Amanecer. Parte I. Bill Condon.










Ficha técnica:


 Título original: The twillight Saga: Breaking dawn (part 1)
 País: USA.
 Año: 2011.
 Duración: 117 minutos.
 Dirección: Bill Condon.
 Guión: Melissa Rosenberg, basado en la novela de Stephenie Meyer.
 Dirección de Fotografía: Guillermo Navarro.
 Música: Carter Burwell.
 Montaje: Virginia Katz.
 Vestuario: Michael Wilkinson.
 Diseño de producción: Richard Sherman.
 Productores: Vick Godfrey, Stephenie Meyer y Karen Rosenfeit.
 Compañías productoras: Imprint Entertainment, Summit Entertainment, , Total Entertainment, Zohar International. Distribuidora: Aurum.

 Intérpretes:

 Kristen Stewarth: Bella Swan,
 Robert Pattinson: Edward Cullen,
 Taylor Lauther: Jacob Black,
 Dakota Fannig: Jane
 Michael Sheen: Aro,
 Maggie Grace: Irina Denali,
 Ashley Greene: Alice Cullen,
 Nikki Reed: Rosalie Hale,
 Jackson Rathbone: Jasper Hale,
 Billy Burke: Charlie Swan,
 Peter Facinelli: Dr. Carlisle Cullen,
 Mia Maestro: Carmen Denali.


Sinopsis:


“La saga Crepúsculo: Amanecer – Parte 1″  desvela  los secretos y misterios de este romance épico que ha cautivado a millones de personas en todo el mundo. En este nuevo capítulo, los protagonistas Bella Swan y Edward Cullen tendrán que hacer frente junto a sus seres queridos a la cadena de acontecimientos ocasionados por su boda, su romántica luna de miel y el nacimiento de su primera hija… que trae consigo una imprevista y sorprendente consecuencia para Jacob Black.


 Críticas.

 Esta saga vampírica, cuyos protagonistas son adolescentes 'guapos de la muerte' ha cosechado tal respuesta entre los jóvenes y algunos no tan jóvenes, que la crítica ha decidido prestarle por primera vez atención y considerar que no es suficiente criterio para orillarla el aplicarle la etiqueta mainstream. Con un bello envoltorio se vende conservadurismo a raudales y una visión de la adolescencia pacata, cursi y meliflua (Beatriz Martinez). La nueva entrega, dirigida por Bill Condon, tiene mayor dinamismo y carga emocional y se vuelve oscura con la conversión de Bella en reina-vampira, perdida ya la inocencia, apareciendo el deseo insatisfecho, las dudas existenciales y la toma de decisiones más trascendentes. "Así, Amanecer (parte I), más allá de los prejuicios, se erige como una película virtualmente poderosa, repleta de vericuetos, de elementos sugeridos, , dirigida con intuitiva perspicacia por un director que sabe moverse a la perfección en los márgenes de la industria para después bucear en ella con tranquilidad, que recupera a Carter Burwell y su estupenda banda sonora y que, por fin, tiene algo más de víscera y menos de pose. (Beatriz Martinez. Dirigido por...Diciembre 2011) 

Otras críticas no son en absoluto tan condescendientes; Peter Travers (Rolling Stone) la considera la peor entrega de la saga, y no es el único. La ausencia de elementos del género, como la sangre, el sexo o la emoción la convierten en una cinta fallida. La belleza y la juventud, la unión de lo real y lo fantástico que le da un morbo muy moderado, son sin duda el gancho que ha atraído a tantos jóvenes a los cines, dotarla de otros significados más adultos e intelectuales será siempre controvertido. 

Comentario.

