La buena mala madre. Crítica.
FICHA DE IDENTIFICACIÓN, SINOPSIS, LO QUE SE DICE, ANÁLISIS DE LOS DOS PRIMEROS CAPÍTULOS (PINCHAD AQUÍ)
UNA MADRE SACRIFICA SU VIDA AL BIENESTAR Y DESARROLLO PERSONAL DE SU HIJO, REINICIANDO SU ESFUERZO EN CADA ETAPA. UNA TRAGEDIA PERSONAL CON FINAL FELIZ, QUE COINCIDE CON EL OBJETIVO DE SU ESFUERZO.
Los escritores y los guionistas de cine que escriben sus líneas con imágenes construyen una diégesis que debe ser completada con la experiencia del espectador. El resultado: Una película diferente para cada persona que se dispone a 'leer' en la pantalla. Me he sorprendido extraordinariamente el titular de Vogue.Mx este titular: El dorama cómico sobre la maternidad llega a Netflix. Con frecuencia no entiendo el sentido del humor de otros lugares, especialmente cuando en la primera secuencia ya se desata la tragedia, cuando se sientan las bases del verdadero subtexto del relato, su background, que denuncia la corrupción instalada en uno de los tres poderes del estado, el judicial, que provee al país de políticos que llegan con las manos sucias y con grandes implicaciones con las mafias que determinan el futuro de los más cercanos y el peligro de sus seres queridos. Yo no veo la diversión, pero quizá se me escapa algo. Doctores tiene la Iglesia, que comienzan su análisis in medias res, cuando una parte importante de la historia, que implica a la siguiente ya se ha concluido, y sin cuyo conocimiento es difícil entender los constantes giros y las reacciones de la madre y el hijo.
La buena mala madre descansa en el sacrificio de una mujer que, a su manera, ha creído saber qué convenía mas a su hijo. Un matiz; no es madre soltera, y no sé de donde surge el malentendido, a no ser que alguien haya accedido a esta narración a mitad de la serie, tras el accidente de que habla la sinopsis, y como consecuencia del cual el joven queda herido gravemente, en estado de coma, primero, en un estadio de desarrollo intelectual y emocional propio de un niño de 7 años al despertar, al que unos vecinitos llaman idiota. Tanto en la primera como en la segunda parte la madre actuará como una buena-mala madre, algo de lo que no todas las mujeres creo que seamos capaces, consiguiendo con su decisión que su hijo consiga todos los objetivos que se propone, por muy difíciles que sean de alcanzar. Pero, al final, todo beneficio exige un sacrificio y la vida pasa factura.
El espectador irá comprobando que el hijo no ha estado nunca lejos de su madre, que ha ido colocándose sucesivas máscaras, tras las cuales tenía el mismo objetivo que ella: la venganza. El fiscal añora la vida del granjero, pero necesita una serie de instrumentos, poderes e informaciones que le ayuden a reivindicar a su familia, a su padre, a su madre, y a él mismo, y cerrar todas las heridas que su actitud ha ido abriendo. Lee Dong-hyun, un joven de 28 años, se erige en una nueva revelación de los kdramas coreanos consigue junto a Ra Min-ra, en el papel de la madre, Jin Young-soon, que permanezcamos sentados ante una pantalla viendo a un grupo de actores, unos aldeanos que apenas tienen más diversión aparente que una granja de cerdos, objeto de continuos atentados, por razones que, quien se mantenga firme hasta el final, a lo que ayuda la intensidad emocional y el interés de cada relato, conocerá al final. Un canto a la vida que integra en sí misma a la muerte. El hijo, Choi Kang-ho, cerrará está historia con un 'Soy feliz' mientras las lágrimas recorren su rostro y hace que alguna se escape y lamine el de los demás, por muy contenidos que sean.
La serie está en Netflix, y yo la aconsejo encarecidamente. Unas buenas lecciones de humanidad no nos vienen nada mal, y hacen que, aunque sea por poco tiempo nos olvidemos de tanto cinismo,
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