Patty Jenkins. Monster.





La historia de la primera asesina en serie de EE.UU: Monster

Patty Jenkins es una escritora y directora de cine, cuya obra tiene algún nexo con Despentes y la literatura sucia, pero con un punto de reflexión moralista al final del film.

Aleen Wuornos (Charlize Theron), magnífica caracterización con la que ganó un oscar a la mejor actriz), se enamora de una joven, Selby Wall (Cristina Ricci), cuyo padre la ha enviado con una tia, para que se cure tras un episodio de homoxesualidad. Pero el destino, al que se quiere orillar, le tiene preparada una tremenda jugada.

Selby es una adolescente inmadura, que no ha tenido aún que luchar por la vida, mientras Aleen, marcada desde la infancia por un hado maligno, hijo de la pobreza y la marginación, no ha conocido desde niña más que la violencia y la violación sistemática, en la que le inició un amigo de su padre. Su destino es la prostitución y no puede hacer nada para impedirlo. El contacto con Selby le pone en contacto con un sentimiento desconocido para ella: la ternura y el sabor de las caricias, y,aunque no es homosexual, se rinde ante la menor. En defensa propia mata a un cruel cliente que le pega y maltrata casi hasta la muerte. Se queda con su coche y su dinero, y de este modo inicia una carrera que les proporciona medio de transporte y dinero en su ruta hacia ninguna parte. En un momento decide llevar una vida como la de los demás y descubre que la sociedad no está dispuesta a dar una oportunidad a una prostituta sin formación, por lo que debe seguir el camino que el destino ha trazado para ella.

Mientras a Selby no le importa cómo obtiene el dinero y pronto empieza a confundir a Aleen con un padre al que saquear sin dar explicaciones. La protagonista que, hasta ese momento había querido mantener la inocencia de la joven, desvela la fuente de sus ingresos, lo que parece no importar demasiado a Selby; sólo cuando las cosas se ponen feas empieza a pensar en volver a casa y acaba colaborando con la policía para que la sociedad condene a la prostituta.



En un momento Aleen reflexiona y piensa que la vida es dura y extraña; extraña porque en su pueblo había una noria llena de luces, a la que todos, sin embargo, llamaban el monstruo. Cuando Selby le acusa, se defiende diciendo que la sociedad burguesa ha creado una moral que sólo sirve para los desgraciados, porque en la vida real,en la que ella conoce en la calle, la gente mata, por poder, por dinero, por política, por religión...ella lo hace para supervivir. Pero, cuando se ve obligada a matar a un buen hombre, que le ha ofrecido su casa , su ayuda y la de su mujer, comprende que la violencia le ha arrastrado y se ha pasado de frenada. Tira la pistola a un río,pero, para ella ya es tarde, y su condena será tanto física como afectiva; la ternura y el amor es una quimera.

Con el testimonio de Selby es condenada a muerte, y es ejecutada tras pasar doce años en el corredor de la muerte. Esta es una crueldad del pueblo americano que nunca he comprendido como ser humano.

Lo más interesante de la película es su moraleja de que la violencia engendra más violencia y arrolla al que la ejerce. Pero también hay otra enseñanza negativa: Aleen cuando sale de la sala de juicios va recitando todos esos sabios refranes populares que para ella son un sarcasmo, como: el amor mueve montañas, mientras hay vida hay esperanza...





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