Doctora Cha. Serie. Crítica.

 


EL MEJOR MOMENTO DE MORIR ES AQUEL EN EL QUE LOS QUE TE RODEAN TODAVÍA NOTARÁN TU FALTA.




CRÍTICA:

Estamos ante un relato importante, en tono de comedia, a pesar de los dramas que se jalonan en su desarrollo y las reivindicaciones que lo sustentan, e incluso con un diseño peculiar de personajes, especialmente el protagonista masculino, Kim Byyeong, representado con calidad de dibujos animado humorístico de Cartoon, un hombre amoral, consciente de que su vida es un verdadero embrollo con consecuencias sociales y morales que no esconde de manera alguna, sino que defiende ante su mujer y su amante, con las que ha formado dos células familiares: una tradicional y conservadora, constituida por su madre, su esposa y sus dos hijos, el hogar que le permite escudarse como un hombre decente y responsable, que consolida su puesto como cirujano en un Hospital Universitario de financiación privada; la otra la clandestina, integrada por su amante, su primera novia, y la hija que tuvo con ella después de casarse. Durante años consigue mantener un equilibrio más o menos estable, con una parte perdedora: la que no se ajusta a las convenciones, con la que comparte su lecho (desde hace 10 años duerme con su esposa en camas separadas),  la que padece la clandestinidad y educa a una hija involuntariamente en el rencor.

Este es el texto, pero el contexto es otro, y está sometido a constantes giros de gran trascendencia que contemplan el proceso, a raíz de una enfermedad grave, del ama de casa, Licenciada en Medicina, como su esposo y su amante, de los que fue compañera de facultad, que decide reconducir su vida, relegada en el ámbito sagrado del hogar, sacando provecho de todas las destrezas que ha adquirido a lo largo de su vida y emprendiendo una nueva vida sin ningún tipo de ataduras sentimentales. Para disfrutar de esta historia, contada con sencillez y humanidad, sin enfrentamientos de ningún tipo, a pesar de que los prejuicios almacenados en el interior de las personas afloran de tanto en tanto, hay que tener paciencia. Ya he dicho en otras ocasiones que, quizá, el sueño de Godard sería la Hallyu coreana, la nueva ola que vuelve, definitivamente, sus cámaras hacia la gente, las masas de un país que ha progresado  en todos los aspectos, cuya deriva los ha conducido a la misogamia, libremente elegida, como espacio de libertad en la que el individuo puede elegir el modo de vida que lo hace más feliz, haciendo emerger sin problemas todas las experiencias que ha tenido en su vida y que, ahora contribuyen a su felicidad, lo que no es poco cosa. Esa felicidad que se basa en esas pequeñas cosas que están al alcance de todos y no sabemos aprovechar. La parte de la 'revolución', solución económica definitiva de Cha, sería llamada ahora Startup, porque hace bueno el lema que dice que 'el hombre es lo que hace'.

La forma que algunos llaman  el Kdrama es ya muy conocida por el público occidental fan del subgénero asiático: tono de cinema verité, con mucha información sobre el país, sus usos y costumbres, su nivel de desarrollo, sus tradiciones y las de la nueva ola, ambientadas con música autóctona que goza de mucho predicamento en nuestra área. Sus realizadores saben captar la tensión, tanto cuando hablan de amor, de tragedia o incluso de muerte. Doctora Cha es un canto a la vida de la que forma parte también la muerte, una realidad que no esconden.

Muy recomendable. La serie, como casi todas las coreanas del Hallyu, está en Netflix.

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