El triángulo de la tristeza. Ruben Östlund. Ficha de identificación y crítica.

 

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Ficha de identificación: 

Título original: Triangle of Sadness

País: Suecia; co-producción Suecia/Francia/Reino Unido/Alemania

Año: 2022

Duración: 147 minutos

Género: drama distópico, comedia negra

Plataforma: Filmin

Edad recomendadada: Supervivencia

Calificación: Filmaffinity, 7; 7,3  Imdb

Dirección: Ruben Östlund

Guion: Ruben Östlund

Casting: Pauline Hansson, Ann-Sofi Back, Robert Rydberg, Robert Nodberg, Charlotte Brattin, Mira Uszkureit

Dirección de Fotografía: Fredrik Wenzel

Supervisores de música: Mikkel Maltha, Leslie Ming

Edición: Robert Östlund, Mikel Cee Carlson 

Dirección artística: Daphne Koutra

Diseño de vestuario: Sofie Krunegard

Diseño de maquillaje y peluquería: Stefanie Gredig

Productores: Erik Hemmendorf, Philippe Bobber

Productores ejecutivos: , Peter Possne, , Mikael Fellenius, Micha Green, Daniel Steinman, Rose Garnett, Lizzie Francke, Giorgos Karnavas, Konstantino Konstovrakis, Dan Wechsler, Jamal Zeinal-Zade, Andreas Roald, Jim Stark, Anna Cronemark, Mikel Merkt, Regina Solórzano, Brina Elizabeta Braz, Alessandro del Vigna

Diseño de producción: Josefin Asberg

Compañías productoras: Creative Europa Media, Avalon, Elastica Films,  Plattform Produktions, SVT Films, Väst Arte, Coproducción Office, arte France Cinéma, Eurimages, ZDF/Arte, Imperative Entertainment, Coproduction Office,  BBC Films, Essential Filmproduktion, Sovering Film, Svenska Filminstitutet, Det Danske Filminstitute, Nordisk Film

Casting:

Thobias Thorwid: Lewis

Harris Dickinson: Carl

Charlbi Dean: Yaya

Jiannis Moustos: Conductor

Vicki Berlin: Paula

Dolly de Leon: Abigail

Timoleon Gktsos: Tripulante guapo

Alicia Erikson: Alicia

Woody Harrelson: Capitán

Ztlako Buric: Dimitry

Sunny Melles: Vera

Carolina Gynning: Ludmilla

Iris Berben: Therese

Amanda Walker: Clementine

Oliver Ford Davies: Winston

Ralph Schicha: Uli

...

PREMIOS:

Palma de Oro del Festival de Cannes en 2022

SINOPSIS:

Un crucero para  súper ricos se hunde, dejando a los sobrevivientes, incluida una pareja de celebridades, atrapados en una isla. Una vez allí se produce una subversión de poder.

LO QUE SE DICE:

El film ha sido muy bien valorado por el público que le atribuye una media de 7,0 en laa página española Filmaffinity, basada en el voto de 11,248 lectores, una media que Imdb eleva a 1,300, de acuerdo con la valoración de 145 usuarios.Rotten Tomatoes da una media de aceptación de la prensa del 72%, analizadas 267 reseñas, y del 67% del público, pulsada la opinión de 1,000 espectadores.

El criterio de los creadores de opinión no es uniforme, aunque se han manifestado muchos de ellos en torno a este título. Se habla de mordaz sátira del culto al dinero y el insostenible sistema de clases del mundo actual (Elisa Fernández Santos, diario El País); capacidad para convertir cada acto cotidiano en infinitos errores, meticulosamente ordenados (Luís Martínez, Diario El Mundo); película de un cineasta pomposo y afectado (Carlos F. Heredero, Caimán); la confirmación de que Östlund es uno de los mejores cronistas, a través de la sátira, de las miserias del capitalismo salvaje (Javier Zurro, eldiario,es); otro éxito del terror social, exclama Zach Gayne (Screen Anarchy); una película simplista, autoindulgente en su prolongado metraje y muy divertida con sus sencillas indagaciones en la riqueza y el privilegio (David Rooney, The Hollywood Reporter)

