Across the Universe. Julie Taymor.
Across the universe narra una historia de amor ambientada en el trasfondo de los años 60, en medio de las protestas contra la guerra, la exploración mental y el rock’n roll. La película se traslada desde los muelles de Liverpool hasta la psicodelia creativa de Greenwich Village, desde las calles rasgadas por las revueltas de Detroit hasta los campos de muerte de Vietnam. Los desventurados amantes, Jude y Lucy, junto con un pequeño grupo de amigos y músicos, son arrastrados hacia los movimientos emergentes contra la guerra y las tendencias contraculturales, con el Dr. Robert y Mr. Kite como sus guías.
Julie Taymor, concibió una película que, " Investigaría los 60. Tenía que penetrar todos los niveles de las canciones de los Beatles. Desde las canciones de amor hasta las políticas. La música y la película no sólo reflejarían el microcosmos de la experiencia de un personaje, sino que, desde mi perspectiva, también representaría el macrocosmos de los acontecimientos que están sucediendo en el mundo”. Taymor quería hacer una película fresca y viva para el público de hoy. “Realmente quiero que los jóvenes vean la pasión en esta película —para comprobar con qué fervor se sumergían los personajes en los movimientos sociales y en la auto-exploración. Espero que realmente hable ‘a través del universo’ y a través de las culturas... para que todo el mundo pueda identificarse con las situaciones y los acontecimientos que suceden en esta película”. Según la productora Jennifer Todd, la película es una declaración artística de Taymor. “Es una experiencia increíblemente satisfactoria trabajar con alguien que vive y respira la película mañana, tarde y noche. Un fin de semana, salimos y al volver descubrimos que se había inventado una nueva secuencia. Porque ella es así, atrae a la gente que quiere trabajar tan duro para conseguir su visión”. El productor Matthew Gross, que generó el proyecto conviene en que “Julie es un tesoro nacional” (...) “Es una auténtica artista —no sólo aporta atractivo visual, sino que tiene el toque justo con los cantantes y los bailarines que era tan necesario para esta película. El trabajo que hizo en Titus y Frida muestra su increíble visión. Además, como todo el mundo quiere trabajar con Julie Taymor —y con razón— es capaz de atraerse a los mejores artistas y los talentos más grandes. Es un activo tremendo para la película en todos los sentidos”.
Al contrario que la mayoría de los musicales, donde primero viene una historia y las canciones se insertan en los puntos clave, en ésta, las canciones crean la historia. . Todd explica, “La película es un musical original y tiene una historia original —una que nunca has visto antes, inspirada en la música de los Beatles de un modo que nunca antes has escuchado”. “Todo el concepto de este musical”, explica Taymor, “es que las letras de las canciones contarán la historia. Son el libreto, son las arias, son la emoción de los personajes”.
Aunque en los 60 Taymor sólo estaba empezando su adolescencia, la historia se inspiró en las observaciones de su niñez: “Lucy y Max, el hermano y la hermana, se modelaron ligeramente como mi propio hermano y hermana, y yo soy Julia, la niña pequeña que observa. Durante esa época, yo era una observadora de lo que mis padres estaban pasando con los adolescentes y luego estudiantes universitarios que se introducían en el movimiento político radical: el servicio militar, los hippies, las drogas. Y allí estaba yo; no me vi afectada, pero lo observé”. Taymor admiraba el espíritu directo de la época. “La gente realmente asumía riesgos”, afirma. “Como dice Lucy: ‘Me tiraría frente a un tanque si eso trajera de vuelta a casa a mi hermano de la guerra’. Y por supuesto Jude responde: ‘Pero no lo haría’, y ella se pone triste y dice: ‘¿Significa eso que no crees que deba intentarlo?’ Me conmueve el hecho de que en esa época, la gente lo intentaba”.
