Rare exports: Un cuento gamberro de Navidad. Jalmari Helander.





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Ficha técnica:


Título original: Rare exports: A Christmas Tale.
País: Finlandia.
Año: 2010.
Duración:  84 minutos.
Dirección: JJalmari Helander.
Guión: Jalmari Helander, Juuso Helander, Patri Jokiranta y Sami Pakkinen.
Producción: Jalmari Helander.
Música: Juri Seppä.
Director de Fotografía:  Mika Orasmaa .
Montaje: Kimmo Taavila.
Productores asociados: Agnés B., François-Xavier Frantz, Petri Jokiranta  y Knut Skoglund.
Coproducción Finlandia-Noruega-Francia-Suecia; Agnès b. Productions / Cinet / Davaj Film / FilmCamp/ Filmpool Nord / Love Streams Productions / Pomor Film / Yleisradio (YLE) 


Intérpretes:


Per Christian Ellefsen: Riley,
Tommi Korpela: Aimo,
Jorma Tommila: Rauro Kontio,
Jonathan Hutchings:Brian Greener ,
Peeter Jakobi: Pietari's Elf,
Ilmari Järvenpää: Juuso,
Onni Tommila:  Pietari Kontio,
Rauno Juvonen: Piparinen. 


Premios:  2010: Festival de Sitges: Mejor película, director y fotografía 

 

Sinopsis:


Rare exports: un cuento gamberro de Navidad es una película basada en dos  cortos  del propio Helander, de 2003 y 2005, donde desarrolla en clave irónica, a la manera de la 'Guía de supervivencia zombie' de Max Brooks, el trabajo de una enigmática empresa que captura, domestica  y distribuye criaturas extrañas . Inspirada en las oscuras películas de aventuras infantiles de los ochenta.

Comentario.


Es un ejercicio productivo aprender a reirnos de nosotros mismos,  actitud que no comparten ciertos sectores críticos cuando creen que se ataca su patrimonio cultural,  especialmente en un momento en el  que el cine nórdico va un paso por delante planteando delirantes alternativas financieras a la galopante crisis económica (Roberto Alcover Oti), pero no de forma tan radical que no se  reserven  un as en la manga: el respeto a eso que se llama espíritu navideño (Gonzalo de Pedro).

El film de Helander tiene  vocación de blookbuster, y  apuesta por un espectacularidad pos-Amblin, (Jordi Costa, Diario El País), de gran impacto visual, gracias a la hermosa fotografía y  al uso del formato panorámico, una oportuna  fantasía en clave negra de  eso que se ha dado en llamar 'cine infantil para adultos', promovido por Amblin en la década de los 80. Frente a esa otra  fantasía de un 'Santa' que se olvida de una bicicleta para una niña, (Arthur Christmas. Operación regalo) cuando millones de pequeños no reciben ni un bote de leche, no está nada mal que alguien rescate ese entorno osco, desapacible y sórdido que padecen muchos pequeños, que viven en el seno  de una familia  moonoparental, (no me gusta aplicar en este caso el término desestructurada por las connotaciones que tiene que no son de aplicación al caso), carente de la figura mediadora de la  madre, en el que los niños  al buscar en su imaginación una forma amable de habitar en el mundo, se topan con una  realidad muy diferente que les arrastra a desmitificar  los símbolos tradicionales, entre ellos la Navidad. Pietari (Onni Tommila) , educado en un mundo pragmático  de hombres, que le ponen una escopeta al hombro a tan tierna edad,  tiene una visión de Santa Claus, basada en ciertos dibujos y  lecturas, nada amable. La fisura entre  los adultos y la ingenuidad infantil no es tan radical  en el   proceso de pérdida de su inocencia como en  otros contextos acomodados de Occidente, aunque  goce de cierta calidad de vida si se compara con el  llamado tercer mundo. Este discuro lo hace  explicito Jalmari Helander con una sola imagen que muestra el cargamento de regalos de la factoría  renovada de Santa Claus con destino a Zambia.

Se ha hablado mucho de que, a pesar de la radicalidad del  film,  no deja de ser un producto mainstream que respeta el espíritu navideño. Esto es cierto sólo a medias,  pues la cinta carece completamente de este clima,  evocando  más un producto de ciencia-ficción, una distopía de terror, precisamente en Finlandia de donde parten los imaginados trineos cargados de regalos, aunque es verdad que finalmente conserva  la práctica de llevar ilusión  a los niños el día 24 de diciembre, democratizando su distribución. Este grupo de rednecks finlandeses consideran venal todo lo que se mueve, y el niño busca constantemente la aceptación de su padre, pero juntos protagonizan una arriesgada acción  para salvar a los niños de las perversas garras del no tan bonachón anciano.

El punto de vista del director finlandés choca frontalmente con el  sabor dulzón de las películas navideñas,  lo que provoca la reacción  de los sectores más conservadores. En Sitges recibió en 2010 el premio  al mejor director, la mejor película y la mejor  fotografía. No cabe duda de que  Helander tiene una visión muy  particular de la Navidad y  de la Montaña de Korvatunturi, donde reside Papa Noel

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