Manolito Gafotas en ¡Mola ser Jefe! Joan Potau. Ficha técnica y crítica.

 


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LA PUESTA EN ESCENA DEL ATRASO CULTURAL DE CIERTOS BARRIOS DE MADRID, INCONCEBIBLE EN 2001, CUANDO SE DUDABA DE SI ENTRÁBAMOS O NO EN EL SIGLO XXI


Ficha de identificación:


Título original: Manolito Gafotas en ¡Mola ser jefe!
País: España
Año: 2001
Duración: 92 minutos
Género: documental

Dirección: Joan Potau (No respires, el amor está en el aire, 1999; San Bernardo 2000)
Guion: Salvador Maldonado, basado en un personaje creado por Elvira Lindo
Casting: Americo Piñeiro
Dirección de fotografía: Juan Molina
Música: Francisco Mjusulén, Luís Elices
Edición: Ernest Blasi
Dirección artística: Cristina Mampaso

Diseño de bvestuario: Eva Arretxe
Maquillaje: Arrate Garmendia
Peluquería: Alfonso Martínez, Ana Nieto

Productores: Carlos Fernández y Julio Fernández
Compañía productora: Castelao Productions; distribuye Netflix


Reparto:


Doro Berenguer. manolito
José Luís Carrillo: El Imbécil
El Gran Wyoming: Manolo
María Barranco: Cata
Óscar Ladoire: Tío Nico
Vicente Haro: Nicolás, el Abuelo
Marcela Walerstein: Trudi
Gracia Olayo: Luisa
Antonio de la Torre: Tomás


SINOPSIS:



Manolito disfruta de sus vacaciones navideñas. Las fiestas este año van a ser especiales, ya que a su familia, mamá Cata, papá Manolo, el abuelo y el Imbécil, se sumará el tío Nico, hermano de su madre, camarero en Oslo, que viene a pasar la Nochebuena junto a su prometida, una exuberante noruega. con pelos en las piernas. Mientras, Manolito conoce a un niño chino muy listo con el que entabla amistad y que le ayudará a conseguir uno de sus sueños: convertirse en jefe de la pandilla.


LO QUE SE DICE:



El film he sido muy mal valorado por el público y por la prensa, que no ha mostrado la más mínima preocupación por él.  La página española Filmaffinity publica una nota media de 3,0, basada en una participación inusualmente alta en este lugar, 2108 lectores, una media que la norteamericana Imdb eleva ligeramente hasta un 3,6, con un participación de sus usuarios muy baja: 101.


CRÍTICA:


El film es antiguo, pero no tanto como para justificar la mirada tan chusca, subdesarrollada e inculta de un barrio tan típico de Madrid como es Carabanchel. Puede que algún código se nos escape a quienes no vivimos en la capital de España, pero la simple reducción de bombillas en el engalanado de este barrio, que muestra el abandono a que los someten sus gobernantes, no es ni siquiera suficiente. La aparición de un navajero, una figura de broma, pero que roba a punta de arma blanca, incide en el analfabetismo secular de una zona, situada en una comunidad que es relativamente pequeña, y está ocupada en gran parte por la capital y su área metropolitana. El film, costumbrista se llama aquí al género, evoca en parte, pero sin la mirada incisiva de Ettore Scola en 'Brutos, sucios y malos', un film que nace en un contexto creado por el neorrealismo italiano, y que se hizo en 1976, 25 años antes que el de Joan Potau, este último basado en una historia de Elvira Lindo, "¡Cómo molo!".

En enero de 2019, realizamos una comparación con el cine de denuncia del momento, que incluía a directores como Yorgos Lanthimos, que, ante la expansión del cine indie, más ocupados durante algún tiempo de hacérselo todo ellos mismos, un propósito que pronto abandonaron, nos animó a escribir sobre una película, que, aunque más dura que el que dirige Potau, incidía en el hecho de que sus protagonistas, los pobres de los alrededores de Roma, la Urbs por excelencia, eran brutos, sucios y malos, y decíamos: (...)  "un film que obtuvo el premio al Mejor Director del Festival de Cannes de 1976, una comedia distópica, perversa, amoral y malsana, que apenas se podría tolerar en la actualidad: Giacinto (Nino Manfredi), su madre y su mujer viven en una chabola con sus once hijos, las mujeres, los maridos y la descendencia de estos, en el espacio constituido por una caravana y varios anexos que han ido 'construyendo' para poder albergar a todos en un espacio único, en el que 'conviven' y duermen en total promiscuidad, por lo que no es inusual que cualquier mujer que, dormida, deje al descubierto la parte baja de su cuerpo sea violada por el hermano o el padre de su marido. Una familia que no puede permitirse ninguna comodidad, que comen corazón de vaca crudo, y para quienes el honor y el respeto que todo ser humano merece es un lujo inalcanzable. Desde estas chabolas inmundas, rodeadas de restos de todo tipo, se visibiliza la cúpula que Miguel Ángel diseñó para el Vaticano, que para los moradores del estercolero no solo está totalmente desacralizada, sino que no se distingue visualmente de la choza del vecino. Pero no por ello dejan de ser hombres y mujeres, que, al modo de Chaplin en 'El Niño' siguen los rituales burgueses sin apreciar, a costa de la costumbre, que todo lo que los rodea  son andrajos y testigos de la miseria..."

Es obvio que la película que comentamos no es tan extrema, pero tampoco muestra el avance social que se ha producido en los 25 años que distancian una de otra, por lo que no encuentro el código para enmarcar actitudes tan bizarras al comienzo del siglo XXI  en un film protagonizado por El Gran Wyoming, que anda por las televisiones desde 1996, y dirige El Intermedio desde 2006. No me sirve el calificativo de costumbrista, porque costumbrista era Emilia Pardo Bazán; tampoco construyen una diégesis, ni la escritora, ni el guionista, ni el director, muy crítica con las clases dominantes, que no tienen presencia en este relato (no sale ni uno de sus miembros, ya sean políticos o apolíticos, personajes públicos o privados en toda la historia). Los personajes están ahí para que nos riamos de ellos, de los pelos en las piernas de la noruega, de la casa abigarrada y llena de productos de 'todo a cien' de quien tiene un camión y lo está pagando, del brilli-brilli del vestido de la Barranco para la cena de Nochebuena, o el tinte cutre del pelo de Oscar Ladoira, sin hablar de los rulos de la vecina y los pedos de su marido; del movimiento del grupo como si se tratara de una sola persona, del pagafantas y el aprovechado, etc. Y creo que no sólo no me ha gustado a mí, sino que las notas medias son un buen testimonio de que esto le ha pasado a mucha gente, aunque otros se habrán divertido de lo 'lindo', ya que la escritora que se adapta no sólo es conocida, sino que ocupa importantes espacios de los medios. Poco más que decir de un título que si nos ha producido algo es indignación,

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