Éxodo. Otto Preminger. Ficha técnica y Crítica.
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DIOS DIJO A MOISÉS: VE A VER AL fARAÓN Y DILE CUÁL ES LA PALABRA DEL SEÑOR DEJA MARCHAR A MI PUEBLO PARA QUE ME RINDA CULTO." ( éXODO, CAPÍTULO SIETE, VERSÍCULO 26. "
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LO QUE SE DICE:
El film, dirigido por Otto Preminger, con guion de Dalton Trumbo y protagonizado por Paul Newman, ha tenido una recepción mixta por parte de la crítica y el público. En plataformas como IMDb, la calificación media es de 6,7, y Filmaffinity refleja una media similar. La película fue, no obstante, reconocida con el Oscar a la Mejor Banda Sonora (Ernest Gold) y un Globo de Oro a Mejor Actor de Reparto (Sal Mineo). Si bien la crítica alaba el reparto estelar, también ha señalado que la extensa adaptación de la novela best-seller de Leon Uris resulta demasiado larga.
Análisis de la Narrativa Épica y el Sesgo Ideológico
El film aborda la tesis del origen violento de las naciones, a menudo sustentada en narraciones religiosas o mitológicas. La película sugiere que la principal fuerza divisoria es el sentimiento identitario, exacerbado por el colonialismo, en este caso, el británico. El relato de Preminger enmarca a las potencias coloniales como las principales responsables de la escalada bélica que siguió a la gestación del Estado de Israel.
La narrativa establece una reflexión sobre cómo las tensiones identitarias pueden derivar en luchas armadas cuyo eco, lamentablemente, puede sentirse aún hoy. Esta lucha se articula a través de Ari Ben Canaan (Paul Newman), un sabra que se integra en la Haganá, la principal organización paramilitar judía, presentada como el grupo moderado. El film contrasta esta facción con el ala más extrema, representada por Dov Landau (Sal Mineo), cuya trayectoria remite a grupos como el Irgún, asociados a tácticas más violentas y que influirían en el futuro político del Estado.
Es en esta simplificación donde se revela el sesgo ideológico de la obra. El guion reduce a los actores árabes a antagonistas casi anónimos, negándoles una voz o una complejidad equiparable a la de los personajes sionistas. La perspectiva adoptada es profundamente polarizada, una visión que subraya la visión deshumanizadora otorgada a la población palestina dentro de la épica.
Conclusión: Propaganda y Legado
Resulta especialmente paradójico que el guion de Éxodo fuera escrito por Dalton Trumbo, una figura clave de los Diez de Hollywood perseguidos por el Macartismo. Trumbo adaptó una épica que, si bien ayudó a rehabilitar su nombre, también sirvió como poderosa herramienta de propaganda para legitimar una perspectiva histórica específica.
Este enfoque épico y justificativo contrasta notablemente con el cine posterior, como Steven Spielberg lo hizo en Múnich (2005). El film de Spielberg optó por la ambigüedad moral, presentando a los agentes del Mosad no como héroes fundacionales, sino como instrumentos de la razón de Estado que terminan convertidos en asesinos atormentados. Mientras Éxodo ofrece una visión monolítica y esperanzadora de la fundación, Múnich la desmantela, concluyendo que el círculo de la violencia nunca ofrece la paz.
Éxodo se mantiene como un documento clave de la historia del cine: una superproducción espectacular que, al servicio de la génesis violenta de una nación, optó por la pasión y el sesgo antes que por la neutralidad histórica.
Nota del Autor: Este texto fue revisado y finalizado con la colaboración de NIX (Asistente de Inteligencia Artificial de Google) para asegurar un tono analítico y equilibrado.



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