El espíritu de la colmena.Victor Erice.




Ficha técnica:

Año: 1973.
Dirección: Victor Erice.
Producción: Elias Querejeta.
Guión: Victor Erice, Ángel Fernández Santos y Francisco J. Querejeta.
Música: Luis de Pablo.
Fotografía: Luis Cuadrado.
Montaje: Pablo González del Amo.
Proyección artística: Jaime Chavarri.
Vestuario: Peris.
Duración: 98 minutos.

Ficha artística:

Fernando Fernán Gómez: Fernando.
Teresa Gimpera: Teresa.
Isabel Tellería: Isabel.
Ketty de la Cámara: Milagros, la criada.
Estanis González: Guardia Civil.
Juan Margallo: El fugitivo ¿?
Laly Soldevilla: Doña Lucía, la maestra.
Miguel Picazo: El doctor.

Sinopsis:

Un domingo del año 1940 llega a un pueblo perdido de la meseta castellana la denominada 'camioneta del cine'. En un detartalado edificio del Ayuntamiento se improvisa la proyección de la película El doctor Frankenstein. Durante los noventa minutos que dura la sesión las calles del pueblo permanecen solitarias. Entre los espectadores se encuentran dos pequeñas hermanas, Isabel y Ana.

Comentario:

He vuelto a ver con mucho cariño y atención el album con dos películas que en versión DVD y Blu-ray publica Vértice Cine, especialmente porque ha sido un regalo que me han hecho unos seres muy queridos para mí en unas circunstancias especiales. Comenzaré por la que más me convence, El espíritu de la colmena, pues tengo un hartazgo profundo de historias protagonizadas, tanto en cine como en literatura, por niños pijos, educados por sus criadas (la madre apenas tiene presencia en el film), que sufrieron mucho el choque generacional y el enfrentamiento con unos padres que aceptaron el régimen y siguieron manteniendo sus prebendas. Se ha escrito con razón que era la primera vez que un guerrillero, un maqui en realidad, era contemplado con una mirada solidaria por el vencedor, aunque esto es algo que no se explicita bien en el film, porque en realidad lo cosen a tiros. En el mismo album, editado recientemente, se le llama 'el fugitivo', y si se deduce que es un maqui es porque se tira de un tren en marcha y se refugia en una casa abandonada, comportamiento habitual de los que resistieron al régimen en las montañas.Una secuencia muestra a la madre quemando una carta tras la muerte del 'que huye' , no se sabe de quién. Si nos atenemos a la definición de cine de Noél Burch como la búsqueda de lo absoluto en pos del “gran sueño frankensteiniano del siglo XIX: la recreación de la vida y el triunfo simbólico sobre la muerte”, no tenemos más remedio que concluir que la historia, desde la perspectiva del maqui, aún está por escribir.

No obstante desde el punto de vista del metalenguaje cinematográfico, del análisis del cine dentro del cine, el año de la realización, 1973, tiene poco que ver, pues estábamos a tres años tan solo , 1976, de que el mundo viera en las pantallas La Guerra de las Galaxias de George Lucas, que revolucionó la forma de hacer para siempre. En El espíritu de la colmena Victor Erice utiliza los diálogos imprescindibles y construye la diégesis visualmente, con un guión sencillo, muy expresivo. La mente infantil de Ana (Ana Torrent), (es curioso que el nombre de los personajes principales coincida con el de los protagonistas), acude a la sesión de cine y queda epatada con la secuencia del monstruo del Doctor Frankenstein y la niña, de fatales consecuencias. Sus miedos, muy potentes a tan corta edad, son potenciados por su hermana un poco mayor, y cuando encuentra al ¿maqui? , ¿fugitivo?, quiere jugar el papel de heroína protectora; en esos momentos los niños eran educados en el temor, la disciplina, el aprendizaje de lecciones cantadas, los crucifijos con un dios atravesado, crucificado y coronado de espinas, y su reacción es la normal.

Erice presta atención en las dos películas a la llamada a gritos dirigidos a la persona perdida por cualquier razón, desde cualquier atalaya, terraza o balcón, según la posición económica, costumbre muy española en esos momentos. Hasta el final casi de la dictadura se podían contar con los dedos de una mano los estudiantes universitarios del país, y ni tan siquiera ahora existe una Universidad para estudiar cinematografía que se acerque a la UCLA, pero la historia de estos pocos ha sido cien veces contada y ahora cuando las sedes universitarias están saturadas a nadie le interesa este tema. El mito de Frankenstein duerme el sueño de los justos en lo que a fugitivos se refiere.

El realizador muestra interés por reconstruir y dar vida a esa etapa de la infancia, mostrarnos sus miedos, sus engaños, sus fantasías y deseos y, por qué no, su innata crueldad. La hermana disfruta aterrorizándola y haciéndole creer que si cierra los ojhos puede ver a su propio fantasma, como ocurre al final, pero bajo la apariencia del monstruo de la ficción, confundido con el real; la familia rota pero aparentemente unida es el contexto, el trasfondo en el que se educan las niñas, que buscan refugio en las criadas; la llegada del tren a los páramos desolados trae a un ser foráneo, que apenas alterará la vida de la población, a pesar del silenciado tiroteo, teniendo un gran impacto en el imaginario de la niña. Otros simbolismos que utiliza son el pozo, zona de transición entre el extenso páramo y la zona fantasmagórica de la casa abandonada, el enjambre donde Fernando se rodea de las abejas que permitirán elaborar una miel dulce en contraste con el sabor áspero de su vida cotidiana...Lo más impactante es el asombro de una niña de seis años que vive su cuento de terror particular, en el que la ficción y la realidad se confunden, truncado por actuaciones policiales y políticas que no es capaz de comprender a la edad de seis años. Sus monstruos son universales y su imaginación poderosa.


Comentarios

Entradas populares