El caso Hartung. (Miniserie TV). Ficha de identificación y crítica.
Ficha de identificación:
Título original: Kastanjemanden
Paíus: Dinamarca
Año: 2021
Temp@orada 1; episodios 6; duración 50 minutos
Género: Trhiller
Creadores: Mikkel Serup, Dørthe Warmo Høgh, David Sandreuter (episodio 1); Mikkel Serup,
Dirección: Mikkel Serup (Episodio 1, 2) Kasper Barfoed
Guión: Søren Sveistrup, Dorte W. Høgh, David Sandreuter, Mikel Serup, basado en la novela Søren Sveistrup
Casting: Tanja Grunwald
Dirección de Fotografía: Sine Vadstrup Brooker, Louise McLaughlin
Música: Kristian Eidnes Andersen
Edición: Catherine Ambus, Anja Farsig, Martin Schade, Lars Therkelsen
Dirección artística: Mathias Hassing
Diseño de vestuario: Thomas Greve
Maquillaje y peluquería: Jill Arnfjord
Productores: Morten Kjems Hytten Juhl, Stine Meldgaar Madsen
Productores ejecutivos: Meta Louise Foldager Sørensen, Søren Seveistrup. Mikel Serup
Diseño de producción: Thomas Greve
Compañías: Productoras: Sam Production
Reparto:
Danica Curcil: Nahia Thulin
Mikkel Boe Folsgaard: Mark Hess
Iben Dorner: Rosa Hartung
Esben Dalgaard: Steen Hartung
David Dencik: Simon Genz
Lars Ranthe: Nylander
Amders Hove: Aksel
SINOPSIS:
En un parque infantil de una tranquila zona residencial de Copenhague, la policía encuentra a una joven brutalmente asesinada a la que le han seccionado una mano. Sobre la chica cuelga un muñequito hecho con castañas. El caso se asigna a la ambiciosa y joven detective Naia Thulin y a su nuevo compañero, Mark Hess
LO QUE SE DICE:
CRÍTICA:
La serie que aborda el secuestro y posterior desaparición de la hija de Rosa Hartung, se sitúa en un contexto histórico determinado, las elecciones danesas que 1987 que llevaron al poder al conservador Partido Popular de Dinamarca gracias a una coalición que desplazó del gobierno a la socialdemocracia. El background es, ante todo, una denuncia del resentimiento que invade a un ser humano por cualquier razón, ya sea de discriminación en función del sexo, la edad, la situación económica, el origen, etc. , o cualquier otra circunstancia. En este caso se pone el acento en el trato que reciben los niños huérfanos o abandonados por sus padres biológicos de los padres de adopción, que en demasiadas ocasiones los acogen por cuestiones económicas, y en otros carecen de escrúpulos. Es curiosa la atención que reciben estos niños en el cine o la Televisión, sirviéndose de películas y series, de países muy desarrollados, generalmente pequeños como Dinamarca, o de tamaño medio, tanto por el territorio que ocupan, como por la densidad de su población, como Corea del Sur. Hay dos protagonistas, una mujer-policía, Nahira Thulin, y una política, una Ministra de Asuntos Sociales en el gobierno de coalición, víctima de un asesino en serie, 'El hombre de las castañas' (Kastanjemanden), en la persona de su hija preadolescente, un tema tratado mediante una diégesis de cine noir danés.
Ignoramos el partido al que se adscribe a Rosa Hartung, aunque no parece que sea el mismo que el gobernante, al que pertenece la Primera Ministra del País. Aporto esa opinión porque la cámara, a diferencia de lo que ocurre con los países del sur de Europa, no criminaliza a los políticos por el simple hecho de serlo, a pesar de los esfuerzos de la prensa amarilla de sacar partido a cualquier información que venda periódicos o programas televisivos, que arrastran a los titulares de otros soportes (blogeros, youtubers...), y, sin embargo, no empatiza con instituciones que dependen de los gobiernos, como la policía. Nahira Thulin no logra hacerse simpática, no es una heroína y tienen problemas domésticos, relacionados con su papel de madre, precisamente los que castiga el serial killer. La mira, igual que a su compañero, como una policía que no duda en extender el miedo entre los sospechosos por cualquier razón que se le cruza por la mente, o entre los que carecen de una coartada sencillamente porque la noche de un crimen habían decidido irse a dormir pronto; incluso está dispuesta a aceptar la autoinculpación de un hombre que, si es algo, es un enfermo mental. Y esta forma de representar a los personajes hace el film absolutamente diferente a cualquier thriller norteamericano, en el que el policía siempre es el héroe del relato, y los políticos los corruptos. Salvo alguna excepción que denuncia la corrupción policial. No deja de llamar la atención el hecho de que en situaciones de estrés, -también en las series coreanas -, algunos personajes sangren por la nariz. Algo a lo que no dan demasiada importancia.
La historia es interesante, merece la pena adentrarse en esta serie, breve y que incrementa poco a poco el interés y capta la atención del espectador, mostrandole las vísceras de un estado idealizado en Europa como Dinamarca.
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