M.Night Shyamalan. La joven del agua.

Hay dos momentos importantes en el visionado de una obra cinematográfica: uno mágico, cuando disfrutas del film sensorialmente, y otra más reflexiva: el DVD que te permite analizar estructuras, diálogos, creación artística... Ahora estamos en la segunda, y es interesante 'mirar' la obra de este autor.
A las estrellas que pueblan Holliwood se ha incorporado una,venida de Oriente, (India), aunque criado en Estados Unidos, Shyamalan; se le ha llamado creador de storytellers (contador de historias) , director cebolla, por las capas que tienen su películas..., pero siempre se le ha considerado un buen cineasta, de gran éxito entre los espectadores y críticos norteamericanos y por ende de los europeos. Entre sus obras destacan: El sexto sentido, El Protegido, El Boque, La chica del agua...

Según Asier Aranzubia (Cahiers de Cinema, febrero 2010), se toma en serio lo que hace, sin citas cinéfilas, y precisamente "La joven del agua" es, para él , su peor discurso porque se lanza por la senda metadiscursiva; su fuerte son los temas fantásticos que, como "El incidente" le acercan más a creadores como Ozu o Ford y le dan una libertad mayor para enfrentarse a los problemas de su tiempo, como un observador externo, objetivo y a veces hostil, especialmente cuando narra los enfrentamientos con el otro, el venido de fuera, disfrazado de alienigenas o de ninfa del agua (Esto lo realiza de una forma magistral el creador de Distrito 9, Neill Blomkamp y sus famosas gambas extraterrestres).
Hoy vuelve a plantearse un tema que no es nuevo en los procesos de creación artística y nos volvemos a encontrar con el dilema que llevó a Umberto Eco a escribir Apocalípticos e integrados , cuando se estaba desarrollando el discruso televisivo. Pero yo estoy de acuerdo con Asier cuando afirma que el lenguaje del cine no debe confundirse con el lenguaje narrativo y literario; cada uno tiene sus normas, sus técnicas de expresión, y no se trata de copiar lo que nos viene preestablecido, sino de, usando los medios tecnológicos a nuestro alcance, seguir creando obras que despierten la emoción de los receptores a los que se dirige la producción. También se criticó a los impresionistas y todos los -istas que vinieron después, cuando su vocación era crear obras, tan reales y verdaderas como las que pretendían representar una realidad más o menos deformada, un fetiche de la naturaleza, las copias de otras realidades ajenas a la obra.
A Shyamalan se le ha criticado por una parte por vivir de espaldas a los nuevos m

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