Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro. Shinobu Tagashira
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¿SE PUEDE PROVOCAR TERROR CON IMÁGENES DE ANIMACIÓN? LAS PRODUCCIONES ORIENTALES, Y EN ESPECIAL LOS JAPONESES, LOS REYES DEL MANGA, PUEDEN, TANTO EN IMAGEN FIJA COMO EN MOVIMIENTO.
Ficha de identificación:
Título original: Junji Ito Maniac: Japanese Tales of the Macabre
País: Japón
Reparto:
LO QUE SE DICE:
Es cierto que, como afirma Máximo Simancas (las cosas que nos hacenfelices.com) "no siguen una única trama (...), sino que se trata de una recopilación de historias cortas del mangaka en la que apenas veremos a algunos personajes recurrente."
Dicho esto, desde mi modesta posición , más aficionada a los mangas de Hayao Miyasaki e Isao Takahata, autor de una de las historias más duras y tristes del animé, 'La tumba de las luciérnagas', autores con una gran sensibilidad que han conquistado a los fans del cómic occidental, me he adentrado en estos relatos japoneses de lo macabro y reconozco que me ha comenzado a doler el estómago. Hay un background muy claro en la serie: el mayor desasosiego que atormenta al hombre es que es mortal, y muchas de las causas que motivan sus historias tienen que ver con con actitudes que nos provocan a diario estados de desasosiego porque el temor a la muerte nos persigue a cada paso que damos y en cada decisión que tomamos. Tanto monta el hermanito raro que nos inquieta, como el suicidio de una o un idol, cuyas decisiones involucran a cientos de jóvenes seguidores, la enfermedad de uno de los nuestros, los accidentes de carretera y las muertes que producen, la anorexia, la violencia dentro de las parejas, los naufragios de barcos, etc., tienen un denominador común: nos recuerdan que somos mortales. Las diferentes historias, una malévola y malsana construcción, sigue un ritmo creciente en su mirada escatológica, y en la construcción de metáforas, que atacan a la serenidad del espectador, de acuerdo con su diferente grado de sensibilidad y tolerancia frente a las imágenes que desfilan ante sus ojos. A mí, si sirve de algo, me ha acabado doliendo el estómago.
Es cierto que hay cierta irregularidad en la creación de esta serie, que busca un nexo común en cada uno de los relatos, y que, en algún momento, roza el ridículo, pequeñas alteraciones en la construcción de un crescendo que permiten tomar un poco de aire. ¿ Quién, siendo amante de sus libros o sus películas no ha sentido un intenso desasosiego al comprobar que le falta alguno de los ejemplares que más le han atraído, hasta sentir un nerviosismo incontrolable que lo ha empujado a buscar inútilmente esa historia que le falta? ¿Quién no ha sentido ganas de vengarse de una pareja que lo/la abandona, tras realizar enormes sacrificios para mantener su amor? Y estos son los motivos más suaves de la desesperación en que muchas veces caemos, que nada tiene que ver con otros accidentes o decisiones de consecuencias más trágicas. La muerte es el nexo de unión de todas estas historias, a causa de motivos no del mismo grado de banalidad. La serie nunca es mala dice Lex Briscuso (Slash Film), es lo suficientemente disfrutable, aunque no está a la altura de singularidad desgarradora que ha convertido a Ito en un referente del mundo del terror; a pesar de que puede defraudar a sus seguidores, dice Jonathon Wilson (Ready Steady Cut), contiene una buena dosis de memorable horror desagradable,
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