de nosotros podemos estar de acuerdo, y que contribuye a transformar un sentimiento intenso en eso que muchas feministas académicas llaman mal amor, que recluye a la mujer en el ámbito privado del hogar, como ocurre con las madres de las protagonistas de estas historias, sino que la meta de una pareja debe ser el amor, (con independencia de lo que signifique el término para cada cual),  y solo cuando se tenga la certeza de que la pasión y la atracción mutua existe, se puede plantear una forma cualquiera de convivencia. Esto es así en la pareja principal, no tanto en otras secundarias, ya que el relato contempla el matrimonio, el noviazgo con objetivos matrimoniales de un par de raritos, y los problemas de los casados a punto de divorciarse. Pero, como ocurre con la predicción del tiempo, el hombre aprende tanto de sus aciertos como de sus errores, y una forma más segura de encontrar la felicidad es intentando no controlarlo todo.

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