El año en que empecé a mas******me. Erika Wasserman. Ficha de identificación y crítica.

 




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UNA COMEDIA SOBRE LAS RELACIONES ENTRE HOMBRES Y MUJERES, EN EL ÁMBITO PRIVADO DEL HOGAR, EL LABORAL O EL FESTIVO. UNA COMEDIA DESENFADADA QUE NO PARECE TOMARSE EN SERIO NADA, CON UNOS POCOS GUIÑOS EN CLAVE DE HUMOR DE LA QUE ALGUNOS HAN LLEMADO CUARTA OLA DEL FEMINISMO.


Ficha de identificación:


Título original: The Year I Started Masturbating
País: Suecia
Año: 2022
Duración: 131 minuto
Género: Dramedia
No hay recomendaciones de edad

Dirección: Erika Wasserman
Guion: Marie Christin Magdu, Eroka Wasserman
Casting: Lovisa Bergenstrahle
Dirección de fotografía: Niels Buchholzer
Música: Matti Bye, Andres af Kintgers
Edición: Oskar Blondell, Henrik Kälberg
Dirección artística: Emilia Milotti

Diseño de Vestuario: Pamela Norah Nakahbaale
Diseño de maquillaje: Mari Miltvedt

Productores: Nina Bisgaard, Serina Biorbom, Erika Wasserman
Productor ejecutivo: Jan Naszewski
Diseño de producción: Lisa Berkey Wallard
Compañía: Gimme a Break; distribuye Netflix


Casting:


Katia Winter: Hannah
Jesper Zuschlag: Morten
Henrik Dorsin: Staffan
Nour Eñ-Refai: Carolin
Vera Caribom: Liv
Hannes Fohlin: Adam


SINOPSIS:


Hanna, una mujer ambiciosa, quiere tener otro hijo antes de que sea demasiado tarde, pero su novio rompe inesperadamente con ella y su mundo se derrumba. Hanna empieza a darse cuenta de que puede estar persiguiendo las cosas equivocadas en la vida.


LO QUE SE DICE:


El film no ha gustado ni a uno ni a otro lado del Atlántico, como evidencian las notas medias que publica Filmaffinity, un 4,4, basado en el voto de 121 lectores, una media que IMDb eleva a 5,2, según las valoraciones de 1,500 usuarios. Rotten Tomatoes no da datos, a pesar de contar con tres reseñas y la opinión de 50 espectadores. Filmaffinity incorpora dos reseñas que no parecen tan negativas. Marshall  Shaffer (Decider) sostiene que el autodescubrimiento mediante la sexualidad de Hannah es lo suficientemente original y novedoso ; Jan Lundholt (Cineuropa) afirma que el guion de Wasserman honra y se divierte con el género, los escenarios son magníficos y las situaciones agradables.


CRÍTICA DEL BLOG:


Estoy de acuerdo con los críticos citados en que el film es desenfadado, alegre y agradable, y demuestra que se puede hablar de todo (de todo, todo, no; lo más escandaloso es el título y he intentado protegerme del logaritmo; decía el refrán popular que el gato escaldado del agua fría huye), sin enfadarse, sonriendo en los peores momentos e intentando recurrir a lo que cada uno tiene, incluido su propio cuerpo para salir de la miseria, en la que la protagonista nunca cae, a pesar de que va tocando todos los palos del actual discurso no binario que se expande por el globo, y que ignoro si este es el objetivo de la cuarta ola del feminismo  o no. Como ocurre con frecuencia la sinopsis confunde más que ayuda. Hannah vive con un hombre (¿novio, marido?), no queda claro. Dejémoslo en pareja. Y tienen un hijo, pero, al parecer ella quiere otro, y eso, entre otras cosas en las que no se profundiza demasiado va desgastando la convivencia de ambos, llegando a una conclusión en la que como hemos visto en otras latitudes, se impone la misogamia. Eso es todo, narrado con un buen estilo, ágil, sin pretensiones y muy positivo, lo cual supone un pequeño descanso en medio de tanta amargura y cinismo. No es una obra maestra, ni nos va a aportar demasiado, pero distrae algo más de una hora, si eso es lo que busca el espectador.

Disponible en Netflix.

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