Los Fabelman. Steven Spielberg. Crítica.

 



Ficha de identificación, sinopsis, lo que se dice (Pinchad aquí)


La que ha sido calificada por los críticos norteamericanos como la mejor película del año, es un relato amable y honesto de un personaje que es, en gran parte el propio cineasta, uno de los mejores storytellers de la era contemporánea, que, después de hacer sagas de aventuras tan impresionantes como 'Indiana Jones (creada por George Lucas)', o películas tan terribles como 'La lista de Schindler' y 'Munich', o tan impactantes emocionalmente como 'ET' o 'El Imperio del Sol', que no sólo nos han hecho felices con el as que siempre guardaba el cineasta en la manga para sorprendernos llegados al final de sus historias, sino que sus películas han sido la mejor escuela de actores estadounidenses, dejándonos, entre otros, estrellas tan carismáticas como  Harrison Ford, Christian Bale, Leonardo DiCaprio, Liam Neeson, etc.  Acercándose a los 77 años, parece que ha decidido hacer balance de su vida y su carrera y nos regala esta sorprendente joya, que nos emociona como sus tradicionales finales.

El llamado por muchos críticos 'Rey Midas', y contemplado por algunos sectores del público como símbolo del capitalismo (como el joven de Modesto, George Lucas), parece que ha decidido combatir, a su manera, amable y mágica, esta idea. El protagonista de su historia es un chaval normal, nacido en el seno de una familia judía, con todo lo que eso significa, numerosa, bien avenida, industriosa y entregada a su actividad personal, la que sea ( 'Del home mire sempre les mans', - del hombre miro siempre las manos -,  decía Raimon ), que tuvo una infancia feliz, hasta que la vida se impuso y sus padres se divorciaron, a causa de la 'infidelidad' de la madre, que se enamoró del mejor amigo de su padre, una triste realidad para el joven, que descubre en el segundo plano de una de sus filmaciones de amateur.  La ruptura de sus progenitores no es traumática, sino que bien avenida, pero impone una nueva forma de vida. El joven no irá a la Universidad, sino que lo arriesgará todo por una de sus pasiones: el cine, al que dedicará su vida entera, dando los frutos que todos conocemos.

Ni su familia era potentada, ni disponía de grandes recursos, aunque en una época, dorada para Hollywood, en la que la decoración de los sets era de cartón piedra (Spielberg y Lucas fueron muy responsables de la reforma definitiva del cine), pudo conocer en persona a John Ford. Emociona la secuencia en la que espera al mito en un despacho, a  cuyo frente se encuentra una secretaria eficiente, no despampanante, rodeado de los carteles de los films más emblemáticos del irlandés. El chico ha llegado a su templo, en el que querrá permanecer siempre. Una narración sencilla, emocionante, como todo lo que realiza Spielberg, que, en el fondo y en la forma, lanza un mensaje de esperanza a todos los jóvenes que, como él, se sienten dominados por una pasión y lo arriesgan todo por ella.

Un film imprescindible y necesario.

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