La mujer del lago. Luigi Bazzoni y Franco Rossellini.



Ficha técnica:

Título original: La donna del lago.
País: Italia.
Año: 1965.
Duración: 84 minutos.
Directores: Luigi Bazzoni y Franco Rosellini.
Dirección artística: Luigi Sacaccianoce.
Guión: Giulio Questi, Luigi Bazzoni y Franco Rosellini, según la novela de Giovanni Comisso.
Fotografía: Leonida Barboni.
Música: RenzoRossellini.
Edición: Nino Baragli.
Productor: Manolo Bolognini.
Compañía Productora: E.R.C. Produzioni Istituto Luca.

Intérpretes:

Peter Baldwin: Bernard.
Salvo Randone: Enrico.
Valentina Cortese: Ima.
Virna Lisi: Tlde.
Philippe Leroy: Mario.
Pia Lindström: Adriana,
Piero Anchisi: Francesco.
Ennio Balbo: el forense.
Anna-María Gherardi: la criada.
Bruno Scipione: el periodista.


Sinopsis.


En pleno invierno, Bernard, un joven escritor, se desplaza en busca de la inspiración a un hotel de veraneo en el que ya había estado. Una vez allí decide visitar a Tilde, una empleada del hotel con la que tuvo un affair. Horrorizado, Bernard descubre que Tilde fue encontrada muerta en el lago que hay al borde del hotel. La policía tachó el hecho de suicidio y nadie del lugar parece querer recordarlo. Convencido de que se trata de un crimen sin resolver. Bernard comienza a investigar...


Comentario.

Es una de las primera obras del género, junto con La muchaha que sabía demasiado (La ragazza che sapeva troppo, 1962), aunque se desvía de las características estilísticas del giallo, pues está filmada en blanco y negro, frente al colorido brillante que impuso Dario Argento. Mantiene el leitmotif erótico, pero implícito, recóndito, acorde con la historia basada en relaciones secretas. La violencia tampoco es dominante, aunque conserva dos elementos clave: el arma blanca y el retrato de la hipocresía que se esconde tras personajes socialmente 'respetables' que, en realidad, ocultan a asesinos y a degenerados: un substrato de horror escondido tras la fachada de la sociedad 'bienpensante'. ( Tomás Fernández Valentí. Dirigido por...Julio-agosto,2011).

El film contrasta también con los del género por su sobriedad y el tono intelectual; el descubrimiento de la verdad es frecuentemente torpedeado por su protagonista, Bernard, un escritor, que más que indagar los hechos los inventa, lo que explica el carácter alucinado de las visualizaciones de sus pesadillas y pensamientos, fotografiados con sobreexposición que dotan a la narración de una atmósfera de ensueño. La presencia de figuras en ventanas o de puertas entreabiertas nos hablan de la naturaleza creativa del escritor, que crea una historia a su medida de una terrible realiad. (Tomas F. Valentí )


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