La soga. Alfred Hitchcock.
Ficha técnica:
Títulp original: Rope. Unleashed (la soga desatada).
País: USA.
Año: 1948
Duración: 80. minutos.
Dirección: Alfred Hitchcock.
Ayudante de dirección: Lowell Farrell.
Guión: Arthur Laurents, según la obra teatral de Patrick Hamilton. Adaptación de Hume Cronyn.
Fotografía: Joseph Valentine Y William V.Skall., A.S.C. Technicolor.
Decorados: Perry Ferguson, Emil Kuri y Howard Bristol.
Vestuario: Adrian West.
Música: Leo F. Forbstein, basado en el tema del "Movimiento Perpetuo número 1" de Francis poulenc.
Sonido: Al Riggs.
Montaje: Wiliam H. Ziegler.
Producción: Sidney Bernstein y Alfred Hitchcock,
Producción: Transatlantic Pictures, Warner Bros Pictures; Esudios: Warner Bross ; Distribución: Warner Bros
Intérpretes:
James Stewart: Rupert Cadell,
John Dall: Shaw Brandon,
Joan Chandler: Janet Walker,
Sir Cedric Hardwicke: señor Kentely,
Constance Collier: señora Arwater,
Edith Evanson: señora Wilson,
Douglas Dick: Kenneth Lawrence,
Diack Hogan: David Kentley,
Farley Granger: Philip.
Sinopsis:
James Stewart, Farley Granger y John Dall protagonizan esta obra de suspense, basada en un asesinato real. Dos amigos, Shaw Brandon (John Dall) y Philip (Farley Granger) estrangulan a un compañero de clase para sentirse superiores intelectualmente y posteriormente dan una fiesta para los amigos y familia de la víctima, sirviendo el ágape sobre el baúl en el que han ocultado el cadáver. Cuando la conversación toca el tema del 'asesinato perfecto' su amigo, profesor y mentor (James Stewart) empieza a sospechar que sus estudiantes han podido hacer realidad sus teorías intelectuales.
Comentario:
The Rope inaugura varios acontecimientos relevantes en la filmografía de Alfred Hitchcock: el director se convierte en su propio productor, a través de la Compañía Transatlantic, y realiza su primer film en color; en el aspecto técnico se enfrenta al reto de reducir al mínimo el montaje o la edición, (a lo sumo doce cortes), que de esta forma abandona su papel de sujeto de la enunciación, dejando la construcción de la diégesis discursiva en manos casi exclusivas del director, que intentará mostrar su capacidad con un solo plano - secuencia.
Además de la incomodidad que suponía el ir apartando objetos, muebles, dotados de ruedas, y tabiques que se desplazaban por raíles silenciosos al paso de las cámaras, el director británico se enfrentó a otros problemas en su adaptación de una obra de teatro de Hume Cronyn, lo que obligó al guionista, ArthurLaurents, a modificar diálogos para acercar los personajes a la idiosincrasia americana, lo que no logra del todo, ya que Brandon y Philip evocan a estudiantes de Oxford o de Cambridge y son demasiado estirados para la Universidad norteamericana de Harvard. Nos encontramos con el problema a la inversa, cuando Gregory Peck interpreta a un letrado inglés en El proceso Paradine.
La puesta en escena es absolutamente teatral, y la estructura muy discutible, optando por hacer pasar a uno de los personajes delante del objetivo para cerrar en negro cada vez que necesitaba recargar la cámara. El objetivo de este 'truco', como el mismo director lo denomina, era realizarla en un solo acto, respetando las unidades de tiempo y lugar de la obra dramática: un solo plano y 45 minutos, a los que debemos añadir la secuencia inicial que integra los títulos de crédito, único momento en que el director snob puede incrustarse en el film, paseando ante la puerta del apartamento de los protagonistas, filmado en un picado tan fuerte que se aproxima al plano cenital. Posteriormente se arrepintió de esta osadía, que le provocó problemas incluso con el tratamiento de la luz, ya que la historia comenzaba a los 19 h 30 minutos y concluía a las 21 h 15, igual que la representación teatral. En la última escena el living-room donde se comete el crimen se inunda de luces en tonos rojo y verde, que proceden de parpadeantestubos de neón que penetran por las cristaleras del ancho mirador.
