Chicas con glamour. Bunmi Ayakaiye. Ficha de identificación, crítica.

 


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NETFLIX SIGUE ABRIÉNDOSE AL MUNDO Y OFRECE UN CINE APENAS CONOCIDO EN OCCIDENTE, AUNQUE LA CRÍTICA NO LO VALORA POSITIVAMENTE.MUCHOS NO ENTIENDEN LAS CONSECUENCIAS DEL PASO DEL PODER DE MARGARET THATCHER Y SU CAPACIDAD PARA CONJUGAR LAS DOS ACEPCIONES DEL TÉRMINO UNEQUAL, QUE SIGNIFICA DESIGUALDAD Y POR LO TANTO TAMBIÉN DIVERSIDAD...


Ficha de identificación:


Ficha técnico-artística:


Título original: Glamour Girls
País: Nigeria
Año: 2022
Duración: 120 minutos
Género: Drama

Dirección: Bunmi Ayakaiye
Guion: Kemi Adesoye
Casting: Abinbola Craig
Dirección de fotografía: Kc Obiajulu
Música: Tatenda Terece, Kamera
Edición: Olakunle Martini Akande, Harry John

Departamento de maquillaje: Omotoye Motunrayo, Ngozi Oni

Productor: Charles Okpaleke, Abimbola Craig
Productor ejecutivo: Charles Okpaleke
Productor asociado: Roxanne Adekunle.Wright, Adanna Adaka, Banke Bakare
Compañías productoras: Play Networks Studios; distribuye: Netflix


Reparto:


Robert Adewale: hombre arrogante
Lilian Afegbai: Majesty
Shantel Agba: Chica de la Casa de Donna
Chica Agwuike: Doctor
Tunbosun Aiyedehin: Madre de Hel
Bibiresanmi Amodu: Chica Intelectual
Anne Annex: Madre de Jemma
Gloria Anozie: Dorris


Sinopsis:


El mundo de las chicas de compañía promete glamur, riqueza y la oportunidad de reinventarse para un grupo de mujeres...hasta que un asesino y un robo entran en escena.


Lo que se dice:


De momento no hay opiniones, excepto una valoración cuantitativa, publicada en Imdb, que otorga 4,4 puntos de media, una nota que no le permite alcanzar el aprobado en una página generosa.


Crítica:

No se acaba de entender bien por qué ciertos críticos vuelven la espalda a la comprensión de la realidad de zonas ahora emergentes y ubicadas en el cono Sur (Nigeria tiene más de doscientos millones de habitantes), e inciden en la confrontación entre países y bloques, presumiendo que dentro de las fronteras de estos estados todos son iguales, víctimas de los más prósperos, ignorando la capacidad de los agentes conservadores de incidir en la realidad y también transformarla, supeditando las viejas luchas en contra de la desigualdad económica, una realidad que sigue más vigente que nunca, en un enfrentamiento en 'una cuestión de diferencia, de diversidad' (Pascual Torres, Introducción a 'La trampa de la diversidad' de Daniel Bernabé). Ahora que todo el globo es capitalista todos tenemos derecho  a ser diferentes, rebeldes, contra un socialismo que buscaba la uniformidad y que llamaban colectivista. Según Bernabé "nuestro yo construido socialmente anhela la diversidad pero detesta la colectividad, huye del conflicto general pero se regodea en el específico"*. Pero aún se regodea más en la culpa colectiva de quienes se han desarrollado más por diferentes causas, una idea que enfrenta unos estados a otros; el neoliberalismo, ayudado desde diferentes frentes, últimamente, destruyó la acción colectiva y fomentó el individualismo de una clase media que ha colonizado culturalmente a toda la sociedad,  haciéndola retroceder a un tiempo premoderno donde las personas compiten en un mercado de especificidades para sentirse, más que realizadas, representadas.**

¿Por qué hago esta introducción antes de hablar de un film concreto, entrando en cuestiones que necesitan ser bien analizadas? Bunmi Adakaiye construye una diégesis que puede herir la sensibilidad de muchos nigerianos que, al igual que nosotros no conocen bien nuestra cultura y no saben que no es tan diferente a la suya, incluso en la representación de unos jefes vestidos a la vieja usanza, un hábito que existe en nuestro país en momentos de celebración de fiestas patrias, aunque hay una mayor uniformidad en la vida cotidiana entre hombres y mujeres, con la excepción de los únicos que al parecer constituyen el símbolo de los viejos obreros: los chalecos amarillos, los que trabajan al sol abriendo zanjas, enterrando cables, haciendo carreteras, barriendo, recogiendo basura...ignorados por los sectores progresistas multiculturales y 'aplaudidos en su raza y su religión' por los movimientos populistas de ultraderecha. De esto saben bastante los franceses.

