Emily en Paris. Temporadas 3 y 4. Creador Darren Star. Ficha de identificación y crítica.

 



UNA VERDADERO  FEEL GOOD MOVIE CONTEXTUALIZADA EN UN PARIS DECADENTE

 Transitamos por agosto de 2024 y por fin ve la luz la Temporada 4 de la serie creada por Darren Star, 'Emily en París', agotada en el decurso de las tres que precedieron esta entrega, que es posible que añada algo nuevo y definitivo a una historia que muchos creíamos cerrada, a causa de la redundancia en las situaciones que se iban encadenando, la extravagancia de los atuendos, incluidos los calzoncillos femeninos y las camisetas de algodón como el 'no va más' del glamour de las grandes marcas, un cansancio que hemos venidos observando en las reseñas de los grandes periódicos, a los que ni siquiera encandila ya la frescura agotada de Lily Collins en su papel de Emily Cooper, que ya no epata con sus modelitos  de texturas, colores y estampados desiguales, el contraste simultáneo de gamas cromáticas imposibles y el complemento de unos zapatos y bolsos metalizados de colores chillones en claro desacuerdo con el altisonante clasicismo del París enfocado por las cámaras. Tengo la impresión de que la ciudad de la Torre Eiffel ha lanzado un grito de desaprobación de esta visión pretenciosa , llenando las calles que circulan en torno al Sena de gente urbanita, depositaria de los valores de que se impregno en la lucha por la libertad, la igualdad y la fraternidad que tanto enorgullece a los franceses. Ni siquiera la exhibición de un desfile de lo que ahora se malinterpreta como lo woke logra convencernos, a pesar del tono de Feel Good Movie con que se despide en las temporadas precedentes.

La nueva entrega se divide en 10 capítulos, que consta de dos partes. La primera se estrena el 15 de agosto con 5 capítulos y la segunda el 12 de septiembre con otros cinco, cada uno de los cuales tiene una duración de 30 minutos, y, lo cierto es que tras ver el fin de la tercera temporada nos invade la curiosidad por conocer a donde nos quiere llevar Darren Star, cuando creíamos que todo estaba contado, y, lo cierto, es que era bastante previsible, pero no tan fácil como se plantea. Un inciso para decir que el doblaje del protagonista masculino, el Chef Gabriel, es infame y cuesta acostumbrarse a él. Todavía quedan cinco episodios para llegar a conclusiones definitivas que nos permitan interpretar todos los iconos que desfilan por las pantallas, manidos y maniqueos.

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