Yo era famoso. Eddie Stemberg. Ficha de identificación y crítica

 



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UN FILM QUE ABORDA LA DIVERSIDAD DE MANERA ELEGANTE, SIN OLVIDAR LAS CLASES SOCIALES Y EL LUGAR DEL QUE PARTE CADA CUAL. COMO TEMA SECUNDARIO LA MÚSICA COMO TERAPIA PARA LOS DISCAPACITADOS.


Ficha de identificación:


Título original: I Used to Be
País: Inglaterra
Año: 2022
Duración: 104 minutos

Dirección: Eddie Stemberg
Guion: Eddie Stemberg & Zak Klein
Casting: Isabella Odofin
Dirección de Fotografía: Angus Hudson, ESC
Música: David Saunders; 'The Tin Men', canción de Dan Rothman y Hannah Reid; supervisor música: David Fish
Edición: Julian Ulrichs
Dirección artística: Maike Koch
Decorador del set: Judi Ducker

Diseño de Vestuario: Helen Bolter
Diseño de maquillaje y peluquería: Konnie Daniel

Productor: Collin McCarthy
Productores ejecutivos: Paul Grindey, Damian Jones
Diseño de producción : Dave Warren
Compañía productores Forty Food Pictures, Viewfinder  :  distribución NETFLIX


Reparto

Ed Skrein : Vince
Eleanor  Hatsura : Amber
Eoin Hacken : Austin
Kurt Egyawan  : Dia
Neil Stuke : Dennis
Racheal Ofori  : fan
Lorraine Ashbourne  : Cheryl
Leo Long  : Stevie


SINOPSIS: 


Vince, una ex estrella del pop en decadencia  y desesperada que sueña con regresar a la música, es seguido por las calles de un barrio obrero por un adolescente autista provisto de dos baquetas. Una sesión de improvisación con el joven baterista, Stevie, provoca una amistad inesperada entre los dos músicos improvisados.


LO QUE SE DICE :


El film ha sido bien valorado por la prensa y el público, como demuestran las notas medias de la página española Filmaffinity, que publica una nota media de 6,0, basada en 148 votos de sus lectores, y de la norteamericana imdb, que la eleva un poco, 6,6,  de acuerdo con las valoraciones de 2,100 de sus usuarios.

Los periodistas que se han elaborado reseñas han tildado el film de producto sentimental, que puede tocar incluso la sensibilidad de sus espectadores (Leslie Felperin, The Hollywood Reporter); emocionante (John Serba, Decider) o de predecible (The Guardian); película disfrutable con muchos momentos emotivos y un final que logra arrancarte la lágrima (Lee Brown, The Review Geek); película ligera y encantador sobre la música (Lori C., Ready Steady Cut). 


CRÍTICA:


Cuando se leen ciertas críticas, como la Lori C. se siente el aliento de Patrick Suskind y su cuento breve 'La atracción de la profundidad', cuya protagonista era una joven dibujante de  Stuttgart, que hace una exposición de sus dibujos, y un crítico escribe sobre ella una reseña en la que afirma que la chica tiene talento y expresividad, pero adolece de falta de profundidad; esta simpleza, dicha con total frivolidad, desencadena una tragedia en el alma de la artista. Eddie Stemberg tiene que escuchar esto mismo de una manera más superficial todavía: la película "no es rompedora, ni pretende serlo. Es una película ligera y encantadora sobre la música (Lori C., Ready Steady Cut). Esto, escrito en una página que añade a su nombre el  apéndice de Films Indies es como mínimo curioso.

La, al parecer, opera prima de Eddie Stemberg, autor también del guion, no es un relato que tiene como protagonista a la música, sino a los músicos, a los artistas que carecen de formación académica pero están dotados de un gran talento e intuición. El joven Stevie, un adolescente autista,  que intenta acceder al conservatorio para aprender percusión, cuando siente que le siegan la hierba bajo los pies, pero la ocasión, sin ceder un ápice a condiciones comerciales, le sale al paso en un  loser que ha dejado pasar  ya una vez a la diosa calva en pro de unos principios que pesan tanto para él como su capacidad creativa; de nuevo vuelve a ignorarla para deshacerse de ataduras como las que le impidieron acudir junto al lecho de su hermano moribundo. Ahora no repetirá un acción que ha consumido parte de su vida, sumiéndolo en la amargura y la depresión. El éxito que depende del que posee el capital condiciona la vida del artista, no sólo su música.

La forma y el fondo coinciden  en la elaboración de un discurso clásico, conocido por todos, pero olvidado con frecuencia. El Free Cinema se impone en la política y la ideología del autor, que sin abandonar la atención a la diversidad no cae en la trampa de olvidar que el destino de Stevie, y los hombres y mujeres de toda raza, religión y color de piel, los discapacitados por cualquier causa, que acuden a terapia musical, son también pobres, viven  en un barrio obrero, y se dedican a profesiones para las que no necesitan cualificación. Alguno de los vecinos de esta comunidad, en cualquier momento, deja que su ira se desborde, mostrando su resentimiento. Pero los dos protagonistas,  Vince, interpretado por Ed Skrein , y  el adolescente Stevie (Leo Long) , aprenden que su talento, su sinceridad, su bonhomía y el calor de sus vecinos, serán la plataforma desde la que conseguirán lo que se propongan en la vida. Todos somos conscientes de que en esta época de crisis las calles se llenan de músicos mucho mejor dotados que otros que pisan grandes escenarios, pero, como en la ficción, cuando vuelvan a casa con unas cuantas monedas, lo harán pobres, pero libres. Y esto no deja de ser injusto, y su resultado es un final agridulce, como la vida misma. Una película de cinéma vérité que se mantiene en los márgenes de la autopista que creó el Free Cinéma, y que se ubica en un barrio como los que ha hecho popular Ken Loach. Llenos de pubs donde los que no han alcanzado la cima hacen música.



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