Desaparecida en Lorenskog. Crítica.

 

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CASO SIN RESOLVER

Tras ver los cinco capítulos de la serie, que se devoran sin que el espectador pueda levantarse del sofá, hasta que suenan las tres de la madrugada y se da cuenta de que se puede dejar para unas horas más tarde la lectura sosegada de un desenlace que se intuye difícil y exige atención, no se entiende qué espera un público español, que ni siquiera aprueba el film (media de 4,7 que le atribuyen 321 lectores de la página Filmaffinity. y que, aunque Imdb eleva a 6,0, de acuerdo con las valoraciones de 2,500 usuarios, sigue siendo una valoración injusta), y entonces comprendes por qué Noruega, un país de los llamados nórdicos, junto con Suecia y Dinamarca, al parecer los más prósperos del mundo, estados muy pequeños que se acercan a la república perfecta de Platón, presta tanta atención a lo que en otros, más sanguíneos y contradictorios, quizá por ser más poblados e integrar mayor variedad poblacional, rechazan con energía. El film demuestra que al ser un país más pequeño, con una extensión de 323,802 Km2 y casi cinco millones y medio de habitantes, con una baja densidad de 14,25 habitantes/km2 (cuando uno se despista ya tiene el pie puesto de Suecia), los habitantes más ricos y poderosos son conocidos por parte de la población como ocurre en cualquier capital de provincia española.

Pero en este país, uno de los más ricos y desarrollados del mundo, en dos años, (se toma como referencia el periodo 200-2020) se han asesinado 158 mujeres por sus parejas (una cifra que parece pequeña si la comparamos con España, un país casi 10 veces mayor), una cifra que supone el 32% de todos los crímenes del país por cualquier causa. Si tenemos en cuenta que en muchos de ellos no se ha dictado sentencia, los asesinos siguen libres, se abandonan las investigaciones y se silencia a los periodistas porque los recursos del estado son escasos para enfrentarse a hombres poderosos (hablamos de una comunidad pequeña), se entiende la pregunta del protagonista ¿Quién será la voz de esas mujeres? Con independencia de que sean prostitutas o esposas de grandes magnates. En consecuencia, parece que es indiferente la etiqueta que señale el crimen, como la que se pone en la morgue en el dedo grueso de los pies de los asesinados antes de meterlos en los frigoríficos; da igual que hablemos de violencia doméstica, intrafamiliar o de género, porque generalmente, no siempre desde luego, hay un hombre que ejerce la violencia sobre su pareja, generalmente también mujer. Hay otro caso en el film que señala al ayudante de un abogado, sobre el cual se cierne la sospecha de maltrato de su pareja masculina.

¿Es un caso de asesinato dentro de una pareja? Parece que sí, que todo apunta a ello, pero que no se puede solucionar, porque cuando ponemos el foco sobre un hombre poderoso es evidente que no necesita ser él mismo el que ejerza la violencia sobre su pareja, ya que existen miles de hombres encadenados por sus drogadicciones, su inclusión en redes de prostitución y de drogas, obligados a cometer estos crímenes en beneficio de sus jefes y que, incluso la cárcel sigue siendo una reproducción de la arquitectura social exterior. Aunque todo el mundo sea conocedor de lo acontecido, nadie osará poner el cascabel al gato. Es muy elocuente la visita de la policía a uno de estos testigos protegidos para entender de qué forma se tejen las amenazas. Durante toda esta miniserie el espectador se debate entre  culpar al esposo de la desaparecida o no. El fin del relato lo obliga a tomar una posición.

Yo la recomiendo encarecidamente, digan lo que digan las medias que publican los periódicos. Es interesante el background de una historia en la que la mayor parte de sus protagonistas ha vivido la violencia en sus hogares, resultando siempre dañada la madre. La reacción de todas las víctimas es diferente: o bien persiguen a los malhechores, los apoyan para sacar mayor tajada en la herencia, o dan la vuelta a los argumentos de los que persiguen el crimen. Es especialmente significativa la posición de la periodista procedente de Bielorrusia, dispuesta a rechazar todo lo que huela a woke culture, presente siempre, de forma inteligente y nada panfletaria en la serie, que no podrá trabajar con los noruegos. El espectador avisado sabrá resolver el dilema que se le plantea.

Disponible en NETFLIX , que ya incorpora películas y series de otras plataformas de streaming.