En la contextualización espacio-temporal vemos una ciudad que ha crecido, si no tanto en extensión como  las urbes de Occidente y del Oriente floreciente, si en altura, emergiendo en torno a un gran rio enormes rascacielos donde se ubican los florecientes conglomerados, sin que a nadie parezca importarle de dónde sale el dinero, ni dónde reside el foco de la corrupción. En un momento determinado del film la madama de un prostíbulo de lujo le espeta a una de sus esclavas sexuales: " ¿Ahora te enteras ? "  "¿Ahora ves Netflix?". Pues algo así pasa aquí. A pocos les interesa que esta plataforma haya colocado el cine de los márgenes en el centro, abriéndose a la cultura de otros países, en una especie de emulación de la Hallyu coreana, en una fase mucho menos avanzada, pero colocándose en el camino correcto. El premio es el suspenso sin paliativos del proyecto.

La historia se centra en el mundo del comercio carnal, que no es exclusivo de Nigeria, ni del color de la piel, la religión o la ideología de las prostitutas, aunque sí incide en la condición social, en la falta de recursos, en la pobreza de estas mujeres que tienen que vender su cuerpo para ayudar a sus familias (la realidad es empecinada y no cede a ninguna manipulación intelectual), una ideología líquida que está incidiendo en los más jóvenes ante una nueva era y la necesidad de esforzarse para ocupar un puesto en ella. Su apariencia física tampoco es original, sino una fiel réplica de lo que ocurre en nuestro país, por ejemplo, con un modelo de mujer que pusieron en boga unas multimillonarias estadounidenses, las Kardashian, un cuerpo que desafía todo clasicismo y proporción de las formas, conseguido con prótesis como sujetadores, bragas, fajas y pantalones push up, o, las más atrevidas pasando por el quirófano y sometiéndose a prácticas muy agresivas. No es nada extraño  en cualquier parte del mundo, donde se está generalizando este tipo de mujer que potencia sus zonas erógenas, y se pueden adquirir estas prótesis en tiendas de marcas muy reconocidas. Que en el film queda restringido al mundo más duro de la prostitución lo prueba el hecho de que, cuando la mujer progresa en este medio, abandona todas estas prótesis y sus curvas se hacen mucho más moderadas.

El film no sale de este ámbito, aunque la mayor parte del metraje la ocupan las mujeres, que buscan un lugar en este mercado en el que puedan prosperar y llegar a ser ricas. Solo una joven de familia pudiente desemboca, atrapada por las drogas, en este universo. No podemos saber cómo viven las clases populares, porque solo en una secuencia muy breve se nos muestra la casa y las dos hermanas de una de las protagonistas, que se prostituye para que puedan estudiar. Esa es toda la incursión a la complejidad social de un país más grande que Rusia. Pero no es la única película que pone su foco sobre un grupo social e ignora los demás, porque eso es lo que proyecta la sociedad preocupada por defender la diversidad y la desigualdad de los hombres y mujeres. Un film que, como muchos otros, puede dar pie a un debate sobre la legalización o ilegalización de la prostitución, un mundo, a veces con conexiones con actividades de alto riesgo del que no se puede salir fácilmente, en especial si se ha producido un acercamiento a personajes muy peligrosos. Un ejemplo de cómo en cualquier parte del mundo las mujeres más pobres son presa fácil de mafias desaprensivas, con independencia de su credo, su religión, su racialidad (discutimos incluso acerca de los nombres que, en definitiva tienen en el fondo el mismo significado), un colectivo en el que hay muy pocas mujeres pudientes, lo que debiera ser objeto de reflexión, una actitud que favorece el citado Daniel Bernabé, que ha tenido la valentía de nadar contra corriente.

Si de algo nos sirve el film de Bunmi Ayakaye es para comprobar como la era tecnológica hace el mundo mucho más pequeño.


*Pascual Serrano. Introducción a a trampa de la diversidad- De como el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora. Akal/A fondo.

** Daniel Bernabé. La trampa de la diversidad- De como el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora. Akal/A fondo.








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