El viaje de los malditos.. Stuart Rosenberg.






















Dentro de la meritoria labor de difusión del cine de la prensa de papel crepuscular , el Diario El Mundo está desenpolvando una colección de películas de género histórico, tras realizar una buena selección, en la que predominan los títulos en torno al holocausto nazi. Esta semana le ha tocado el turno, entre otras, a El viaje de los malditos de Stuart Rosenberg, que fue galardonada con el Globo de Oro y recibió tres nominaciones a los premios Óscar en 1977.

El film narra la increíble historia del barco que avergonzó al mundo, el Saint Louis, en el que 937 judíos alemanes partieron en Hamburgo con destino a La Habana, protagonizada por actores de la talla der Faye Dunaway, Orson Welles, James Mason, Max Von Sidow o Malcolm McDowell. La mayor parte del pasaje estaba constituida por intelectuales, profesores, médicos,,etc. , una buena muestra de la 'inteligencia' judía, con diferentes actitudes vitales, como el matrimonio encarnado por Oskar Werner y Faye Dunaway que llegan al barco vestidos con el glamour de una pareja hollywoodiense, o el profesor y su familia, atenazados por el miedo y la repulsión hacia los nazis. En la tripulación agentes del partido nacionalsocialista mantienen actitudes amenazantes y prácticas de espionaje de todo lo que se mueve. Al frente del buque un capitán, interpretado por Max Von Sidow, humano y compasivo, que se salvo de la muerte tras el Juicio de Nuremberg, gracias al testimonio del macabro pasaje.

El film hace un buen retrato de la Cuba de Batista, colaborador de los nazis, corrupta y prostituida y sensible a una propaganda destinada a justificar el holocausto de unos alemanes que subieron al barco y pusieron sus esperanzas en esta huida de Alemania, entre otras razones porque no tenían otra posibilidad. Tampoco Roosvelt se salva de la acusación de Rosenberg, ya que, descubierto el engaño y la locura de tan siniestra propaganda, prohibió que el buque se acercara a las costas norteamericanas. Sólo Inglaterra y los Paises Bajos acabaron apiadándose de esta miserable carga.

Filmada por este director invisible, sin histrionismos ni exageraciones, y con un magnífico papel del entonces joven Malcolm McDowell, constituye un documento más, junto a Los niños del Brasil de Sachaffner y otras cintas , de la locura de unos hombres que llegaron a pensar que el mundo les iba a agradecer la eliminación de este pueblo de la faz de la tierra, pero que sólo encontraron apoyo incondicional y sensibilidad a su propaganda en regímenes corruptos y dictatoriales. El film trae a la memoria de los hombres quién era Batista y por qué razón pudo conquistar con tanta facilidad la isla de Cuba Fidel Castro con un puñado de hombres poco años después. La colaboración de Norteamerica y su implicación en maniobras dudosas es, vista en perspectiva como un borrón en su historia, magnificamente narrado por un norteamericano.

No hay imágenes de atrocidades porque la operación de propaganda pretendía mostrar al mundo la caballerosidad y elegancia del partido, que de hecho engañó sobre todo al que prefirió mirar a otra parte, y demostrar al mismo tiempo que nadie aceptaba este cargamento de malditos, lo que en parte consiguió de países con una sólida democracia como EE.UU., y donde los judíos tienen un gran peso específico y han proporcionado un nutrido grupo de intelectuales en todas las áreas del saber .

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