Taymor no concibió el proyecto como una pieza nostálgica; muchas de las cosas por las que luchaban los jóvenes de los 60 siguen teniendo hoy relevancia. El objetivo de los cineastas era trasladar la pasión y el sentimiento de los 60 y que resonara de un modo que pareciera tan contemporáneo como factible. La razón para hacer una película como ésta, en su mente, era la inmediatez de los temas. “Constantemente tienes que volver a visitar estas historias para que reflejen tu presente, y realmente piensas, ‘¿Qué es tan distinto ahora?’”. “Esa época es explícitamente importante para nuestro tiempo ahora”.
Para dar vida a la época, Taymor y los guionistas Dick Clement & Ian Frenais crearon una historia completamente nueva, utilizando las canciones para guiar su camino. “Los personajes se crearon para las canciones”, continúa Taymor. “Por ejemplo, para el personaje Prudence me encantó la idea de coger I Want to Hold Your Hand y dársela a una inocente animadora de Ohio”. La canción empieza con la joven chica cantando lastimeramente en los laterales de un campo de fútbol. “Nosotros no cambiamos las letras”, dice Taymor, “pero a media canción, te das cuenta de que no está enamorada del quarterback —está enamorada de la animadora rubia. De repente, la canción empieza a sonar de un modo completamente distinto, porque trata de amor reprimido. Al final de la canción, esta joven chica, que ni siquiera sabe lo que está sintiendo, abandona su casa. Hace autostop para llegar a Nueva York. Sin tener que llegar al trasfondo del personaje, sin tener que ver a su madre ni a su padre ni la historia de su vida; la canción lo dice todo”. “Mientras seguimos los viajes de los personajes, las canciones surgen”, continúa Taymor. “En la historia, Max va a ser reclutado por el Ejército. Busqué entre docenas de canciones hasta que finalmente llegué a I Want You y se registró en mi cabeza; ‘Dios mío, “I Want You”, ¿no es el lema del Tío Sam?’” Era perfecta. A medida que la historia empezó a crecer de este modo orgánico, Taymor siguió las canciones hasta donde le llevaron. En muchos casos, las canciones movían a otros personajes y adquirían múltiples significados, y en el caso de “I Want You”, empieza con la entrada de Max en el ejército y continúa hacia una escena mucho más erótica entre los personajes de Jo-Jo y Sadie. En algunos casos, las canciones parecían más momentos privados, y al igual que en un aria o una ópera, expresaban pensamientos internos. En otros casos, como Revolution, lo directo de las letras les llevó a representar la emoción de la escena con más fuerza de la que el diálogo era capaz. “Cuando Jude canta ‘Revolution’, realmente está entrando en la oficina de Estudiantes por la Reforma Democrática, llegando hasta Lucy y utilizando la emoción de la música y de estas letras para expresarse en lugar de decirlo mediante un diálogo directo”, anota Taymor. “Sigue cantando porque se encuentra en un estado superior al habitual; es un estado elevado que va a dejarlo destrozado y tirado al final de la canción. Realmente nos ayuda a encapsular el tiempo, porque la música te ayuda a pasar muy rápidamente por un estado emocional y llegar a otro nivel muy, muy alto y muy dramático.
La directora Julie Taymor ha sido la responsable de dos irregulares largometrajes: Titus, la muy peculiar adaptación de Shakespeare, y Frida, biopic de la célebre pintora mexicana Frida Kahlo, obras de resultados objetables pero que, ante todo, dejaban la sensación de estar ante una autora de innegable sensibilidad visual, propiciada además por los terrenos en los que se movía, como eran la fastuosa Roma Imperial y la rica paleta cromática que rodea la vida de Frida Kahlo. Lo intuido en aquellos primeros trabajos se confirma en Across the universe, y Taymor, prestigiosa escenógrafa teatral, despliega en la pantalla una estimable capacidad para traducir en imágenes las canciones, con los recuerdos y lugares comunes más recurrentes de aquellos años como telón de fondo. Algunas secuencias adquieren una considerable fuerza, incluso varios momentos inspirados por las canciones se convierten en pequeñas piezas de arte —mención especial para la puesta en escena de Strawberry fields forever—, con una excelente fotografía del francés Bruno Delbonnel, responsable de Amelie y Largo Domingo de Noviazgo.
