Stranger Thing (Serie TV). Creadores: Hermanos Duffer. Ficha de identificación y crítica.

 




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Curioso cartel que parece rendir un homenaje a los tiempos en los que se

pintaban los anuncios, buscando más epatar visualmente que la fidelidad del retrato


"ES MEJOR COPIAR A LOS DEMÁS, DECÍA PICASSO, QUE COPIARSE A UNO MISMO". EL ARTISTA MULTIRREFERENCIAL, NADA ADANISTA, QUE SABE IMPRIMIR A SU OBRA UN CARÁCTER PERSONAL, ES EL QUE HACE AVANZAR EL MODO DE REPRESENTACIÓN QUE CULTIVA.


Ficha de identificación:


Título original: Stranger Things 

País: Estados Unidos

Año: 2016

Temporada 4; episodios 8; duración 50 minutos

Género: Drama, Thriller, Fantástico, de terror, ciencia-ficción...


Creadores: Matt Duffer y Ross Duffer 

Directores: Matt Duffer y Ross Duffer,  The Duffer Brothers, Shawn Levy, Andrew Stanton, Rebecca Thomas

Guion: Matt Duffer y Ross Duffer, Shawn Levy, Jessica Mecklenburg, Justin Doble,  Alison Tatlock, Jessie Nickson-Lopez

Casting: Carmen Cuba, CSA

Dirección de Fotografía: Tim Ives, Tod Campbell

Música: Kyle Dixon, Michael Stein

Edición: Dean Zimmerman

Dirección artística: Sean Brennan, William G.Davis

Decoración del set: Jess Royal


Diseño de Vestuario: Malgosta Turzanska y  Kimberly Adams-Galligan

Jefe de Departamento de maquillaje: Amy L. Forshite

Jefe de Departamento de peluquería: Sarah Hindsgaul


Productores asociados: Rand Geiger, Emily Morris

Co-productor: Justin Doble, Alison Tatlock

Diseño de producción: Chris Trujillo

Compañías productoras: 21 Laps Entertainment; distribución: Netflix



Reparto: 


Winona Ryder: Joyce Byers

David Harbour: jim Hopper

Gaten Matarazzo: Dustin Henderson

Caleb McLaughlin: Lucas Sinclair

Matthew Modine: Martin Brenner

Finn Wolfhard. Mike Wheeler

Millie Bobby Brown: Eleven

Natalia Dyer: Nancy Wheeler

Charlie Heaton: Jonathan Byers

Noah Schnapp: Will Byers

Cara Buono: Karen Wheeler

Joe Keery:  Steve Harrington

Shannon Purser: Barbara Holland

Cade Jones: James

...


Sinopsis:

Serie de TV (2016-Actualidad), que representa un homenaje a los clásicos misterios sobrenaturales de los años 80. "Stranger Things narra la historia de un niño, Will Byers, que desaparece en el pequeño pueblo de Hawkins, Indiana, sin dejar rastro en 1983. En su búsqueda desesperada, tanto sus amigos y familiares como el sheriff local se ven envueltos en un enigma extraordinario, relacionado con experimentos del Departamento de Energía del Estado, rodeado de secretos que ocultan la naturaleza de sus investigaciones.

La serie fue nominada en muchos certámenes, aunque sólo fue premiada por el Sindicato de Productores (PGA), y recibió el galardón al Mejor reparto de un drama televisivo del Sindicato de Actores (SGA),

Lo que se dice:


De todas las opiniones que publican los medios, nos resulta especialmente atractiva la de uno de los mejores realizadores del cine fantástico y de terror, Guillermo del Toro, para quien  la serie puede ser muchas cosas, Steven Spielberg, King, o incluso él mismo, pero sobre todo le gusta porque es buena. A Liz Calvadio de IndieWire le parece tan solo un homenaje logrado a la era que inicia ET y el cine de los 80 (solamente). A pesar de estar opiniones condescendientes, 60,342 lectores de Filmaffinity ( una participación espectacular en esta página) le otorgan una nota media de 7,8; Imdb eleva esta media a 8,7, basada en tan solo 1000 de sus usuarios, una cifra poco usual de baja participación de una serie de su país. Curioso.


Crítica:


