Megalujo en Dubái. Netflix en los Emiratos Árabes Unidos
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EL ENRIQUECIMIENTO RÁPIDO VERSUS LA RUPTURA DEL EQUILIBRIO
Ficha de identificación:
Título original: Dubai Bling
País: Dubái
Año: 2022
Formato: serie; Temporadas 3; episodios 25; duración entre 40 y 60 minutos, según los capítulos
Género: Reallity
Plataforma: Netflix
Edad recomendada: mayores de entre 7 y 13 años, según los países
Dirección de fotografía: Samir Mezher
Música: Damian Martin, Anthony Clint Jr., Will Derryberry, Mark Pont
Casting: Najwa Charif
Dirección artística: Mirelle Rafih, Vanessa Sawaya
Dirección de maquillaje: Elishay Hameed
Productores ejecutivos: Mazen Laham, Lama Samad
Compañías productoras y distribuidoras: Netflix
Reparto:
Safa Siddiqui: él mismo/a
Fahad Siddiqui: él mismo/a
Farhana Bodi: él mismo/a
Zeina Khoury: el mismo/a
Ebraheem Al Samadi: él mismo/a
Loujain Adada: él mismo/a
Hanna Al Azzi: él/ella mismo/a
Danya Mohammed : él/ella mismo/a
Marwan Dj Bliss: él/ella mismo/a
Kris Fade/ él/ella mismo/a
...
SINOPSIS:
Es hora de bajarse del jet privado y unirse a un grupo de ambiciosos amigos de Dubái, donde las fiestas lujosas, las vistas impresionantes y la ropa fabulosa son la norma.
LO QUE SE DICE:
Aunque es una de las series más exitosas de Netflix, ha inspirado a pocas plumas de críticos, ya estén en las nóminas de los mejores periódicos o no. Únicamente la página norteamericana Imdb publica una nota media de 4/10, basada en el voto de 2,500 lectores de la página, un número que contrasta en relación con un público que hace subir el contador de espectadores.
CRÍTICA:
Lo cierto es que la serie ha molestado a más de un dubaití de la clase acomodada, al que le ha humillado la distorsión que provoca la serie en la percepción de su país. Una clase de nuevos ricos que se comportan y se visten rompiendo cualquier equilibrio clásico e incluso barroco, un grupo de amigos que compiten en el uso de ropas extravagantes y coches deportivos de las marcas más caras, pero que a la mínima ocasión, en el decurso de una aparente reunión de los que parecen los mejores amigos, se enredan en batallas campales muy vulgares. Una serie que daña más la imagen de Dubái que cualquier otro producto, realizado con la intención de molestar, pero que gusta a amplias capas de la población global que, perdida la conciencia del deber ser , la esperanza depositada en un mundo mejor, se dejan llevar por un lujo hortera que los define, incluso más que la escasez de medios o el lugar que ocupen en la sociedad. Un plano general que se inserta entre episodios, muestra una pequeña isla en medio del desierto, donde se amontonan los afilados y erguidos edificios singulares, algunos firmados por importantes arquitectos; planos muy breves, usados como conectores entre bloques temáticos que se repiten hasta el infinito. Un reallity que tiene muchos aspecto en común con las series de las modelos que venden pisos en Las Vegas o en Hollywood, cuya función es satisfacer la experiencia vicaria de quien solo disfrutará de estos bienes en sus sueños.
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