Marlowe. Neil Jordan. Ficha de identificación y crítica.

 


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NO DEMASIADAS VECES EL FONDO Y LA FORMA SE PONEN AL SERVICIO DEL PROTAGONISTA QUE DA NOMBRE A LA PELÍCULA, COMO EN ESTE FILM NEO NOIR DE NEIL JORDAN


Ficha de identificación:


Título original: Marlowe
País: Irlanda; co-producción Irlanda/España/Francia
Año: 2022
Duración: 109 minutos
Género: neo noir

Dirección: Neil Jordan
Guion: William Monahan, basado en la novela de John Banville, y en un personaje de Raymond Chandler
Casting: Daniel Hubbard
Dirección de Fotografía: Xavi Giménez
Música: David Holmes
Edición: Mick Mahon
Dirección artística: Mani Muños
Decoración del set: Deborah Chambers, Andrea Seoane

Diseño de vestuario: Betsi Heyman
Diseño de peluquería: Lorraine Glynn
Diseño de maquillaje: Niamh O'Loa

Productores:Colette Aguilar, Mark Fasano, Victor Hadida, Patrick Hibbler, Billy Hines, Philip Kim, Alan Molone
Productores ejecutivos: Mary Aloe, A.J.Buckley, Alberto Burgueño, Fahar Faizaán, Simon Fawcet, Celine Haddad, Christopher, Hynes, Peter M.Lenkov, Monte Lipman, James Masciello, Jan MacAdoo...
Diseño de producción: John Beard
Compañías productoras: Parallel Film Productions, Hills Productions AIE, David Films, H2L Media Group, Nickel City Pictures, Storyboard Media, Aperture Media Partners, Elipsis Capital


Casting:



Liam Neeson: Marlowe
Diane Kruger (Troya)
Jessica Lange: Dorothy Quincannon
Adewale Akkinnuoye-Agbaje
François Arnaud: Niko Petersen
Patrick Muldoon: Richar Cavendish
Darrel D'Silva


SINOPSIS:



A finales de los años 30, en los bajos fondos de Los Ángeles, el detective privado Philip Marlowe (Liam Neeson) es contratado para encontrar al ex amante de una glamurosa heredera (Diane Kruger), hija de una conocida estrella de cine (Jessica Lange). La desaparición desentierra una red de mentiras y Marlowe se verá envuelto en una investigación peligrosa y mortal en la que todos los implicados tienen algo que ocultar.



LO QUE SE DICE:


El film no ha sido entendido ni disfrutado por la prensa y el público que asiste a las salas de cine, curiosamente más mujeres que hombres, atraídas por la inevitable decadencia física de Jessica Lange, una conclusión que se oye con frecuencia mientras abandonas la sala. Esta realidad se hace evidente en las valoraciones de los espectadores, 5,1, una nota media basada en 347 votos, que podéis encontrar en la página española Filmaffinity, una media que la norteamericana Imdb eleva a 5,3, basada en 5,500 de sus usuarios.

Este clima se manifiesta con claridad en las opiniones de los críticos en los medios que se han pronunciado ante este estreno con calificativos como : diálogos sin chispa, personajes arrogantes...(Oti Rodríguez Marchante, diario ABC); falsedad y cutrerío visual y narrativo (Carlos Boyero, diario 'El País'); más que correcta, con atmósfera, pero sin la densidad del género de los 40 y 50 (Quim Casas, El Periódico de España); copia de copia (Salvador Llopart, Diario 'La Vanguardia) ...


CRÍTICA:



