El cuarto protocolo,John Mackenzie.




El cine es una buena crónica político-social, y vista desde la perspectiva actual, cuando han transcurrido más de veinte años desde su realización (1987) el film de John Mackenzie, El cuarto protocolo, informa del clima existente en esa época en la que reinaba la paranoia antisoviética, liderada por Reagan, el muro de Berlín aún estaba en pie y la Guerra Fría y sus aparatos de propaganda hacían mella en las mentes de los ciudadanos. Hoy corren vientos revanchistas contra aquellos cuyo lema era '¿Nuclear?. No gracias' , pero en aquellos tiempos los medios de comunicación, el cine y la TV extendían como una mancha de aceite el temor a una guerra nuclear entre las potencias occidentales, agrupadas en la OTAN, y las orientales-comunistas (especialmente China y Rusia ).

El film trae a la memoria el juego de espionaje y contraespionaje en un momento en que los Servicios de Inteligencia de ambos lados preveían el fin del imperio soviético y los acontercimientos que se producirían cuatro años después, en los que incluso fracasó la transición ordenada, la glasnot de Mijail Gorbachov, ( al que se puso a dar conferencias ), y los jefes de estos servicios conspiraban para mantener sus puestos, como les echa en cara el protagonista, interpretado por Michael Caine. La excusa: un sector exaltado de la KGB intenta hacer estallar un artefacto nuclear en Inglaterra. Nunca sabremos si estas operaciones fueron verdaderas o pura invención de la propaganda partidaria, pero lo que si está claro es que los movimientos en pro del desarme estaban más que justificados. En la secuencia final coinciden los manifestantes con el asesino (un jovencísimo Pierce Brosnan) y sus perseguidores. El agente soviético es asesinado por los espías británicos, antes de que hablara más de la cuenta.

Es bueno volver la vista atrás para comprender el miedo y la impotencia de muchos ciudadanos, en los que se había implantado el mal sueño (fuerte competencia real con la ficción de Cristopher Nolan) de una hecatombe mundial, esta vez de carácter nuclear. En 1980 América, Rusia e Inglaterra firmaron un acuerdo para frenar el desarrollo de armas nucleares, con cuatro protocolos secretos, que pronto se convirtieron en papel mojado.

El film está basado en una novela de Frederick Forsyth.



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