Julie Taymor, concibió una película que, " Investigaría los 60. Tenía que penetrar todos los niveles de las canciones de los Beatles. Desde las canciones de amor hasta las políticas. La música y la película no sólo reflejarían el microcosmos de la experiencia de un personaje, sino que, desde mi perspectiva, también representaría el macrocosmos de los acontecimientos que están sucediendo en el mundo”. Taymor quería hacer una película fresca y viva para el público de hoy. “Realmente quiero que los jóvenes vean la pasión en esta película —para comprobar con qué fervor se sumergían los personajes en los movimientos sociales y en la auto-exploración. Espero que realmente hable ‘a través del universo’ y a través de las culturas... para que todo el mundo pueda identificarse con las situaciones y los acontecimientos que suceden en esta película”. Según la productora Jennifer Todd, la película es una declaración artística de Taymor. “Es una experiencia increíblemente satisfactoria trabajar con alguien que vive y respira la película mañana, tarde y noche. Un fin de semana, salimos y al volver descubrimos que se había inventado una nueva secuencia. Porque ella es así, atrae a la gente que quiere trabajar tan duro para conseguir su visión”. El productor Matthew Gross, que generó el proyecto conviene en que “Julie es un tesoro nacional” (...) “Es una auténtica artista —no sólo aporta atractivo visual, sino que tiene el toque justo con los cantantes y los bailarines que era tan necesario para esta película. El trabajo que hizo en Titus y Frida muestra su increíble visión. Además, como todo el mundo quiere trabajar con Julie Taymor —y con razón— es capaz de atraerse a los mejores artistas y los talentos más grandes. Es un activo tremendo para la película en todos los sentidos”.
Al contrario que la mayoría de los musicales, donde primero viene una historia y las canciones se insertan en los puntos clave, en ésta, las canciones crean la historia. . Todd explica, “La película es un musical original y tiene una historia original —una que nunca has visto antes, inspirada en la música de los Beatles de un modo que nunca antes has escuchado”. “Todo el concepto de este musical”, explica Taymor, “es que las letras de las canciones contarán la historia. Son el libreto, son las arias, son la emoción de los personajes”.
Aunque en los 60 Taymor sólo estaba empezando su adolescencia, la historia se inspiró en las observaciones de su niñez: “Lucy y Max, el hermano y la hermana, se modelaron ligeramente como mi propio hermano y hermana, y yo soy Julia, la niña pequeña que observa. Durante esa época, yo era una observadora de lo que mis padres estaban pasando con los adolescentes y luego estudiantes universitarios que se introducían en el movimiento político radical: el servicio militar, los hippies, las drogas. Y allí estaba yo; no me vi afectada, pero lo observé”. Taymor admiraba el espíritu directo de la época. “La gente realmente asumía riesgos”, afirma. “Como dice Lucy: ‘Me tiraría frente a un tanque si eso trajera de vuelta a casa a mi hermano de la guerra’. Y por supuesto Jude responde: ‘Pero no lo haría’, y ella se pone triste y dice: ‘¿Significa eso que no crees que deba intentarlo?’ Me conmueve el hecho de que en esa época, la gente lo intentaba”.
Taymor no concibió el proyecto como una pieza nostálgica; muchas de las cosas por las que luchaban los jóvenes de los 60 siguen teniendo hoy relevancia. El objetivo de los cineastas era trasladar la pasión y el sentimiento de los 60 y que resonara de un modo que pareciera tan contemporáneo como factible. La razón para hacer una película como ésta, en su mente, era la inmediatez de los temas. “Constantemente tienes que volver a visitar estas historias para que reflejen tu presente, y realmente piensas, ‘¿Qué es tan distinto ahora?’”. “Esa época es explícitamente importante para nuestro tiempo ahora”.
