Vivarium. Lorcan Finnegan. Ficha de identificación. Crítica.

 



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LA PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD, DEL INDIVIDUALISMO, LA ALIENACIÓN DE UNO MISMO SON FACTORES QUE NOS ATORMENTAN PSICOLÓGICAMENTE Y QUE CONSTITUYEN EL BACKGROUND DE UN FILM, QUE INCORPORA OTROS ELEMENTOS DE IGUAL IMPORTANCIA.


Ficha de identificación:


Título original: Vivarium

País: Irlanda

Año: 2019

Duración: 98 minutos

Género: Ciencia-ficción, terror psicológico

Plataforma: Prime Video

Edad recomendada: mayores de 16 años


Dirección: Lorcan Finnegan

Guion: Garret Shanley, basado en una historia de Lorcan Finnegan  y Garret Shanley

Casting: Colin Jones

Dirección de Fotografía: MacGregor

Música: Kristian Eidnes Andersen

Edición: Toni Cranstoun

Dirección artística: Robert Barret

Decoración del set: Julia Davin-Power


Diseño de peluquería: Jennie Readman

Diseño de maquillaje: Niamh O'Loan


Productores: Brendan McCarthy, John McDonnell

Productores ejecutivos: Violaine Barbaroux, Todd Brown, Manuel Chiche, Jackson Clough, Brunella Cochiglia, Maxime Cottray, Jesse Eissenberg, Lorcan Finnegan, Thomas Gammertoft, Celine Haddad, Christophe Hollebeke, Imogen Poots, Gabe Scarpelli, Ryan Shoup, Nick Spicer, Aram Tertzakian, 

Diseño de producción: Philip Murphy

Compañías productoras: Fantastic Films, Frakas Productions, Fis Éireann, /Screen Ireland, PingPongFilm,  Lovely Productions, XYZ Films, Madrona Drive, Eurimages, Det Danske Filminstitut, Wallimage, Bo & Be TV,  Film 4,  MEDIA Programme of the European Union; distribución: A Contracorriente Films, Angel Films. Plataforma de streaming: Prime Video


Casting:


Imogen Poots: Gemma

Jesse Eisenberg: Tom

Jonathan Aris: Martin

Côme Thiry: Niño extraño

Éanna Hardwicke:  El niño convertido en joven

Jonathan Aris: Martin


SINOPSIS:



Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg)  forman una joven pareja que se ha planteado la compra de su primera casa. Para ello visitan una inmobiliaria donde los recibe un extraño agente de ventas, que les acompaña a Yonder (una nueva, misteriosa y peculiar urbanización donde todas las casas son idénticas), para mostrarles una vivienda unifamiliar para ellos.


LO QUE SE DICE:



El film, muy complejo, no ha convencido al público, que, no obstante salva la película de la quema. La página española Filmaffinity publica una nota media de 5,7, basada en el voto de  11,495 lectores, una media que Imdb eleva a 5,9, de acuerdo con las valoraciones de 67,000 usuarios. Rotten Tomatoes da un índice de valoración de la prensa del 73%, según las crónicas de 155 reseñas, un índice que cae hasta el 39%, consultaados 1000 usuarios.

Los críticos hablan de película acerca de la familia idílica, en la que es más importante lo que subyace que lo que cuenta. (Javier Ocaña, Diario ¡El País'; a modo de un bonito epílogo de Black Mirror; puesta en escena inmaculada a la altura de una metáfora tan evidente como efectiva (Luís Martínez, Diario 'El Mundo'); película influenciada por The Twilight Zone (Juan Manuel Freire, diario 'El Periódico';  Pablo González Taboada, Cinemanía); retrato siniestro y poco convencional sobre el matrimonio (Tim Grierson, Screendaily); austera fábula de ciencia-ficción sobre la deshumanización (Owen Geiberman, Variety).