El título  Amanecer no parece tener mucho sentido cuando ves la película, que debiera haberse llamado Tres bodas y un funeral : la semilla del diablo.Gran parte del metraje se consume en los preparativos de la unión matrimonial, ( no sé que tienen que ver las madres en esto para que la institución tenga el origen de su denominación en la raíz  mater, y desde luego menos se comprende en  relación con la de Bella, la invitada de piedra la 'mala' que se ha ido con otro y está condenada a un papel secundario). La novia aparece dando los últimos retoques a su aderezo en  la casa del novio, mucho más rica y aparente que la suya, una barraca prefabricada de las que abundan en el país de las oportunidades; el decorado montado en el jardín es el más convencional, y en él se ha evitado cualquier detalle gótico o alusivo a la naturaleza vampírica de sus dueños, sustituida por un atrezzo blanco que se extiende hasta los árboles. Al pie del 'altar' espera a la novia, subida en unos tacones Luis lo menos XVII, un novio con cara de pánfilo, a pesar de la importada mirada intensa,  pero que es capaz de destruir el lecho nupcial, incluido el dosel, en la desvirgación de la desarmada novia, que, por otra parte, disfruta de lo lindo con semejante desenfreno. Una se pregunta qué ritual se seguirá para un no muerto, pero tampoco vivo. La solución escoge la línea del medio: el matrimonio civil.

La boda se sucede ante los ojos de los espectadores en tres ocasiones, dos en forma de pesadilla y la tercera real, lo que provocará la satisfacción de los amantes del bodorrio y disgusto del resto. El viaje de novios a Brasil, concretamente  a Río de Janeiro, no tiene tampoco desperdicio. Nuestro vampiro es tan light que  puede soportar a la perfección la gigantesca imagen de 'Cristo Redentor'  con los brazos abiertos en forma de cruz, que emerge sobre el pan de azúcar que domina la bahía; no le sale ni un grano. Es más, su mentor, Carlisle Cullen (Peter  Facinelli) le había regalado, tras la etapa oscura de su vida, una isla repleta de santeros y dominada por la inmensa cruz, a la que se llega en una pequeña lancha. La iniciación de la virgen de 16 años  en el amor  produce un embarazo que ríete del de Polanski, aunque en este caso  la  bebé es  tan 'Bella' como su madre y provoca la imprimación del agresivo licántropo, Jacob. Lo que queda del film se lanza por los derroteros más escatológicos y lisérgicos, dentro del orden de una cinta   políticamente correcto.

El objetivo de una muchacha de bien es encontrar un marido rico, guapo, que la lleve de viaje de novios a países exóticos, sellando el compromiso con una descendencia necesaria. El paso más difícil y traumático es el de abandonar todos tus principios e incorporar los de él, simbolizado en el último primerísimo primer plano de esos ojos, ahora rojos, de Bella. Formalmente la cinta va ablandando las mentes de las jovencitas y preparándolas para este magnífico sacrificio, con un abuso de primeros planos en los que Bella se acaricia la cara y las partes del cuerpo que el hombre ha tocado (labios, ojos, hombros...) intentando revivir el placer que le ha producido esa relación erótica y salvaje que le ha dejado el cuerpo lleno de magulladuras. ¿Se puede pedir más? Una vez realizado el trámite del casorio se puede tolerar hasta que te muelan a palos.

Pero es más,  la saga, y especialmente la película que comentamos, no está exenta de deshonestidad. El cine adolescente es consustancial con la  provocación e incluso la escatología, actitudes que  distancian a los jóvenes de sus mayores. El film de Bill Condon es políticamente correcto, ha desaparecido  la iconografía vampírica, y sus  criaturas se reflejan en los espejos, van a clase a plena luz del día, no exhiben colmillos en ningún momento, a diferencia de sus inferiores, los licántropos, a los que vemos transformarse en lobos, y no matan a seres humanos; comen carne cruda como quien consume carpaccio, jamón o anchoas, pero sin adobar. Viven en casas luminosas, en las que las paredes se han sustituido por el cristal y la decoración de sus casas  es vanguardista y acorde con el estatus social de sus moradores, a los que nadie intenta apartar de su lado con un crucifijo ni un matojo de ajos. De este modo todos conviven juntos, criaturas y humanos vivos, y cruzar la línea es ideal, sólo tiene ventajas: velas y eres inmortal, nunca envejeces y acumulas riquezas. Sólo los recalcitrantes están condenados a vivir en casas prefabricadas, disponer de coches aptos sólo para el desguace y  con decoración de mercadillo o de tiendas de todo a un euro.

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