En nuestro país la 'intelligentsia' ( una clase social compuesta por personas pretendidamente involucradas en complejas actividades mentales y creativas orientadas al desarrollo y divulgación de la cultura, que incluye intelectuales y grupos sociales influenciados por ellos, un término que muchas veces tiene una carga significativa peyorativa que designa una cierta categoría de intelectuales) se puso de perfil ante la generación de cineastas, llamados barbudos, que renovaron el cine en las décadas de los 70 y 80 (Steven Spielberg, George Lucas, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese...), y ahora  se encuentran desbordados, precisamente cuando la era tecnológica ha propiciado el nacimiento de plataformas televisivas que, no es que siguen funcionando como el entretenimiento de los pobres (el cine era el más barato de los espectáculos y por lo tanto se abría a las masas, dejando para las élites la ópera, el teatro o los conciertos de música clásica), haciendo las series y las películas más asequibles para las familias, y acercando al espectador a formas de hacer totalmente inusuales, procedentes de países muy alejados de los occidentales. Ahora podemos observar que no fueron pocos los educados en historias que crearon para ellos, no sólo los citados impulsores del nacimiento de un nuevo modo de representación institucional, sino otros más marginales como Cronenberg, Craven o Carpenter, y que no sólo disfrutan de ellas porque han sido educados en una cierta sensibilidad que los hace más aptos para entender estos relatos, sino porque forman parte de ese elemento tan proustiano como el que nos empuja a buscar nuestra satisfacción husmeando en el tiempo perdido. Desde el primer episodio salen a nuestro encuentro las emociones que generaron películas como ET, y el momento en que Spielberg apela a nuestras emociones elevando las bicicletas por el aire cuando todo parece perdido, sino los Goonies, Los Exploradores. It, pero también La Cosa, o el más moderno Slenderman, que no sólo se inspiran en los iconos de sus predecesores, sino en la mezcla de horror, la aventura, la mirada a universos alienígenas, y elucubraciones  que derivan en la ciencia-ficción y que proceden de reflexiones de la mecánica cuántica y la posibilidad que plantea de la existencia de universos paralelos por los que se puede transitar gracias a la existencia de portales, que no son otra cosa que bucles en el tiempo y el espacio, y que los guionistas y directores de la serie llaman 'el mundo del revés'. En definitiva, una serie multigenérica y multirreferencial, que entretiene, informa (ahora lo veremos) y satisface a los que ya no son tan jóvenes, pero que en su momento disfrutaron de esas historias. Una de las funciones más importantes de la expresión literaria o audiovisual consiste no solo en entretener, sino en acariciar nuestros sentidos y proporcionarnos instrumentos placenteros y poéticos que nos aproximen a una realidad con frecuencia tan dura, que nos resulta difícil de soportar. Los directores no se han resistido a mostrar en la habitación de los Hermanos Byers el  cartel de The Thing que forma parte del imaginario colectivo, además de otras reminiscencias de las criaturas que pueblan el mundo creado por Carpenter.

Pero bajo esta historia de terror y ciencia-ficción subyace una realidad más terrorífica y cruel, si cabe, que la imaginaria, y que ha vapuleado las conciencias de los norteamericano tras la reciente matanza de niños en una escuela primaria de Texas, que dejó 21 víctimas mortales del monstruo que decidió acabar con los pequeños. Algunos norteamericanos se preguntan por qué EE.UU. es el único país del mundo en el que los ciudadanos realizan estos actos de barbarie. La serie narra con bastante lucidez y de manera muy fácil de entender el background  cultural de un pueblo tan individualista que gusta de tomarse la justicia por su mano, de actuar al margen de la Ley y sus representantes (sirvan de ejemplo las historias de superhéroes, que introducen cada vez más matices), y que atrae a los Serial Killers cuando huelen la sangre, por insignificante que sea el reguero que despierta el hambre voraz del victimario de naturaleza depredadora. Hay dos set pieces muy significativas, la primera de las cuales evoca La matanza en un Instituto de Secundaria que narra el documental de Michael Moore, Bowling for Columbine, en cuyo desarrollo acude el cineasta, acompañado de adolescentes, a una tienda de armamento  a comprar un verdadero arsenal, sin que el vendedor ni siquiera se asombre. Nancy Wheeler y Jonathan Byers realizan una compra en una de estas tiendas muy alarmante, que incluye balas, cepos, explosivos...La serie insiste en mostrar a los adolescentes disparando, y cuando deben rematar a un ciervo, el chico toma el arma al tiempo que advierte a la chica que él tiene ya 19 años. En otro momento se nos muestra dos secuencias alternas, protagonizadas por la madre del niño desaparecido  y   el sheriff, más o menos ajustadas a la Ley, frente a la especie de 'matanza de Texas' que preparan los jóvenes, dirigiéndose por distintos caminos al mismo objetivo. Es cierto que la acción y la improvisación,  ha tenido importantes consecuencias culturales (jazz, blues, rock, Action Painting y expresión pictórica, pero también literaria, abstracta), y que el Museo de Arte Moderno más importante está en New York, pero también la frecuencia con la que ciudadanos de todas las edades, a pesar de que intuyen el peligro que entraña su comportamiento, deciden enfrentarse, bien con armas cortantes, una costumbre que dará lugar al nacimiento de género como el Slasher  y  el Splater o Gore, que tienen como protagonistas a psicoptas, sociópatas, pero también ciudadanos no diagnosticados que dirimen sus diferencias  con cualquier tipo de instrumento. En la serie hay varios enfrentamientos a golpes o con navajas entre los jóvenes, y no se puede interpretar que la mirada de los Hermanos Duffer es complaciente, sino que supone una auténtica denuncia de la ideología dominante en los Red States, y su política de defensa de la venta libre de armas, una violencia que sufren los más pacíficos y vulnerables, y que provoca rechazo en el espectador. De este modo la serie no solo entretiene, sino que informa al público y da respuesta a algo que tiene muy preocupada a la opinión pública norteamericana y de todo  el mundo civilizado que rechaza cualquier tipo de violencia, que jamás puede ser justificada.

Una serie disponible en Netflix, que no nos debemos perder, porque es un verdadero oxímoron, cruel, horrorosa, pero a la par amable, que despierta los más nobles sentimientos de empatía y solidaridad necesarios para enfrentarnos a quienes insisten en que vivir no sea tan agradable.

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