El dictador. Larry Charles.






Ficha técnica:

Título original: The dictator.
País: España/USA.
Alo: 2012.
Duración: 83 minutos.
Dirección: Larry Charles.
Guión: Sacha Baron Cohen y  Alec Berg, David Mandel  y Jeff Schaffer.
Dirección de fotografía: Lawrence Sehr
Música: Erran Baron Cohen.
Dirección artística: Greg Berry.
Dirección de sonido: Giles Kahn.
Montaje: Greg Hyden.
Vestuario: Jeffrey Kurland.
Maquillaje: Diana Choi.
Peluquería: Erika Abberton.
Producción: Anthony Hynes, David Mandel.
Dirección de producción: Anna Cassina.
Diseño de Producción:  Victor Kempster.
Compañías.Producción: Kanzaman Services, Two Films. Distribución: Paramount Pictures Spain.





Intérpretes:

Sacha Baron Cohen: Aladeen,
Sayed Bradeya: Omar.
Michele Berg: Madre,
Ben Kingsley:  Tamir.
Zoey: Anna Faris,
Jessica St Clair: Denise,
Anna Katerina: Angela,
Jason Mantzoukas: Nadal,
Cuco Usin: asesino.


Web oficial.


Sinopsis:

Haffaz Aladeen (Sacha Baron Cohen), tiránico dictador del estado norteafricano de Wadiya, viaja a Estados Unidos junto a su tío y fiel consejero (Ben Kingsley) para evitar que un inspector de la ONU meta las narices en sus instalaciones secretas de armamento.

Comentario.

Con ese humor escatológico y bizarro que caracteriza el cine de  Saha Barón Cohen, que ha contado con la colaboración en tres ocasiones de Larry Charles (Borat, Bruno), desacraliza y ridiculiza la cuestión del Oriente Próximo y los conflictos con Irán y Libia, que acabaron con las trágicas muertes televisadas de sus respectivos líderes (el ahorcamiento de Sadam Husseim, que vio el muno en directo, y el linchamiento de El Gadafi ). Siempre hay un  portador de un móvil o un cámara discreta que hace fortuna vendiendo estas imágenes a los espectadores de escenas cruentas, que vistas en la TV, son asimiladas como ficticias. Algún internatuta se pregunta si ha cambiado tanto el mundo entre El dictador de Chaplin y  el de Sacha Baron Cohen. Hay que responderle que,  gracías a la evolución histórica,  sí, sobre todo porque la ley todavía no da licencia para matar.

Tenemos sentido del humor, pero preferimos el de los Monty Phyton. mordaz, inteligente y probablemente molesto para ciertos sectores, como sucede siempre que se utiliza el humor y la ironía, pero siempre elegante e inteligente.

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