Besos, Kitty.Creadora: Jenny Han. Ficha de identificación y crítica.

 


El copyright de las imágenes pertenece a sus autores

y/o la compañía productora y distribuidora


LA DESACRALIZACIÓN DEL KDRAMA, DEL KPOP, Y DEL  ARQUETIPO MASCULINO


Ficha de identificación:

Título original: Xo, Kitty
País: Estados Unidos
Añp: 2023
Temporada 1; episodios 10; duración 30 minutos
Género: comedia juvenil
Edad recomendada: a partir de los 7 años

Dirección: Jenny Han
Dirección:  Jennifer Arnold, Jeff Chan, Katina Medina Mora, Pamela Romanowsky
Casting: Lindsay Baldasare, David Rapaport, Su Kim
Guion: Jenny Han, Jessica O'Toole, Siobhan Vivian, basado en el libro de Jenny Hall
Dirección de Fotografía: Sandra Valde-Hansen, Lindsay George
Música: Jina Hyojin  An, Shirley Song
Edición: Anthony Rosc, Katie Abel, Lindsay Armstrong, Nicole Artzer, Michelle Harrison, Colin Johnson
Dirección artística: Emma Koh

Diseño de Vestuario: Mojdeh Daftary
Departamento de maquillaje: Diana Lee
Jefe de Departamento de peluquería: Taschi Lynell

Productores: Liz Brandenburg, Don Dunn
Productores ejecutivos: Jenny Hann, Matthew Kaplan, Sascha Rothchild
Diseño de producción: Nakyum Lee
Compañías productoras: Ae Entertainment, Awesomeness TV, Jenny Kissed Me; distribuye Netflix


Casting:


Annah Kathcart: Ketty
Choi Min-yeon
Gina Kim
Lee Sang-heon
Anthony Keyvan
Peter Thurnwald
Kim Yoon-jin



SINOPSIS:


la Joven Kitty se encuentra con su novio a distancia en el mismo instituto de Seúl en el que estudió su madre.


LO QUE SE DICE:


Incomprensiblemente este film, del que ahora hablaré, ha sido mejor valorado por el público que otros superiores sin discusión. La página española lo aprueba con un 5,5, basándose en el voto de sus lectores; Imdb eleva esta nota a 6,6, según la opinión de 5,800 votos de sus usuarios.

Pero hay que leer las críticas, que junto a la censura del algoritmo nos distancia cada vez más del buen cine que se hacía en la era industrial en Occidente, y que ahora se hace en países como Corea del Sur, como reconocen los críticos de cine norteamericanos y el público de EE.UU., considerado la Meca del Cine, sin que les duelan prendas. Otros críticos dicen cosas como que es una serie encantadora, aunque enrevesada (Janelle Zara, The Guardian); película llena de giros para generar cualquier expectativa (Rache Labonte, Screen  Rant); una auténtica delicia ver a esta adolescente (Fletcher Peters, The Daily Beast); una película fresca que encaja con su luminosa heroína (Angie Han, The Hollywood Reporter).

También tiene detractores, entre ellos Abby Cavenaugh, (Collider), para quien es grimosa y decepcionante, con nada del encanto de sus predecesoras (La trilogía To All The Boys I've Loved Before); según Adam Lock (Ready Steady Cut)  es sorprendente que para estar ambientada en Seúl, haya tan poca cultura coreana que disfrutar. Rotten Tomatoes refleja magníficamente la diferencia entre la 'superestructura' de la 'intelligentsia' de los periódicos y el público que acude a las salas, que no siempre es un rebaño de ovejas fácil de manejar. Esta página da un índice de aceptación de la prensa del 85%, que desciende a un 59% entre el público. No se dan datos de la muestra.


CRÍTICA DEL BLOG: 


Lo primero que no debiéramos confundir es el ser con el deber ser. Ya bien entrados en la era tecnológica en la que la IA está al alcance de los más pequeños, es confundir estas dos realidades. Ya hay algún país que ha prohibido el uso de este dispositivo a los menores de edad, de momento en las escuelas, aunque se está estudiando hacerlo en otras áreas, y han empezado a considerarlo un riesgo para su salud, en vez de reprimir las libertades de los adultos en cualquier medio. Es sorprendente que se apliquen a esta película calificativos como encantadora, deliciosa, luminosa, que nos ayuda a entender y disfrutar de la cultura coreana. Pues no es así; el contexto en el que se desarrolla la acción es un centro internacional que se llama Kiss, en el que hay alumnos de diferentes países del mundo, y, por supuesto, también coreanos, pero la mirada es mucho más superficial que la del turista que pasa dos días por la ciudad. Netflix nos ha dado la oportunidad de conocer la cultura coreana a través de series, que nos muestran diferentes aspectos de su idiosincrasia, sus costumbres, sus creencias, su historia, sus humillaciones como país, tras ocupaciones como la japonesa, la rusa o la china, y las tiendas de cómics comienzan a estar invadidas por sus novelas gráficas, extraordinarias, que inciden en estos aspectos. Hay pocas cosas que no sepamos de sus creencias populares, del confucionismo de las élites, de sus conglomerados, sus ídolos, su visión del matrimonio, su misogamia...También del minimalismo que abarca desde el decorado de sus casas hasta la ropa, muchas veces oversize, sobredimensionada y enorme, muy alejada de la chica choni kitsch que representa a las jóvenes de la clase alta.

Frente a esta realidad del país asiático que muchos conocen a través del kpop y los kdramas, que nos hablan de citas a ciegas, de padres y jefes que pegan a sus hijos y subordinados, y cenas de empresa copiosas, que acaban en el karaoke, vemos a una joven americana que pisa fuerte sin motivo, y que da una visión antigua y casposa del hasta ayer mismo primer mundo. Una serie sin interés. que ni siquiera te permite permanecer atento a la pantalla por morbosa curiosidad, a la vez que no cumple con ninguna de las funciones que se atribuyen al cine, ya sea entretener, enseñar, o aumentar nuestro conocimiento de las dos sociedades que se encuentran: la norteamericana y la coreana. El fandon coreano se ha extendido por todo el mundo de forma espectacular, y muchas army del mundo se habrán sentido defraudadas ante una Kitty que no las representa y unos ídolos que las defraudan. En medio no hay nada, salvo la explotación del tema de la abundancia de niños huérfanos o abandonados en este país asiático, a los que siempre se refieren los coreanos en sus series y películas; niños que han sido adoptados, incluso por países extranjeros,  han triunfado profesionalmente y buscan a sus padres biológicos. Una pena que Occidente se haya quedado tanto corto en su visión de los países asiáticos emergentes .




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