El último atardecer. Robert Aldrich.








Ficha técnica:

Título original: The last sunset.
País: USA.
Año: 1961.
Duración: 108 minutos.
Dirección: Robert Aldrich.
Asistente director: Thomas JJ.Connors, Jr.
Guión: Dalton Trumbo, basado en la novela "Sundown  at crazy horse" de Howard Rigsby
Dirección de Fotografía: Ernest Laszlo, A.S.C. Color: Eastman color de Pathe.
Música: Ernest Gold; dirección de Joseph Gershenson.. "Pretty little girl in the yellow dress": musica de Dimitri Tiomkin, letra de Ned Washington.
Directores artísticos: Alexander Golitzen y Alfred Sweeney.
Decorador del set: Oliver Emerit.
Edición: Michael Luciano, A.C.EE.; supervisión:  Edward Mann, A.C.E.
Sonido: Waldon O. Watson, Donald Cunliffe.
Producción: Eugene Frenke y Edward Lewis
Vestuario mujeres: Norma Koch.
Maquillaje: Bud Westmore.
Peluquería: Larry Germain.
Suevia Films. Universal Internacional, Brynaprod, S.A.

Intérpretes:

Rock Hudson: Dana Stribling.
Kirk Douglas: Brendan 'Bre' O'Malley,
Dorothy Malone: Belle Breckenridge.
Joseph Cotten: John Breckenridge.
Carol Lynley : Frank Hobbs,
Regis Toomey: Milton Wig.

Sinopsis:

Brendan O'Malley, un antiguo pistolero, llega a México para encontrar a un antiguo amor  Belle Breckenridge, casada con un borracho, mientras se prepara para conducir un rebaño a Texas. Tras los pasos  de O'Malley va Dana Stribilng, un vengativo sheriff que tiene motivaciones personales para entregarlo a los jueces. Ambos se unen en el viaje a Breckenridge y su esposa. La tensión va aumentando a medida que  Stribling comience a cortejar a Belle y O'Malley a su hija Missy.

Comentario.

El  último atardecer es una buddy movie, un cuerpo a cuerpo entre Rock Hudson, en el papel del sheriff Dana Stribling, y Kirk Douglas en el de  Brendan O'Malley, enamorados de la misma mujer, compañeros de  trabajo circunstanciales y enfrentados por  el pasado.  En  la travesía por el desierto, con el objetivo de trasladar las vacas desde Aguascalientes en México hasta Texas,  Robert Aldrich  nos muestra tanto las bellezas reconditas de los solitarios parajes por los que transitan sus protagonistas, entre ellas  los fuegos de San Telmo que rodean al ganado, como  los riesgos que acechan  a los animales y sus guías, ya fueran  de índole  natural, tormentas o  arenas movedizas,  o  humana: enfrentamiento con indios  y pistoleros.

En varias ocasiones  el espectador puede oír cantar a Kirk Douglas, una de ellas en español, y siempre rondando a una mujer: Missy, la hija de su amada Belle. O'Malley siente predilección por las Lolitas, aun sin saberlo. Persigue a la madre a la que había visto por última vez cuando era un niña  de diciseis años como ahora  la hija, que se le ofrece como el prototipo de la mujer de la sociedad patriarcal, cuyas mejores cualidades, a pesar de funcionar como un hombre y vestir pantalones, eran  las de saber coser, fregar y cocinar.

Orgullosos señores sureños, como el matrimonio Breckenridge, derrotados en la Guerra de Secesión, se mezclan en enredos amorosos con simples empleados, como los llama  John  el  marido de Belle, un hombre 'cobarde' y borracho que no quiere luchar y desertó del ejército, casi su única virtud en palabras de  O'Malley. Tras su última noche en Méjico y la entrada en territorio norteamericano, en Texas, la historia da un giro radical y adquiere tintes de tragedia griega, en la que los personajes deben cumplir su destino, que ya poco tiene que ver con sus sentimientos y deseos de venganza. En el incesto no hay pecado si se evita su consumación y se mantiene oculto, viene a decir Robert Aldrich; los hombres desconocidos, los peones, los que no tienen peso ni importancia, no comprenden la inexorabilidad de las leyes en determinadas circunstancias ni qué empuja a Dana a ejecutar su sentencia. Lo que éste ignora es que  es un instrumento de su oponente, al que se enfrenta en un duelo final  que en realidad es un suicidio.

El último atardecer es un western crepuscular, en el que indios y pistoleros son un residuo del pasado, pero en el que el sheriff todavía no tiene credibilidad como agente de la Ley, y le cuesta muy poco adquirir su estrella, símbolo del poder que representa. Notable recepción de la crítica a un film de Robert Aldrich.

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