"Actualmente, cuando pienso en ella, reconoce el director a François Truffaut, me doy cuenta de que era completamente estúpido porque rompía con todas mis tradiciones y renegaba de mis teorías sobre la fragmentación del film y las posibilidades del montaje para contar visualmente una historia. Sin embargo, rodé la historia teniendo en cuenta un montaje previo...". Otro problema, no menor, fue la introducción del color, que acababa con el reino de las sombras, parafraseando a Maximo Gorki, pero también con los mitos cinematográficos del blanco y negro. Ahora el resultado dependía del gusto artístico del operador.
Pero los problemas no vinieron sólo de los aspectos económicos y financieros, sino de la diferente mentalidad de ingleses y norteamericanos; ambos países tenían sus correspondiente censuras, en Inglaterra a cargo del Lord Chamberlain, figura muy retratada en producciones cinematográficas. Los ingleses tenían, y tienen, clases sociales más rígidas que los norteamericanos, pero a la vez, como europeos, eran más tolerantes en ciertas cuestiones éticas. En la época en que se rodó Rope, no se podía mostrar en la pantalla a un hombre y una mujer en la misma cama, fueran matrimonio o no. Uno de los dos debían tener los pies en el suelo (conviene que nos fijemos en el cine clásico). Mucho menos podían los cineastas tratar abiertamente de lo que denominaban 'eso', que no era otra cosa que la convivencia en pareja de dos homosexuales, no marginales, sino de la high society, que mantenian una buena relación con un profesor de filosofía, Rupert Cadell (James Stewart), que sido amante de uno de ellos, por lo que conocía ciertos hábitos cotidianos íntimos del mismo. Ninguno de los grandes actores se prestaba a desempeñar el papel, actitud basada en el temor de las compañías de que los tenían en nómina, como Gary Grant, o Gregory Peck, fueran asimilados por su público con el personaje y acabara depreciando el caché de la estrella. Cuando James Stewart aceptó, desapareció esta característica del personaje y se convirtió en un sabueso capaz de resolver el enigma que rodeaba la desaparición del joven asesinado y su no asistencia a la cita, gracias a su inteligencia y perspicacia y al error indiscutible que cometen los actores del crimen: olvidar deshacerse del sombrero de la víctima,que lleva sus iniciales, y que la criada pone en manos del profesor por equivocación.
El profesor, sus explicaciones y comentarios irresponsables, irónicos y diletantes en torno a la teoría del superhombre de Nietszche, sacada de contexto, son responsables de que mentes inmaduras, superficiales y sin capacidad de abstracción intelectual, malinterpreten las lecciones de su profesor, y en un acto de soberbia y necedad lleguen a la conclusión de que el crimen es un arte reservado para las clases superiores, de las que forman parte, legitimadas para ejercer la violencia sobre sus víctimas, inferiores y de vidas insignificantes. Ser débil es un error, es vulgar. Su vanidad, especialmente la de Brandon, le impide ver que si hay un ser inferior en la sala, un asesino es él mismo, al que no va a juzgar un profesor, como si se tratara de un certamen científico, sino la propia sociedad, que les tiene reservado a ambos , en un país en el que existe la pena de muerte, el mismo destino que al joven que yace en el arcón. Carentes de las nociones del bien y del mal, que sólo necesitan los hombres inferiores, hay diferente grado de conciencia y locura criminal entre los dosjóvenes: Philip es mucho más 'débil', o mejor, consciente de la perversidad de su acción y la puesta en escena de un engaño terrorífico, mientras Brandon mantiene su cinismo hasta el final, en ese plano obtenido con cámara fija, en la que los tres personajes miran al objetivo como esperando el aplauso del público.
Alfred Hitchcock ha sido no sólo el maestro de grandes directores hasta la actualidad, sino que nos ha dejado grandes obras que no podemos tener el lujo de desconocer. Ésta es una de ellas.
Una recurso que busca siempre la nota disonante, la originalidad, es que el personaje de la víctima mortal, que aparece en el film apenas si llega a un minuto, protagoniza el trailer, despidiéndose de su novia con un "hasta luego". Nadie lo verá más, ni dentro ni fuera de la ficción cinematográfica.
Una recurso que busca siempre la nota disonante, la originalidad, es que el personaje de la víctima mortal, que aparece en el film apenas si llega a un minuto, protagoniza el trailer, despidiéndose de su novia con un "hasta luego". Nadie lo verá más, ni dentro ni fuera de la ficción cinematográfica.
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