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NO NOS MOVEMOS DE ORIENTE: ENTRAMOS EN FILIPINAS
Ficha de identificación:
Título original: Sosyal Climbers
País: Filipinas
Año: 2025
Formato: Película; duración 102 minutos
Plataforma de streaming: Netflix
Género: Comedia romántica
Edad recomendada: Mayores de 16 años
Dirección: Jason Paul Laxamana
Director de Fotografía: Tey Clamor
Guion: Jericho Aguado, Jason Paul Laxamana, basado en una historia de Patrick Valencia y Jericho Aguado
Dirección musical: Ammie Ruth Suarez
Editor: Mai Calapardo
Diseño de producción:Hero Yves Francisco, PDCP
Productor :Katherine S.Labayen
Productores ejecutivos: Cariol Katigbal, Kriz G.Gazmen
Compañías productoras: ABS/CBN Studios; distribuye Netflix
Reparto:
Bart Guingona
Marissa Sanchez
Tacquel Pareño
Pam Arambulo
Shanaia Gomez
Jam Silverio
Raul Montesa
Marnie Lapus
Kakki Teodoro
SINOPSIS:
Atrapados por una gran deuda tras caer en una estafa, dos aspirantes a miembros de la alta sociedad crean elaboradas identidades falsas para estafar a los ricos.
LO QUE SE DICE:
De momento solo tenemos la nota media de Imdb, basado en el voto de 194 lectores.
CRÍTICA:
No hay opiniones sobre este film realizado en Filipinas bajo la égida de Netflix. 'Ricos, sin duda' es una película romántica 'sin duda', y es muy interesante porque muestra el estadio de producción de imágenes y construcción de relatos en que se encuentra este país, pero el título nos dice algo más. Nos habla del nivel de conciencia social que existe en el país. El protagonista se autodenomina, e incluye en la etiqueta a su novia y compañera de negocios fraudulentos, con cierto grado de inocencia, como trabajadores de clase media, que aspiran a entrar en el mundo de los ricos. Ella vende casas de otros ricos por buenas comisiones , algo que hemos visto en muchos reallity shows de las zonas más ricas del globo (California, Abu Daby, Singapur...), la única diferencia reside en el estado de limpieza y de orden que las muestran a los futuros compradores.
Debido a una confusión no forzada, entran en contacto con los habitantes de la zona, ricos y con poder, pero sin educación, ni formal ni académica, a los que las cámaras tratan verdaderamente mal, especialmente cuando celebran una fiesta de disfraces en el club de la urbanización, o cuando ridiculizan al mismo tiempo a gente del gobierno y directores de museos, que no salen bien parados. El interés de la pareja es hacerles una pequeña estafa para acabar con sus deudas, avalados por otro hombre poderoso que lo presenta como un pintor europeo de fama; su interés es hacer negocio basado en un pacto leonino: él se quedaba el 80% y ellos ganaban el 20. El final, que continúa encuadrado mientras desfilan los títulos de crédito, informa a los espectadores de las últimos escollos que deben salvar para por fin ser libres y felices.
Un relato que tiene todavía cierta carga de ingenuidad y muy poco cinismo, en un mundo resentido y dominado por el odio. El nivel tecnológico en la construcción del relato audiovisual demuestra que quizá (tenemos poco conocimiento todavía de las producciones de este país) les queda mucho que avanzar, pero que resulta interesante ver. Esto nos hace entender por qué Gauguin fue a Tahití, cuando entendió que no podía crear en Francia, porque había perdido la fe en la sociedad en la que estaba inmerso.
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