Poltergeist. Tobe Hopper. 2023.

 





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UN CLÁSICO MÁS DE HALLOWEEN



Ficha de identificación: 

Título original: Poltergeist 
País: EE.UU.
Año: 1982. 
Duración: 114 minutos. 

Dirección: Tobe Hooper
Guion: Steven Spielberg,  Michael Graisn & Mark Victor, basado en una historia de Steven Spielberg
Música Jerry Goldsmith 
Sonido: MarkA. Mangini & John Dunn 
Edición: MichaelKahn, A.C.E. 
Dirección de Fotografa: James H. Spencer

Maquillaje: Dorothy J. Pearl 
Vestuario: Charles DeMuth

Producción: Steven Spielberg & FrankMarshall 
Compañías: MGM Trade Mark, Tobe Hooper Film, Steven Spielberg Production 


Intérpretes: 


Jobeth Williams,Graig T. Nelson, 
Beatrice Straight, Dominique Dune, 
Oliver Robins, Heather O'Rourke, 


SINOPSIS:



El director Tobe Hooper, junto a Steven Spielberg y el maestro de los efectos especiales, George Lucas, nos presentan una extraordinaria inmersión en el mundo de lo sobrenatural. Poltergeist es un clásico del cine de terror y una de las películas más estremecedoras jamás filmada (Newsweek). La vida resulta muy tranquila para la familia Freelings hasta el día en que múltiples fuerzas de otro mundo invaden la tranquilidad del hogar. Al principio se trata de algunos sucesos paranormales, pero pronto su casa se convierte en un torbellino de fenómenos sobrenaturales. Los intrusos no son precisamente cordiales y si la desafortunada familia no abandona su hogar será arrastrada a una pesadilla que va más allá de lo imaginable.


CRÍTICA:



Dos manchas emborronan la conciencia del pueblo americano y emergen en casi todas las manifestaciones literarias, plásticas y visuales: La forma en que se colonizaron las tierras, arrebtándoselas a los indios aborígenes, y la construcción sobre cementerios, con gran menosprecio de las creencias y la sensibilidad de los pueblos que habían habitado en los lugares donde hoy se alzan colonias de casas prefabricadas, paisaje muy repetido en el cine norteamericano que forma parte del imaginario colectivo. El filme comienza emblematizando a sus personajes, una familia pequeño-burguesa, y su forma de vida muy reconocible en pueblos desarrollados o en vías de desarrollo: muebles estándar, como los europeos de Ikea, vajilla adquirida en grandes superficies, televisores de marca Sony, ( uno en cada habitación), y múltiples juguetes y objetos de escasa utilidad. 

La habitación de Robbie y Carol Anne es todo un homenaje a una generación y a George Lucas y su 'Guerra de las Galaxias', repleta de iconos del filme: carteles y maqueta de Darth Vader y marioneta de Yoda. Puertas entreabiertas, para poder oír a los niños en sus pesadillas, una de las más reincidentes es , paradójicamente, la de los payasos, que no dejan dormir a Rob (Bienvenidos a Zombieland, It...) Los Freelings son una pareja pequeño-burguesa, que en su adolescencia practicó sexo prematuro (Diane tiene 31 años y una hija de 16), pero en el momento que representa el filme, el marido, se ha hecho conservador y cristiano y tiene como libro de cama The Reagan the Man the President. Nada que temer, salvo la piscina que están construyendo delante de la casa, que hace pensar a Diane que peligra la integridad física de sus hijos. 

Todo va bien. Ben se reúne con sus amigos, como cualquier ciudadano medio americano, a ver partidos de fútbol, rodeados de cervezas, mientras la mujer cuida de los niños, hasta que un día Carol Anne, que muchas veces se queda absorta ante la TV y parece hablar con alguien pronuncia la mítica frase: "Ya están aquí", anunciando la entrada en el hogar de un fenómeno psicotrónico llamada poltergeist, del alemán poltern (hacer ruido) y Geist (espíritu), un supuesto fenómeno paranormal que engloba cualquier hecho perceptible, de naturaleza violenta e inexplicable inicialmente por la física, producido por una entidad o energía imperceptible.

Durante la noche, mientras Rob es atrapado por un árbol, Carol Anne es arrastrada por estos fantasmas ruidosos a un lugar no sensible de la casa. Los parapsicólogos, ayudados por una medium, rescatan a la niña y a la madre que baja a los infiernos a por su hija, y limpian la casa de espíritus que según estos 'expertos' corresponden a personas que han muerto y no lo saben, por lo que se resisten a entrar en la cien veces nombrada luz. Casi al mismo tiempo el padre descubre que su casa, en la Urbanización Costa Verde, para la que trabaja como agente inmobiliario, está construida sobre un cementerio, al que se arrancaron las lápidas, pero se dejaron los cuerpos. Un ultraje semejante no se resuelve con métodos tan sencillos, y de nuevo reaparecen los monstruos, en forma de deseo sexual, inundaciones que ponen los cadáveres al descubierto, al desvencijarse sus féretros., amenazas a los que profanan cada día este lugar sagrado, etc.

La destrucción sólo se venga con la destrucción y el develamiento de los excesos del hombre blanco. Muchas imágenes de estas secuencias , de gran espectacularidad y magistral ejecución, se han repetido en otros filmes de terror, como Pesadilla en Elm Street, de Wes Craven, El ente de Sidney J. Furie... Hay algo en lo que todos debíamos reflexionar. Si en 1982 determinados cineastas ya denunciaban los excesos de los constructores sin escrúpulos, que no sólo violaban lugares sagrados, sino vendían casas que no reunían los requisitos necesarios para una convivencia pacífica, produciéndose interferencias en los medios de comunicación que derivaban en peleas vecinales, hacinamiento de hogares prefabricados, etc, ¿Qué les ha pasado a tantos economistas que no han sabido ver el fenómeno y advertir a la población, cuando era mucho más obvio? 

Los Freelings son especialmente antipáticos para su vecino más próximo , un hombre más sencillo, que odia la ostentación de que hace gala la familia, con luces muy potentes que atraen a los mosquitos del barrio. Antiguos liberales, que practicaban se** precoz, al ingresar en el mundo de los adultos tras conseguir el marido un trabajo como agente inmobiliario, se hacen republicanos, partidarios de Reagan, pero la terca realidad les obligará a reflexionar y abdicar de su neo-conservadurismo e incluso de sus principios religiosos para salvar a su hija de las garras del diablo, a cuyos pies había lanzado un jefe desaprensivo. La hipocresía y la doble moral no les permite darse cuenta de que su hija de 16 años ha visitado hoteles en los que la familia no ha estado nunca. La ciencia-ficción es un gran género que permite a guionistas y realizadores crear distopías de futuro, sin temor a equivocarse, pero partiendo de los indicios que proporciona el mundo que les toca vivir. 

Este hecho permite que películas realizadas hace treinta años gocen hoy de plena actualidad, gracias a la mirada escudriñadora de hombres avanzados a su tiempo, entre los que, desde luego, está Steven Spielberg. Otro siguen sin dar con la forma que les permita profundizar en lo que les preocupa, sin que se les tache de sectarios o dogmáticos.  Lo cierto es que sólo los americanos lo denuncian. La televisión es la ventana por la que entran en los hogares los fantasmas de aquellos que están muertos y no lo saben; dos advertencias a esta familia de aldeanos despreocupados: la de Spencer Tracy en un filme , que emite un canal de televisión, en el que duda de si está loco o muerto, y el deceso repentino del canario de Carol Anne que disfruta de unas honras fúnebres y un descanso en el jardín, que la avaricia niega a muchos hombres.

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