Es posible que el realizador y su guionista, William Monahan no hayan acertado con el target de su película, que ni satisface al cinéfilo que tiene su horizonte máximo fijado en el cine negro norteamericano, quizá algo en el polar francés, y el público actual al que las mafias surgidas bajo el paraguas de la Ley Volstead, la Ley Seca norteamericano, que dirimieron sus diferencias a tiros en las calles de las ciudades estadounidenses, les quedan ya muy lejanas. Tampoco acierta si pretende atraerse, en el comienzo de la era tecnológica, a un público adulto, más acostumbrado al comercio ilegal de la droga, aunque el joven desaparecido, cuyo cadáver buscan, es un protagonista de la transición de un modo de delincuencia a otra. En resumen, Neil Jordan, un cineasta mágico que nos encandiló en 'Desayuno en Plutón' y nos  habló de la diégesis cinematográfica en su película 'Entrevista con el vampiro' , interpretada por Brad Pitt, nos defrauda, como veremos más adelante. Su relato es todo un homenaje a un personaje ficticio,  Philip Marlowe, creado por Raymond Chandler en 1934, y en especial al cine noir al que rinde un homenaje al comienzo del film, con unas imágenes que son un cameo de la Femme Fatale que protagonizó en 1944 Barbara Standwich en Perdición, un film dirigido por Billy Wilder, y ya en  2002, en el inicio del siglo XXI, Rebecca Romijn  en 'Femme Fatale' dirigida por Brian de Palma, una película que algunos integrarían en la etiqueta de Neo Noir, un cine que utiliza algunos elementos del cine negro en un contexto actual. ¿Son Jessica Lange y Diane Krueger dos mujeres fatales? No lo parece, sino todo lo contrario, dos capos mafiosos que seducen a hombres, una posición acorde con el avance de los movimientos feministas en el mundo, que despista a los que siguen adscritos al cine que se hacía en la época del glamour, en blanco y negro, icónico y embellecedor hollywoodiense; la cámaras no idealizan a las protagonistas como hacían en la época de la primera crisis financiera que afectó al mundo occidental, o como hace en la actualidad  François Ozon, incluso en su última película 'Mi crimen'.

Leam Neeson hace el mismo papel que Antonio Banderas en la película de Brian de Palma, el del voyeur, que abre el film delante de una ventana con una persiana entreabierta, y observa a Dorothy Quincannon (Jessica Lange), borrosa y desdibujada, mientras aparece en la estancia su hija, que pone su 'cadáver' encima de la mesa, de acuerdo con el principio más recurrente de arrancar el discurso del género, un método inductivo que va de lo particular a lo general: desvelar lo que motiva la puesta en acción, y es aquí donde se enmaraña el relato. El lenguaje visual es preciso y nos muestra con imágenes que Marlowe es un posible ex-detective expulsado de un cuerpo policial ( se dice de pasada y hay que estar atento), donde conserva sus contactos, un hombre que se ve obligado a ir derribando muros. Es espectacular la cantidad de puertas que se abren y cierran desde los primeros planos, cuando avanza hacia el exterior  de su oficina y debe abrir la puerta de cristal del despacho, con el letrero usual en estas estancias que anuncia que el lugar es 'Private', hasta salvar las del ascensor, la de la jaula de hierro clásica de los viejos montacargas y las de la cabina. A partir de ese inicio, Marlow deberá ir superando todos los impedimentos que se oponen a su marcha, la de un hombre que ya no es joven, y que puede controlar sus impulsos pasionales. Algunos contrapicados del personaje y picados más confusos aún de  Jessica Lange pueden desorientar al público, y en este punto es posible que yo no haya sabido interpretar en un único visionado a un director que ha decidido poner en escena un proyecto en el que prima la horizontalidad, la planitud, acentuada por la preeminencia de los planos medios, y algunos planos generales que intentan romper la monotonía y no lo consiguen, llegando a un final que se parece tanto a la vida misma, se alejan tanto del realismo mágico y la poesía del director que nos encandiló en otras películas, que provoca un cierta desorientación en un público, acostumbrado a que las cosas, con demasiada frecuencia, sean difíciles de interpretar. Marlowe es un mediocre desacralizado y acaba su trayectoria de esta manera. Ni héroe, ni villano. Solo un hombre que busca recuperar su empleo y está ya viejo y cansado para heroicidades, y esto rompe con una de las condiciones del cine y la literatura: abrir nuevas ventanas al mundo y a la par entretener ¿entretiene? Quizá el diseño tan clásico del cartel haya hecho pensar a muchos que estaban en la década de  los 40 del siglo XX, cuando están asistiendo a una época crepuscular de esta forma de representación, que tiene como vehículo un proyector y una pantalla blanca que impone una forma de estar en la sala oscura. Se recomienda ver NOPE de Jordan Peele.


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