CRÍTICA DEL BLOG: 


Lorcan Finnegan construye una fábula  social sobre las parejas que buscan construir su futuro adquiriendo un casa exenta con jardín en un suburbio de clase media, en el que el diseño de hogares idénticos, que se extienden más allá del horizonte, sacralizados en cuadros minimalistas de las mismas edificaciones dispersos por todo el hogar, nos ahoga desde el primer minuto con esa uniformidad que nos habla de alienación de las clases medias que habitan estas comunidades y su incomunicación, a pesar de la cercanía tan lejana y tan fría que las une y las separa a la vez. Con este lenguaje inhumano comenzamos a agobiarnos desde el primer minuto del film, aplastados por el terror psicológico que nos anuncia que nada bueno puede ocurrir en este lugar. Gemma y Tom no son una joven pareja burguesa; él es jardinero y ella maestra de primaria, tienen un utilitario para desplazarse ambos y no está en sus proyectos adquirir una casa semejante, una maldad del guionista que nos abruma más todavía. Ambos acuden. empujados por un extraño personaje que está al frente de la inmobiliaria, y respiran alegres y confiados cuando lo pierden de vista, ignorantes de que su calvario acaba de empezar, junto con el comienzo del film. Este lenguaje distópico que a ciertos críticos les evoca Black Mirror, y a otros The Twilight Zone, es, en realidad, lo más intimidante, además del propio título de la película, Vivarium, un lugar cerrado para criar animales o plantas  con un objetivo concreto: observar su evolución y utilizarla en las investigaciones del que lo construye. Este concepto asociado al ser humano es francamente intimidante. A partir de aquí puede que lo que voy a decir sea considerado por algunos espectadores un spoiler, por lo que quizá deban parar su lectura aquí y recuperarla una vez visto el film.

Esta fábula contiene una metáfora. Sea lo que sea lo que está creando esta situación, ya  obedezca a la presencia de extraterrestres, como opinan algunos críticos, o tenga una conexión con fenómenos fantásticos que se producen en una dimensión desconocida, en los límites de la realidad, como opinan otros,  el objeto de su investigación consiste en forzar la construcción de una familia artificial, basada en las aportaciones que han realizado los padres del psicoanálisis , especialmente From, Freud, y, en este caso Lacan, que nos hace entender por qué los hombres y mujeres que puebla las series surcoreanas con misógamos. Atrapados en este terrorífico espacio, la pareja dispondrá de todo lo que necesita, incluida la falta de libertad, para formar un hogar a la manera imperante en la sociedad patriarcal: casa, comida, un hijo...Pronto se dividirán los roles, productor él, un trabajador que usa su fuerza para construir jardines, cuidadora ella, de profesión maestra, y pronto surgirán las contradicciones entre ellos. El  'nombre del padre' aparecerá como censor de la actitud protectora de la madre, y la castrará intentando separarla de un hijo que, una vez formado para salir al mundo, prescindirá de la ayuda de ambos. ¿Cómo? Hemos visto mucho cine y sabemos lo que dicen muchos intelectuales sobre esto, pero aquí se produce en consonancia con el discurso inhumano y frio de que he hablado al principio. Un final quizá un poco atropellado, porque es probable que Finnegan haya decidido que sea el espectador el que lo interprete como una historia semejante a la de Black Mirror, o como la de los cuentos de The Twilight Zone. El cartel quizá nos ayude a decidirnos.

Yo sí la recomiendo. No hay imágenes truculentas, aunque el lenguaje exánime, sin vida, que recorre el relato, nos pueda amedrantar psicológicamente y  pueda darnos miedo y perturbarnos; casi como un anticipo de aquellas calles vacías, sin gente, que vivimos y soportamos como pudimos.. El film es de 2019, en vísperas de la primera pandemia mundial de Covid, una pesadilla que, cuatro años después todavía nos persigue y que ha dejado huella en el cine que se hace ahora, que, en muchos casos, no acaba de arrancar.  Una ciencia-ficción que nos afecta como individuos que temen perder su libertad en urbanizaciones que evocan el patio de un gran presidio.


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