Amor y helado. Brandon Camp. Ficha de identificación y crítica

 


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SI ALGO TE CONMUEVE NO NECESITA EXPLICACIÓN, SI NO TE CONMUEVE, NUNGUNA EXPLICACIÓN LO HARÁ. ( Federico Fellini), PERO LO PEOR ES MIRARSE EN UN ESPEJO Y VERSE REFLEJADO, SI LO QUE VES TE DISGUTA


Ficha de identificación: 

Ficha técnico-artística:


Título original: Love & Gelato
País: Estados Unidos
Año: 2022
Duración: 110 minutos

Dirección: Brandon Camp
Guion: Brandon Camp, basado en la novela de Evans Welch
Casting: Jorgelina Depetris
Dirección de Fotografía: Thomas Scott Stanton
Música: Konstantinos Christides, basado en la novela de Jenna Ewans Welch
Edición: Jacquelyn Le

Diseño de vestuario: Grazi Colombini
Jefe de Departamento de maquillaje: Claudia Humburg
Estilista de peluquería: Valentina Spuntarelli

Productor: Brandon Camp
Productor ejecutivo: Gennaro Formisiano
Diseño de producción: Eugenia F. Di Napoli
Compañía productora, HT Film, Netflix y distribuye Netflix



Reparto:


Marie-France Arcilla: Vicki
Alex Boniello: Fleetwood Zach
Tobia De Angelis: Lorenzo Ferrazza
Michele Favaro: Amigo de Alessandro
Tera Hendrickson: Sacerdote italiano
Antonio Landi: Jefe de Seguridad
Valentina Lodovini: Francesca
Owen McDonnell: Howard
Saul Nanni: Alexandro Albani
Cristiano Piacenti: Matteo Fossi
Jacopo Relucenti: Extra
Luca Seta: Cosimo Albani
Susanna Skaggs: Lina Emerson
Claudia Stecher: Giorgia.


SINOPSIS:


Cumpliendo la promesa hecha a su madre enferma, una estudiante universitaria norteamericana disfruta del verano de su vida en Roma gracias al viejo diario de su madre, que le sería como guía mientras se iba enamorando de los encantos de la ciudad, su gente y, por supuesto, el helado.


LO QUE SE DICE:


La prensa ha vuelto la espalda a esta producción de Netflix, como reflejan las páginas española, Filmaffinity, que publica una nota media de 4,0, basada en 46, que, de forma más cortés, Netflix eleva a 5,2, según la opinión de 716 de sus usuarios. M.N, Miller (Ready Steady Cut) da un argumento de verdad incomprensible, pues si bien dice que es un sólido trabajo que resulta entretenido, esta opinión viene precedida de otro más incomprensible todavía: gustará a la gente joven ¿por su trama absurda y su disparatado triángulo amoroso ?; algo se me escapa. Al parecer estos creadores de opinión han decidido hacerse oscuros. John Serba, (Decider),  dice algo tan  extraño como que si uno de los ingredientes del helado no está en el título, se comerá el zapato o la volverá a ver . Curioso. Teo Bugbee (The New York Times) se lamenta de que los realizadores se preocupen más de encontrar el mejor acento italiano que de hacer una bella fotografía de Roma. Estos críticos, de sensibilidad indie,  formados en instituciones privadas, sustituyen a los en otro tiempo enfants terribles como Roger Ebert; sus críticas son corrosivas, pero les falta garra y un poco de profundidad. También reciben lo suyo.