Para dar vida a la época, Taymor y los guionistas Dick Clement & Ian Frenais crearon una historia completamente nueva, utilizando las canciones para guiar su camino. “Los personajes se crearon para las canciones”, continúa Taymor. “Por ejemplo, para el personaje Prudence me encantó la idea de coger I Want to Hold Your Hand y dársela a una inocente animadora de Ohio”. La canción empieza con la joven chica cantando lastimeramente en los laterales de un campo de fútbol. “Nosotros no cambiamos las letras”, dice Taymor, “pero a media canción, te das cuenta de que no está enamorada del quarterback —está enamorada de la animadora rubia. De repente, la canción empieza a sonar de un modo completamente distinto, porque trata de amor reprimido. Al final de la canción, esta joven chica, que ni siquiera sabe lo que está sintiendo, abandona su casa. Hace autostop para llegar a Nueva York. Sin tener que llegar al trasfondo del personaje, sin tener que ver a su madre ni a su padre ni la historia de su vida; la canción lo dice todo”. “Mientras seguimos los viajes de los personajes, las canciones surgen”, continúa Taymor. “En la historia, Max va a ser reclutado por el Ejército. Busqué entre docenas de canciones hasta que finalmente llegué a I Want You y se registró en mi cabeza; ‘Dios mío, “I Want You”, ¿no es el lema del Tío Sam?’” Era perfecta. A medida que la historia empezó a crecer de este modo orgánico, Taymor siguió las canciones hasta donde le llevaron. En muchos casos, las canciones movían a otros personajes y adquirían múltiples significados, y en el caso de “I Want You”, empieza con la entrada de Max en el ejército y continúa hacia una escena mucho más erótica entre los personajes de Jo-Jo y Sadie. En algunos casos, las canciones parecían más momentos privados, y al igual que en un aria o una ópera, expresaban pensamientos internos. En otros casos, como Revolution, lo directo de las letras les llevó a representar la emoción de la escena con más fuerza de la que el diálogo era capaz. “Cuando Jude canta ‘Revolution’, realmente está entrando en la oficina de Estudiantes por la Reforma Democrática, llegando hasta Lucy y utilizando la emoción de la música y de estas letras para expresarse en lugar de decirlo mediante un diálogo directo”, anota Taymor. “Sigue cantando porque se encuentra en un estado superior al habitual; es un estado elevado que va a dejarlo destrozado y tirado al final de la canción. Realmente nos ayuda a encapsular el tiempo, porque la música te ayuda a pasar muy rápidamente por un estado emocional y llegar a otro nivel muy, muy alto y muy dramático.
La directora Julie Taymor ha sido la responsable de dos irregulares largometrajes: Titus, la muy peculiar adaptación de Shakespeare, y Frida, biopic de la célebre pintora mexicana Frida Kahlo, obras de resultados objetables pero que, ante todo, dejaban la sensación de estar ante una autora de innegable sensibilidad visual, propiciada además por los terrenos en los que se movía, como eran la fastuosa Roma Imperial y la rica paleta cromática que rodea la vida de Frida Kahlo. Lo intuido en aquellos primeros trabajos se confirma en Across the universe, y Taymor, prestigiosa escenógrafa teatral, despliega en la pantalla una estimable capacidad para traducir en imágenes las canciones, con los recuerdos y lugares comunes más recurrentes de aquellos años como telón de fondo. Algunas secuencias adquieren una considerable fuerza, incluso varios momentos inspirados por las canciones se convierten en pequeñas piezas de arte —mención especial para la puesta en escena de Strawberry fields forever—, con una excelente fotografía del francés Bruno Delbonnel, responsable de Amelie y Largo Domingo de Noviazgo.
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