Detrás de sus ojos. Creador: Steve Lightfoot. Ficha de identificación y crítica.
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CUESTA IMAGINAR QUE HAYA UN RELATO 'SIN'ARGUMENTO
Ficha de identificación:
Título original: Behind her eyes
País: Reino Unido
Año: 2021
Duración: 51 minutos
Género : Thriller, Miniserie TV
Creador: Steve Lightfoot
Directores: Steve Lightfoot y Erik Richter Strand
Guion: Steve Lightfoot, Angela LaManna, basado en la novela de Sarah Pinborough
Casting: Olivia Scott-Webb
Dirección de Fotografía: Felix Wiedemann
Música: Rupert Gregson-Williams
Decoración del set: Neesh Ruben
Diseño de producción: Matthew Price
Diseño de maquillaje y peluquería: Konnie Daniel
Productor: Eliza Mellor
Productores ejecutivos: Chrish Lahr, Steve Lightfoot, Jessica Burdett, Andy Harries, Suzanne Mackie
Diseño de producción: Chris Roope
Compañías productoras: Let Bank Pictures, Sony Pictures Television, distribución: Netflix
Reparto:
Simona Brown: Louise
Eve Hewson: Adele
Tom Bateman: David
Robert Aramayo: Rob
Tyler Howitt: Adam
Georgie Glen: Sue
Aaron Anthony: Ian
Nichola Burley: Sophie
SINOPSIS:
Una madre soltera se adentra en un mundo de manipulaciones perversas al iniciar un amorío con su jefe y una amistad secreta con su enigmática esposa.
LO QUE SE DICE:
Detrás de sus ojos es una serie británica que ha sido calificada en la página española con una nota media de 6,0, según el voto de 4,202 lectores, que la página norteamericana Imdb eleva a 7,2, según las valoraciones de 62,000 usuarios. Rotten Tomatoes publica un índice de aceptación de la prensa basado en 38 reseñas, que el público rebaja a un 57%, en opinión de 352 lectores.
Según Juan Manuel Freire el director antepone la realidad a la subjetividad, el delirio a la razón, el salto al vacío a la red de seguridad (Juan Manuel Freire, diario 'El Periódico'); thriller bien hecho y totalmente demencial (Roxana Hadadi (rogerebert.com); primer genérica, después, intrigante, y, al final, ridícula ( Daniel Fienberg, The Hollywood Reporter)
CRÍTICA:
Steve Lightfoot, un realizador en cierta medida consagrado ('Presunto culpable', 'The Punisher') da la impresión de querer jugar al gato y al ratón con su público en esta ocasión. Comienza un relato que en principio parece militar en lo que algunos, entre ellos Juan Manuel Freire, llaman 'realismo kitchen Sink' ( de fregadero). Las primeras secuencias están protagonizadas por una joven madre soltera que trabaja de secretaria en una pequeña clínica psiquiátrica, se ha separado de su compañero, con el que tiene un hijo de 7 años, y decide una noche, al fin, salir con una amiga. La compañera falla y conoce por azar a un hombre atractivo con el que hay un pequeño encuentro sexual, y que acaba revelándose como su futuro jefe. Ya desde esta secuencia inicial algo nos dice que hay un lado oscuro en la vida de este psiquiatra, pero el realizador consigue mantenernos hasta las últimas secuencias en vilo, sin darnos una pequeña pista que azuce nuestra curiosidad. David es un hombre casado con una mujer, Adele, de la que iremos conociendo su situación económica, mental, sus circunstancias familiares, por medio de flashbacks, algunos reincidentes y sin aportar una información que conduzca a alguna parte.
El espectador sabe que hay algo luctuoso que une indisolublemente al matrimonio, pero todo lo que deduce es fruto de su pura imaginación. El hecho de que Louise se haga amiga de Adele, con la que tiene en común terrores nocturnos que la segunda le ayuda a controlar, a la vez que amante de su marido desconcierta pero no aporta una información ni en relación al contexto ni al subtexto, de tal manera que, cuando llegamos al final de la serie la conclusión es en verdad ridícula y no deja satisfecho al espectador por poco exigente que sea. No es un final cualquiera, es un final malsano del que no se nos ha advertido ni para el que no se nos ha preparado de ninguna manera. Algunos aspectos que deducimos . Por qué tiene David un brazo quemado, -sabemos que ha salvado a su esposa en un incendio -, pero los hechos narrados visualmente e incluso por medio de los diálogos breves y poco informativos, crean unas expectativas que finalmente ni se descartan ni se afirman, de tal manera que, al fin, el único inocente es el tenido por 'presunto culpable' durante toda la serie. El giro final no se adecúa a las expectativas creadas y es artificioso; por mucho que pretenda ser espectacular nos deja fríos, y al personaje principal como un auténtico idiota. Reconozco que si he permanecido atenta a la pantalla ha sido por el atractivo de unos actores que se mueven bien en el relato, por muy destarifada y disparatada que sea la historia. Daba la impresión en los primero cinco capítulos (son seis) que iba a producirse una revelación importante que explicaría todas las imágenes de surrealismo onírico que han desfilado ante nuestros ojos, pero salimos absolutamente defraudados, porque, sencillamente, no está bien planteada ni va en el camino que el espectador espera.
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