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SETREPTEASE MORAL DE LA SOCIEDAD LÍQUIDA: "UNA HISTORIA MORAL A LA ANTIGUA CON DECLARACION EN LOS JUZGADOS" ES MUCHO MÄS ATRAYENTE QUE LA IMAGEN ACTUAL DE LA PÄGINA DE "AMOR GARANTIZADO". LAS COSAS SON COMO SON Y HAY QUE SABERLAS LEER: PARÍS BIEN VALE UNA MISA.
Ficha de identificación:
Título original: Love, guaranteed
País: Estados Unidos
Año: 2020
Duración: 90 minutos
Dirección: Mark Steve Johnson
Guion: Hilary Galanoy. Elizabeth Hackett
Casting: Venus Kanani
Dirección de Fotografía: José David Montero
Música: Ryan Shore
Edición: Kathryn Himoff
Decoración del set: Sam Higgins
Diseño de Vestuario: Valey Halverrson
Jefe de Departamento de Maquillaje: Zabrina Matiru
Jefe de Departamento de Peluquería: Alyssa Myers
Productores: Rachael Leigh Cook, Margret H. Huddleston, Stephanie Slack, Dan Spilo
Diseño de producción: Eric Fraser
Compañías productoras: Off Camera Entertainment, Netflix; distribuidora: Netflix
Reparto:
Rachael Leigh Cook: Susan Whitaker
Damon Vayans: Nick Evans
Heather Graham: Tamara Taylor
Caitlin Howden: Melanie
Brendan Taylor: Gideon
Sebastian Billingsley-Rodríguez: Oliver
Sean Amsing: Roberto
Lisa Durupt: Denise
Alvin Sanders: Jerome
Jed Ress: Bill Jones
SINOPSIS:
Una abogada con problemas, Susan (Rachael Leigh Cook), ve la oportunidad de salvar a su bufete aceptando un peculiar pero bien pagado caso: representar a Nick (Damon Wayans Jr.), un seductor cliente muy enfadado con una web de citas que garantiza encontrar el amor a sus usuarios, después de asistir a mil citas. Tras 986 encuentros con mujeres, Nick no lo ha encontrado, y quiere demandar a la web "Amor garantizadfo" por publicidad engañosa.
LO QUE SE DICE:
Como ocurre siempre con el cine que hace Mark Steven Johnson, la prensa no duda en machacarlo, y en España no le conceden ni siquiera un aprobado.La página española publica una nota media de 4,4, basada en el voto de 1,134 de sus lectores, una media que Imdb eleva a 5,6, más aceptable, según la valoración de una muestra más significativa: 16,000 de sus usuarios.
Las reseñas periodísticas sostienen que es una comedia chapada a la antigua con una premisa contemporánea en la que el romance es predecible y su comedia virtualmente inexistente (Jonathon Wilson, Ready Steady Cut); tonta y entretenida comedia romántica (Benjamin Lee, The Guardian); No parece una película de verdad, sino una broma de Charlie Kaufman llevada demasiado lejos (Barry Hertz, The Globe and Mail); suficientemente inofensiva y sin gracia (Christy Lemite, rogerebert.com).
CRÍTICA:
Netflix nos ha dado la oportunidad de acceder a películas curiosas que giran en torno al amor, parodias cómicas o romances, que han ido desviando la actividad creativa de Mark Steven Johns desde adaptaciones de relatos de Marvel, que reunían las mismas características estructurales que las recientes desviaciones hacia el llamado mal amor por las feministas académicas históricas, que lo han ido convirtiendo en una especie de apisonadora que va derribando las barreras entre los diferentes géneros, o, sin que nadie se moleste, desvelando su tentación de ser un autor que impone su forma de hacer y el discurso que quiere transmitir en sus diferentes realizaciones, que se renueva en cada nueva película que lanza al mercado, y que permite dudar acerca de si el director lo es de blockbuster o de culto, ya que cuenta con una plantilla actoral generalmente consagrada (Colin Farrell, Ben Affleck, Danny DeVito...), y generalmente no son clasificadas de clase B, de explotación, por lo que el resultado final de su obra reúne características de una y otra política que la convierte en especialmente agresiva, porque vemos a un reparto de importancia desempeñando papeles bizarros y provocadores que pueden herir más de una sensibilidad, y que ignoramos por qué aciertan determinados papeles en películas que de antemano saben que no van a ser premiadas por la crítica.
En esta ocasión la trama tiene un carácter judicial, aunque el caso que defiende un abogada que se está abriendo camino y apenas puede mantener a sus dos empleados, interpretada por Rachael Leigh Cook, Susan Whitaker. Una letrada que es a la vez una mujer de baja estatura, agraciada pero pequeña, rodeada por unos personajes que imponen sus grandes cuerpos en cada abrazo (imagen contundente la de la hermana, alta y no delgada, y su marido con unas condiciones físicas parecidas, la de esta chica al lado de su defendido, Nick Evans, representado por el impresionante Damon Vayans Jr, un fisioterapeuta con un triste pasado, o la misma propietario de 'Amor garantizado', una millonaria muy peculiar, toda espiritualidad, que no duda en esquilmar a los desgraciados que buscan un compañero o compañera en su empresa, aunque ha pasado por el Tibet y se impregnado de espiritualidad. Hasta aquí nos enfrentamos a un planteamiento ciertamente ridículo en algunos momentos que no vamos a desvelar por no hacer spoiler, que se desvía bastante de un film del género judicial. Al principio de la historia Mark Steven Jones lanza una de sus premisa por boca de la jurista: "Ha llegado la hora de que le quitemos la venda a la justicia, para que vea la verdad", una especie de mcguffin que no desarrolla en la trama.
Como tampoco es habitual el enamoramiento de un cliente y su abogada que puede desembocar en una anulación del juicio. Y es en el último momento de la película en el que el director parece interesado en molestar a muchos sectores sociales conservadores americanos, que se apuntan a las páginas de contacto en masa, desnudarlos y obligarlos a hacer un streptes moral desvergonzado. Nick busca un abogado para que le defienda de una web de citas que claramente abusa de sus clientes, prometiéndoles que conseguirán el amor después de mil citas, por las que pagan los interesados; llegando casi a esa cifra de encuentros con las interesadas, el joven no se enamora de ninguna y quiere demandar a la empresa por publicidad engañosa. Una bizarrada, una broma, dirían otros, porque todo hombre o mujer cabal saben que el amor surge, no se adquiere de forma garantizada por una empresa. Tras un giro espectacular en la corte de justicia la situación se resuelve de una manera que denuncia la sensibilidad burguesa como inmoral, pero los protagonistas prefieren seguir el consejo de Enrique IV de Navarra, que abjuró como hugonote para convertirse en católico y acceder al reino de Francia; algunos dicen que mostró su falta de principios cuando dijo: "París bien vale una misa". Aquí nadie corre peligro de muerte, pero si de las ilusiones que ponen muchos hombres y mujeres solitarios, en las nuevas apps que garantizan el amor de sus inscritos. De este modo, un film que parece una tontería, una broma, puede molestar a más de uno. El reírse, despreciar el film por ser la obra de un electrón suelto, escandalizarse, o aceptar la integración de que habla Umberto Eco, depende de cada cual.
Disponible en Netflix.
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