CRÍTICA:



Lo peor que le puede pasar a una persona orgullosa de sí misma es mirarse en un espejo y no gustarle lo que ve. Ya tiene mérito hacer un recorrido por los mejores escenarios de la humanidad y quitarles toda la sal, no solo con una mirada plana y desleía, tomados con el ojo de una cámara aburrida, sino desacralizando cada monumento, ya sea en Roma o Florencia, ciudad por la que van zigzageando desnortados  sus personajes desde lugares que permiten planos generales que muestran la cúpula de Brunelleschi a otros puntos emblemáticos como el Ponte Vecchio y otros mas planos de detalle contemplados como de pasada. Un buen ejemplo es cuando van a las Tabernae de Trajano, un conjunto al que llaman supermercado, como hacen los guías turísticos, un cortafuegos que aislaba el Capitolio del Subura, el barrio en el que vivió Julio César, frecuentemente devastado por incendios, y oír decir a la protagonista: "Bueno no es como Brooklyn", solo una pequeña muestra de los infantiles diálogos con que comienza a andar este film indie, desganado, que hubiera dado el mismo resultado si en vez de rodarlo en la Ciudad Eterna, lo hubieran hecho en un rancho de Texas. A los diálogos nefastos suma un perfil de los protagonistas difícil de encontrar concentrado en cualquier parte; todos tienen los ojos azulísimos clarísimos. Para compensar, al lado de Lina Emerson, interpretada por Susana Skaggs, compensan tanto eurocentrismo nórdico con una amiga negra, bajita, con sobrepeso, que parece encarnar en su persona todos los valores de la diversidad, incluido el de ser la más graciosa, marchosa y simpática del relato, un tópico insultante de una persona superficial rodeada de sesudos talentos, unos más pobres que otros, pero todos con proyectos interesantes en el horizonte. Addie (Anjelika Washington) parece que tiene como único objetivo divertir a su amiga. Dos mujeres más, la madre de Alessandro (Michele Favaro) y su esposa completan el cuadro de reivindicaciones de movimientos  que defienden la diversidad y la desigualdad, en los que algunos teóricos como Pascual Serrano, ven un repliegue ideológico, que viene produciéndose desde los años 60 del siglo pasado, que ha ido abandonando la lucha colectiva para entregarse a la individualidad., convirtiéndola en aparente lucha política, activismo social y movilización, una defensa de la diversidad hasta el límite, representada por el término inglés unequal, que significa desigual, que se desvia de la lucha de hombres y mujeres que combatían la desigualdad.*. Se busca la legitimación con la introducción de unos pocos elementos representativos de esta diversidad, aunque en este caso no lo consiguen.

Comienza como un cuento de Cenicienta, sin pasión, pasado por el tamiz indie, que se enamora, tan solo poco después de poner el pie en Roma, de un joven cabeza loca acaudalado, que se rebela contra un padre inversor en bolsa, cuando el quiere hacer cosas, no solo venderlas, dedicarse por ejemplo, ya que están en la Urbs, a la arquitectura. Pero la familia pesa en la vieja Italia y el joven se deja arrastrar por el lujo, la capacidad de hacer lo que le de la gana y su paseo brillante en el futuro por Harvard, Oxford y una importante escuela de negocios para rematar. Pero aquí en un relato de una Feel Good Movie no falta el chef, porque comer bien y exquisito ayuda; nadie va por los suburbios, ni la americana vulgar y pragmática, cuyos familiares viven en un viejo castillo y son lo mejor que te puedas encontrar,  ni el hijo de las lesbianas que aprende de su vieja nonna a hacer el mejor helado, cuyo ingrediente especial nos ha desvelado uno de los críticos, aunque no es difícil desvelar, ni juega un papel tan importante en la historia. Es como el supercalifragilisticoespialidoso de Mary Poppins pero sin gracia. Solo hay un pensamiento un poco más profundo, la reflexión en voz alta del enamorado de la madre , que define muy bien lo que significa ser padre, pero también madre: "Preocuparse sin necesidad, sin lógica de los hijos; querer única y exclusivamente lo mejor para ellos, y odiar a quienes les quieran hacer daño. Hacer tan mal guiso con estos ingredientes es para hacérselo ver. Lamentable no despertar el interés en el recorrido por ciudades como Roma y Florencia, ensombrecido por los diálogos más tontos y carentes de interés que seamos capaces de imaginar. Lo bueno: conocer a estos sectores que tienen en música, literatura y cine su propio modo de expresión. Este es uno de los ejemplos menos brillantes.


*La trampa de la diversidad. Daniel Bernabé. Akal/A Fondo

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