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AUNQUE MUCHO ESTADOS PROMUEVEN LEYES QUE PRETENDER SALVAGUARDAD LA IGUALDAD DE TRATO, NO SOLO ENTRE HOMBRES Y MUJERES, SINO ENTRE PERSONAS DE DIFERENTE EDAD, ORIGEN, CREENCIAS, COLOR DE PIEL...QUE FRACASAN ROTUNDAMENTE. ESTA FILM NAVIDEÑO ES UN CLLARO EJEMPLO DE LO QUE DIGO.
Ficha de identificación:
Título original: Fall into Winter
País: Estados Unidos
Año: 2023
Duración: 85 minutos
Género: comedia romántica
Plataforma: Netflix
Edad recomendada: No hay edad recomendada
Dirección: T.W.Peacocke
Guion: Cara J. Russell
Casting: Csaba András Kerttesz
Dirección de Fotografía: Jonathan Yapp
Música: Angelo Doppi
Diseño de Vestuario: María Duplaga
Responsable de peluquería: Tiffany Jones
Responsable de maquillaje: Heather Manittowabi
Productores: David Anselmo,
Productores ejecutivos: Susie Belzberg, Micheline Blais, Amy Krell, Brad Krevoy, Lori Loughlin, Lorenzo Nardini, T.W. Peacocke
Compañias Productoras. Hp Intowinters Productions, Brad Krevoy Television, Hideaway Pictures
Distribuye Netflix
Casting:
Lori Loughlin: Kerrie Murphy
James Tupper; Brooks McLeod
Darrin Baker: JaKe
Cherion Drakes: Alexandra
Marc Senior: Adam
Allan Royal: Papa Noel McLeod
Hanna Kanter: Megan Murphy
Edición: Gordon Thorne
SINOPSIS:
Una notable pastelera y bombonera, que tiene una comercio familiar abierto el público , debe cambiar de socio, ya que su hermano mayor, su socio, debe trasladarse a Londres (Inglaterra) , donde ha conseguido una plaza de docencia que no puede despreciar. Su hermano será sustituido por un antiguo compañero de Instituto por el que, en otro tiempo, se sintió atraía, pero al que ahora, al menos en principio, considera un incordio.
LO QUE SE DICE:
Esta dramedia navideña ha sido recibida con indiferencia, como evidencia la nota media de 5,5 que le atribuye Imdbm basada en el voto de 1,500 lectores; Rotten Tomatoes no hace valoración alguna. En Europa la calificación ha caído por debajo del aprobado.
CRÍTICA:
Como muestran las estadísticas de la última tragedia medioambiental, la DANA que ha provocado un desastre en los barrios dormitorio de la ciudad de Valencia que tardará años en recuperarse, un 7% de los fallecidos eran nonagenarios, aunque sólo representan el 1% de la población. Las razones por las que no interesa este título es porque los cuarentones y cincuentones dejan de funcionar, (no siempre, hay muchos ejemplos de lo contrario) como iconos sexuales y en este caso es así, al menos a lo que al hombre se refiere, aunque si su partner hubiera sido una jovencita es posible que hubiera llegado mejor al público. Ya sabemos que todas las historias, con independencia del lenguaje elegido, tienen un contexto, un texto y un subtexto; en años precedentes, y en especial el curso 2023-2024, los filmes y series iluminaron lo que era en realidad 'el espíritu navideño', que no es otra cosa que los adornos, las galletas decoradas, los bastones de caramelo, las casas de jengibre, los renos iluminados y un largo etcétera de muñecos de peluche, juguetes y otros objetos, que muestran el horror vacui de unas familias que cubren de inmediato con cualquier chuchería.
Pero este año los relatos hablan de castillos, reyes, princesas, pintores mediocres, escritoras de blogs que se emparejan con estos personajes, y ahora entramos en la edad madura, cuando algo o alguien nos hace recordar que ya no somos los adolescentes que fuimos, hemos perdido la tersura de nuestra piel, tenemos mayores responsabilidades y hemos de pensar en el camino que hemos elegido, en los socios que nos van a acompañar hasta el final de la travesía y en otras cuestiones que generalmente no se asocian al amor, y lo hacen poco reconocible para un público acostumbrado a ver que las relaciones amorosas entre personas tienen un tiempo, y a Kerrie y Brooks parece habérseles pasado un aquel en el que, el muchas veces denostado sentimiento que obnubila las mentes ya no es posible, les hace perder la razón. Pero al parecer si es posible, y cuando llega el invierno las hojas que se han perdido en otoño pueden renacer, al menos para el guionista y el film de este relato.
La cuestión es ¿Y por qué no? Quizá porque estamos acostumbrados a que esto no pase y que los hombres y mujeres de la tercera edad, excepto los que ahora prefieren llamarse con razón sexenials y se niegan a ser encuadrados no solo en su físico sino en su función, deciden vivir una nueva y quizá última experiencia emocional. Ya son muchos los que, en cualquier edad, se enfrentan a esa discriminación tan antigua como la humanidad a la que se ha bautizado con el nombre de 'edadismo'; el público no se cree a Kerrie y a Brooks y desconecta el canal.
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