El pasaje. J.Lee Thompson.


Ficha técnica:

Título original: The Passage.
Año: 1979.
Duración: 90 minutos.
País: Reino Unido.
Dirección: J.Lee Thompson.
Guión: Bruce Nicolaysen, basado en la novela.
Música: Michael J.Lewis.
Fotografía: Michael Reed.

Ficha artística:

Anthony Quinn, James Mason, Malcolm McDowell, Patricia Neal, Kay Lenz, Paul Clemens, Christopher Lee, Robert Rhys, Michael Lonsdale, Marcel Bozzuffi, Peter Arne, Neville Jason, Robert Brown, Rose Alba, Jim Broadbent.


Se han hecho tantas películas del holocausto nazi, que el genocidio cometido por un pueblo tan avanzado como el alemán no deja indiferente a nadie, y son conocidos todos los detalles de cómo se gestó el huevo de la serpiente. J.Lee Thompson aporta una perspectiva algo diferente: un famoso hombre de ciencia norteamericano, John Bergson (James Mason) es buscado por los alemanes que pretende servirse de sus investigaciones; un hombre de ciencia, de vida tranquila, debe abordar en una edad avanzada una odisea acompañado de su familia, una mujer enferma y dos jóvenes. En su huida de la Francia ocupada sólo existe un camino: cruzar los Pirineos. Cualquiera que haya caminado por estos montes sabe la aventura a que se sentía arrastrado por la necesidad, inalcanzable para hombres jóvenes. Para ello necesita un guía, un pastor vasco (Anthony Quinn), no sólo acostumbrado a vagar por estos parajes con sus ovejas, sino sobreviviente de la Guerra Civil Española, que sirvió de entrenamiento al ejército alemán, y que no duda en matar al contrincante si es necesario. No es la primera vez que se relata en un contexto histórico el reto de enfrentarse a esta cordillera; Julio César lo abordó en sus Comentarii de bello civili.

Tras ellos un joven oficial alemán de las SS, un iluminado encarnado por Malcolm McDowell, al que se ha acusado de imitarse a sí mismo y a su interpretación en La naranja mecánica de Stanley Kubrick, aunque su papel es más moderado que el del jefe de los drugos; lo más discutible y que resta entidad al personaje es la esvástica que lleva impresa en sus calzoncillos. Es manifiestamente un fanático ignorante que justifica la invasión alemana con total desconocimiento de lo que pontifica: ignora que celtas y galos son el mismo pueblo, al que el documento más completo y fiable de la antigüedad, La Guerra de las Galias de Julio César, se define como aquel que en su propia lengua se llama celta y en la de los romanos galo (Gallia est omnis divisa in partes tres, quarum unam incolunt Belgae, aliam Aquitani; tertiam qui lingua ipsorum celtae, nostra Galli apellantur); también son celtas los britannos y los hispanos del Norte. Los romanos procuraron mantener a los germanos, mientras pudieron al Norte del Rhin primero, y del Danubio después, y hubo cierta paz vigilada mientras se respetaran estos límites. Pero los germanos siempre presionaron e intentaron desplazarse hacia el sur, siendo derrotados hasta que el imperio romano cayó hecho añicos, aunque la infiltración en las instituciones romanas y especialmente en el ejército fue paulatina y muy anterior. Francia no debía nada a los normandos, que como otros pueblos procedentes del Norte de Europa intentaron invadir reiteradamente los países del sur. La justificación histórica de la invasión lo define mejor que sus ojos de loco, más propios de la personalidad del actor.

Aunque las escenas de violencia no sean tan explícitas ni sangrientas como las de muchos otros filmes, la violación de la hija del doctor es de gran dureza psicológia: el recurso del resentido, que pisotea y ensucia lo que no puede poseer. Frente al ejército invasor, como lo fueran en otros tiempos cimbrios, teutones, suevos, normandos, sajones..., estaba la resistencia de los pueblos del Mediterráneo, que acabó derrotándolos con sus constantes sabotajes y la ayuda definitiva de los norteamericanos.

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