El Sr. Navidad decora tu casa (Serie TV). Ficha de identificación y crítica

 



El copyright de las imágenes pertenece a sus autores

y/o las compañías productoras y distribuidoras


EN NAVIDAD NADA ES EXCESIVO, CUANTO MÁS MEJOR


Ficha de identificación:


Título original: Holiday Home Makeover with Mr. Christmas

País: Estados Unidos

Año: 2020

Temporada 1; episodios 4

Género: documental


Dirección: For Stephen David Entertainment, una Compañía de Banijay Group

Casting : Jennifer Sullivan

Directores de Fotografía: Brett Albright, Alexi Boling

Música: Cortesía de Extreme Music, West One Music Group

Edición: Asif Burnett, Scott Martin

Dirección artística: Kyra Boselli, Eric Whitney

Editores: Asi Burnett, Rikki Portner, Scott Rosann; supervisor Amy Peters


Maquillaje: Kristen Bacino, Stephanie Paulino

Peluquería: Kristen Bacino, María Vintimilla, Stephanie Paulino


Productor en línea: Aaron Butkes

Productor de historias: Jasmine Soto

Productores ejecutivos: Tim W.Kelly, Bianca Warnes Williams, Benjamin Bradley, Stephen David, Chaz Morgan, Jonathan Soule

Compañías: productoras Stephen David Entertainment; distribuye Netflix


Reparto:


Intervención de Benjamin Bradley


SINOPSIS:


El diseñador de interiores Benjamín Bradley, alias "Sr. Navidad", trabaja con sus 'elfos' de confianza para decorar las casas de varias familias para las fiestas.


LO QUE SE DICE:


El film ha sido valorado por los espectadores con cierto desencanto, como revelan las notas medias de Imdb, 5,9, según el voto de 308 de sus lectores, y mucho más severamente por la española Filmaffinity, con una mínima participación de sus followers, 24. que se queda en un 5,00 raspado.

Las reseñas también están contenidas, aunque algún crítico piensa que es difícil no disfrutar de los cambios de decoración de nuestros hogares y que el documental aporta una dosis de magia en cada episodio (Daniel Hart, Ready Steady Cut); el documental es satisfactorio como celebración de la Navidad y de los posibles cambios (Brett White, Decider). Otros creen que habría funcionado mejor con una combinación de apartamentos pequeños y casas grandes, entre ellos, Greeg Weehler,( The Review Geek).


CRÍTICA:


Nada de lo que ocurre, se cree, se piensa o se publica carece de importancia, porque entre todos, con nuestra idiosincrasia, nuestra ideología o nuestra posición económica, ya que la simbiosis de todas las creencias y valores no es imposible,  vamos  creando una forma de ser y estar en el mundo. Por eso no es nada despreciable la existencia de un subgénero dedicado a la Navidad, a las familias, como si éstas carecieran de importancia (muchos han errado intentando erradicar tradiciones), cuando en todos los lugares del mundo se lamenta la disolución de estos núcleos de convivencia, bien por ruptura de las parejas o por la pérdida de alguno de los miembros que nuclea el grupo. Estoy haciendo un ejercicio que había despreciado anteriormente, y es examinar con más detalle algunas de estas producciones, y lo primero que salta a la vista es el exceso, el horror vacui que las domina, la necesidad de hacer cosas relacionadas con la fiesta, ya sean galletas, casas de jengibre, calcetines, comidas, cenas, celebraciones de bebidas como la sidra..., unas prácticas que se están implantando en nuestro país de una manera silenciosa y que han invadido territorios ideológicos muy alejados de la esencia de la conmemoración y que tienen lugar en el documental, en el episodio en el que  Benjamin Bradley tiene que decorar la casa de una familia en la que el marido es protestante y la mujer judía y hacer una combinación de iconos, símbolos, manjares que respeten tanto la Janucá o Fiesta de las Luminarias * como el nacimiento de Jesús. Pero en todas estas películas se desliza el lado oscuro de nuestra existencia, el recuerdo de que somos mortales, que un esclavo susurraba en el oído del César, y que el barroco convirtió en protagonista de sus composiciones artísticas. Son como un jarro de agua fría que neutraliza las luminarias y el brilli-brilli, y que deja al descubierto la profunda religiosidad que subyace en el ánimo de muchos estadounidenses (hablo de este pueblo porque suyo es el género), que debemos tener en cuenta cuando vemos estas películas; la Navidad es el momento en que más se notan las ausencias, algo que se puede poner de relieve u omitir. En todas las que estoy viendo estos días las muertes se hacen muy explícitas; también se visibilizan símbolos de la patria como el águila, la Constitución Americana o el Discurso de Gettysburg cuando se sienta a la mesa un militar.




Una réplica de un bastón de caramelo en un balcón en el centro de Valencia

Fotografía cedida al blog por Elisabet Hernámndez Valerio


Desde la primera secuencia, el documental insiste no sólo en la visión de los adornos, sino en el sonido ambiental (la tierra, cuando recorre su órbita suena, pero es tal el ruido que hacemos que no la oímos) que acompaña a esta fiesta y el olor y las fragancias de los elementos que se usan para decorar, aunque van penetrando con fuerza los abetos artificiales. Algún personaje secundario recuerda que en su infancia se cortaba un árbol de los que rodeaban su casa de los tradicionales suburbios norteamericanos con el objetivo de engalanar su hogar. La emoción que embarga al decorador le hace decir constantemente: "Sólo el Grinch, llamado también Grouchy, traducido al castellano como gruñón, estaría en contra de nuestro trabajo. De hecho, el Grinch es un personaje literario creado por  Dr. Seuss, escritor y caricaturista, que aparece por primera vez en el libro infantil de 1957  "Cómo el Grinch robó la Navidad'. Este personaje es una parodia del carácter moderno y mercantilista de la fiesta, mas su excesiva preocupación por sí mismo acabó alejándolo de los demás, lo que lo obligó a cambiar de actitud, alejarse del odio y convertirse en un icono de lo que rechazaba.

El decorador tiene una fijación mental: crear nuevas tradiciones en las familias que sigan sus descendientes, e iluminar las casas de tal manera que obligue a los vecinos 'a usar gafas de sol para salir de casa', algo que sentencia con normalidad porque en Navidad nada es excesivo, cuanto más mejor. En su especie de viaje pasa por una familia afroamericana acomodada, en la que las madres de ambos están divorciadas, y los hijos quieren ponerse al mando del timón de estas fechas, un parque de bomberos, una casa de italianos inmensa y una pequeña casa de un suburbio compuesta por un hombre protestante y una mujer judía, con tres hijos, que adoptan la religión de la madre. El mayor de los tres, un preadolescente 'gruñón' se queja constantemente del exceso. Al final todos quedan satisfechos con el trabajo de Benjamin Bradley. Podemos afirmar que en todos los casos triunfa el espíritu navideño del que venimos hablando, y que poco tiene que ver con los 'Cuentos de Navidad' de Charles Dickens y otras historias de Santa Claus que ponen el acento en la existencia de clases y las diferencias entre niños ricos y niños pobres, a los que favorece este personaje ficticio.

A este lado del Atlántico no hemos llegado a este nivel exagerado de inmersión en el consumismo más disparatado de que hacen gala estas películas, aunque vemos que poco a poco van penetrando estas prácticas, si bien muchas ciudades han tomado conciencia del momento que vivimos y podemos afirmar que son severas en el despilfarro de luz.



* Hanouka (Januká) es una festividada judia que conmemora la rededicación del segundo Templo de Jerusalén y lza rebelión  de los macabeos contra el imperio seleucida.

Comentarios

Entradas populares