Nadie quiere esto. Creadora: Erin Foster. Ficha de identificación y crítica.
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LA SERIE SE IMPONE, EN ESTE CASO , DE NUEVO NORTEAMERICANA, ARRUMBANDO EL FILM DE MÁS O MENOS DURACIÓN.
Ficha de identificación:
Título original: Nobody Wants This
País: Estados Unidos
Año: 2024
Formato: Serie; episodios: 10; duración 25 minutos
Género: comedia romántica
Plataforma: Netflix
Edad recomendada :
Creadora: Erin Foster
Dirección: Hannah Fidell, Karen Maine, Greg Mottola, Oz Rodriguez, Lawrence Trilling
Guion: Erin Foster, Ryann Wesner, Jane Becker, Lynddsay Golden, Ron Welmer, Barbie Alder, Craig DiGregorio, Pat Regan, Nicki Swarth-Right, Noel Shah, Noelie Valdivia
Casting: Collin Daniel, Brett Geenstein
Dirección de Fotografía: Adrian Peng Correia
Música: Duncan Blinckenstaff
Dirección artística: Julianne Loof
Decoración del set: Michael Voelker
Edición: Maura Corey, Keenan Hiett, Jen Rosenthal, Catherine Cloutler
Diseño de Vestuario: Negar Ali
Estilista de peluquería: Patrick Anthony Lising
Jefe de Departamento de peluquería: Thereze Berquist
Diseño de producción: Negar Ali
Productores: Kristen Bell, Craig DiGregorio, Eris Foster, Sara Foster, Steven Levitan, Jeff Morton, Oliver Ost, Danielle Stokdyk, Jack Burditt, Greg Mottola, Josh Lieberman
Compañías productoras: Netflix Series, 20th Television Production
Casting:
Kristen Bell: Joanne
Adam Brody: Noa
Timothy Simons: Sasha Roklov
Justine Lupe: Morgan
Stephanye Faraci: Lynn
SINOPSIS:
Amor entre una directora de un podcast se**l y un rabino judío, entre un creyente, muy creyente y una atea...
LO QUE SE DICE:
La serie resultó muy bien valorada en principio, cuando Imdb publicó una nota media de 8,0, basada en 28 .000 votos. Si acercamos la lupa, los críticos se dividen en terrenos bastante opuestos y en los argumentos que los conducen a crear su opinión. Rotten Tomatoes da un índice de aceptación del 94 % de la prensa y del 86% del público, pero no muestra la participación de estos sectores en la creación de la encuesta.
CRÍTICA:
La crítica española y parte de la norteamericana valoran muy positivamente esta serie, hasta llegar a Daniel Fienberg (The Hollywood Reporter), que afirma que le gusta, pero quiere que sea mejor. A partir de ahí, comienzan los juicios críticos. Siempre se ha dicho del cine que no sólo debe informar, sino entretener, claro que caca uno se divierte de una manera, todas respetables. Para Orson Wells el icono era un tren eléctrico, para otros héroes que vuelan y tienen poderes o jóvenes que sienten la llamada del amor. El cinema verité quiere erigirse en representación de la realidad, pero se olvida de que en el mundo que podemos tocar, el que nos hiere o nos hace felices, hay gente que se enamora y otros que sienten celos, como Otelo, y pueden llegar a matar obnubilados por este sentimiento. Los grandes novelistas como Victor Hugo supieron compaginar ambas cosas y dejar para la posteridad un testigo la realidad política, económica y social del tiempo en que le tocó vivir, el contexto en que se desenvolvió Magdalena, su personaje principal en 'Los miserables'. Esto es lo que hace emocionante al cine bien hecho.
Algo de esto ha sabido entender, mal que les pese a muchos, la Hallyu coreana, y el cine que resurge en Estados Unidos tras el pánico de la pandemia ('No Way Home' de Jon Wats) y otros lugares del mundo, que están acercando a los pueblos del globo a través del conocimiento de sus modos de vida y su idiosincrasia. Una labor a la que está contribuyendo una plataforma de streaming que subvenciona, apoya y difunde lo que se hace en cualquier continente (también esta serie) y nos permite acceder a contenidos poco imaginables hace algunos años. Ahora parece que a algunos les interesan las relaciones sentimentales entre una atea, directora de un podcast sobre juguetes sex**les y relaciones para muchos inconfesables, y un rabino judío sin prejuicios de ningún tipo, un hombre pragmático, cuya máxima aspiración es progresar en el organigrama de su iglesia-empresa. Estos personajes no están contextualizados (más allá de la hermana de ella y el hermano de él, enormes gigantes que sobresalen sobre sus capitidisminuidos familiares consanguíneos, débiles y sensibleros), ni a qué clase social pertenecen, ni en qué ciudad viven, una de las características del cine indie y la música del estilo, en la que para ubicar un tema basta con decir que esta mañana me he levantado y me he tomado un café con leche...
¿Este es el cine que hacen los millennials, como dicen algunos? Claro que espero que se refieran al cine que hacen los nacidos a finales del siglo pasado, cuyas representaciones difieren de los discursos visuales de cineastas que pretendían contar historias como Fritz Lang en su inigualable 'Metrópolis', un film en el que su impactante mujer-cyborg (la mala) , el robot antropomorfo que debía sustituir a la angelical María, podía haber inspirado el 'Manifiesto Cyborg' de Donna Haraway y ha tenido gran rendimiento en las creaciones de ciencia-ficción impresionantes que produjo este siglo. No les gustan las metáforas, dicen algunos, ni siquiera las de Garcilaso, pero se emocionan con una historia de amor calculado y por tanto domeñado por una sociedad en la que prima sobre todo el dinero como moneda de cambio para cualquier transacción humana. Las dos hermanas, y especialmente la mayor, la más grande, son espantosas, y su podcast es incalificable. Lo mismo ocurre con Noa y su familia. En fin...
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