CRÍTICA:

Generalmente dudo la razón por la que no se quiere profundizar en el subtexto de algunos films, y dudo de que la única excusa sea el spoiler. La película comienza con una especie de Mcguffin  que contempla el mundo de la moda, deteniéndose en los 'profesionales' masculinos, y compartiendo ciertas complicidades con el espectador, alguna de las cuales conocíamos por su proximidad al lenguaje publicitario: el mensaje que emite el creador de un spot es absolutamente denotativo si nos quiere vender algo que se vende solo, una gran marca. El hombre, en este caso, debe desfilar tranquilo, serio, con el 'triángulo de la tristeza' relajado, pero balanceando su cuerpo para dotar de sex-appleal a su personaje. Por el contrario el anuncio será divertido, extravagante y llamativo, más connotativo, cuando el producto sea barato, porque no se vende un producto sino una ilusión. Dicho esto, se informa al público de que un hombre que se dedica a esta profesión gana tres veces menos que una mujer. Sin solución de continuidad, se muestra a Carla, el modelo elegido, con una influencer de moda, Yaya, que protagonizan una diferencia en el modo de ver la vida de ambos: triunfadora ella, con dificultades él. Esto no quiere decir que el texto se adentre en el mundo de los modelos y las influencers, sino tan solo que nos presenta a unos personajes que van a compartir su protagonismo con otros en un crucero de lujo, que se convierte en una célula social en la que conviven la tripulación, el personal de servicio (cocineros, limpiadoras, marineros) y los pasajeros, que, en realidad, no sabemos por qué están ahí, si invitados y por quién.

Este mundo, aparentemente ordenado, va sufrir un fuerte vaivén, atribuible, en parte a la desidia de su capitán y de los oficiales al mando, que tiene su punto álgido en una cena de gala que da el responsable del buque, siempre encerrado y borracho en su habitación, y la arbitrariedad y las miserias humanas de la clase distinguida que es la que, en realidad, dirige este yate. A partir de aquí se ponen en evidencia las señales que denuncia la crítica sobre la decadencia de quienes están al mando, especialmente un capitán que come hamburguesas mientras sirve platos elaborados, en el fondo y en la forma, por chefs preparados para satisfacer a su clientela, que acaba en una serie de secuencias escatológicas, hasta que finalmente se hunde y deja unos pocos supervivientes. Pero, antes de que esto se produzca, el sueco Östlund ha ido dejando algunos indicios que complican la interpretación de su verdadero discurso: el dueño, y gran parte de sus invitados son rusos, enriquecidos tras la caída del sistema comunista, a los que hay que satisfacer en todo momento aunque de lugar a situaciones muy caóticas, mientras en la cocina suena la Internacional y es coreada por los trabajadores ¿? 

¿De qué caos nos habla el cineasta sueco? ¿De lo mismo que avisaba Herzog en Lo and Behold? ¿Quién encarnará a la nueva clase dominante y cuáles serán sus características? ¿Los trabajadores del yate, los clientes o su propietario? En la conclusión del film está explícito el subtexto del cineasta sueco, que contempla la realidad, o al menos su realidad, de frente. Caminamos hacia una nueva organización social, aunque muchos se empeñen en luchar contra la realidad que nos ha traído hasta aquí y que ya no podemos cambiar, en la que están presentes también los modelos y las influencers, y en la que dominará el sistema el que esté capacitado para ponerse al frente de una nueva forma de producción y de reparto, con independencia de su origen, más o menos humilde o acaudalado. Una metáfora que es vieja y que se formula como nueva, que sigue un camino paralelo al que inició Herbert George Wells, cuando en 1895 escribió 'La máquina del tiempo' , y nos habló de los 'Eloi', felices y despreocupados, y de los Morlocks, monstruos feroces que habitan en la oscuridad, que el espectador distinguirá bien. La resolución del conflicto, pacífica o violencia Östlund la deja a criterio del público, así como el análisis de los matices que hemos destacado. ¿La película supone una crítica al capitalismo? desde luego que sí, pero deja en el aire la respuesta al hundimiento del sistema, y los detonantes que lo han producido, algunos de los cuales son ya visibles.