J.F.K.Caso abierto. Oliver Stone.






Ficha técnica:

Título original: JFK
País: Estados Unidos.
Año: 1991.
Duración: 189 minutos.

Dirección: Oliver Stone.
Guión: Oliver Stone y Zachary Sklar, basado en los libros On the Trial of the assassins de Jim  Garrison; The plot to killed Kennedy, de Jim Marrs.
Dirección de Fotografía: Robert Richardson.
Música: John Williams. Montaje: Joe Hutshing y Pietro Scalia.

Producción: Itxlan Corporation & A. Kitman Ho, para Warner Bros; Canal +, Le Studio Canal +, Regency Enterprises, Alcor Films.


Intérpretes: 


Kevin Costner: Jim Garrison,
Tommy Lee Jones: Clay Shaw,
Laurie Metcalf: Susie Cox,
Gary Oldman: Lee Harwey Oswald,
Jay O. Sanders: Lou Ivon,
Sissy Spaeck: Liz Garrison,
Joe Pesci: David Ferrie,
Bryan Doley-Murray: Jack Ruby,
Jim Garrison: Juez Earl Warren.


Pemios (Filmaffinity):


 1991: 2 Oscars: Mejor fotografía, montaje. 8 nominaciones
 1991: Globo de Oro: Mejor director (Oliver Stone). 4 nominaciones
 1991: 2 BAFTA: Mejor sonido, montaje. 4 nominaciones.

Sinopsis:


El fiscal de Nueva Orleans  Jim Garrison reabrió el caso del asesinato del Presidente de Estados Unidos John F.Kennedy y presentó cargos contra algunas personas. Después de entrevistar a numerosos  testigos oculares de Dallas  y entrevistarse con  personas relacionadas con los hechos, mantuvo la tesis de que el magnicidio fue el fruto de una conspiración en la que podrían haber intervenido el FBI, la CIA y el propio Vicepresidente Lindon B. Johnson.

Comentario:


JFK es probablemente el film que ha logrado mayor unanimidad en torno al controvertido director, un realizador en el que con frecuencia  la balanza se inclina hacia el documentalismo, enlazando de este modo con la tradición europea y alejándose, en cierta medida, del género, de fuerte enraizamiento en Norteamérica, comenzando por el de más peso en la nación: el western. No olvidemos que Kennedy fue asesinado en Dallas. Fernando Morales, crítico del diario El País habla de montaje de ensueño  e interpretaciones de altura y Miguel Ángel Palomo, del mismo rotativo, de  película innovadora y rupturista. Pablo Kurt señala que incluyó por primera vez una cinta casera que mostraba por primera vez el asesinato con detalle.

J.M. Caparrós Lera la selecciona en su 'Breve historia del cine americano', describiéndola como una impresionante puesta en imágenes del "Informe Garrison" (basado en su libro Tras la pista de los asesinos) y de otros textos conocidos, acerca de una posible confabulación gubernamental para asesinar al presidente John Fitzgerald Kennedy, en la cual estarían implicados la Mafia, el  FBI y la CIA, junto a exiliados anticastristas y algunos militares. Lo cual redundaría en teorías expuestas de forma reiterada  por el  realizador (Wall Street , 1987, y Wall Street .El dinero nunca duerme , 2010) de que el motor de la historia es la avaricia. "A Kennedy le mataron varios miembros del Gobierno de Estados Unidos por oponerse a la Guerra Fría y por negarse a enviar tropas de combate a Vietnam, afirma el realizador. ¿Cuál era el interés de los opositores al Presidente?

Oliver Stone intenta demostrar en contra del Informe Warren y las tesis mantenidas por la justicia norteamericana, las conclusiones del fiscal Garrison (Kevin Costner) y las ha transformado en una narración coherente con  sus propias intuiciones, presentadas como simples especulaciones que se insertan en una época conflictiva, recreando ambientes sórdidos y personajes notables, utilizando como instrumento estilístico un montaje dinámico y tremendamente analítico, que  disfruta de  un recurso de primer orden en la construcción de la diégesis: la música de John Williams, para trasladarnos como testigos  de los acotecimientos más graves que se produjeron en la primera potencia mundial del momento  que condujeron al magnicidio.

El estreno fue precedido de una gran polémica, -un  59% creía en la veracidad de la interpretación de Oliver Stone-, que a veces se nos escapa a este lado del Atlántico, por el desconocimiento de la idiosincrasia del pueblo norteamericano y un mapa ideológico que Kevin Smith  se encarga de difundir en su último film Red State. El atentado terrorista en un cine de Aurora, (Estado de Colorado)  que ha costado doce víctimas  mortales y casi cincuenta heridos, algunos graves, en el estreno de la última entrega de El caballero oscuro de Christopher Nolan, fue  precedido de un intenso debate, (hubo que cerrar chats de periódicos),  sobre si el malo de la película, Bane,  es una parodia de Mitt Romney, candidato republicano en alza. La desorientación que nos produce el hecho  muestra el desconocimiento  que tenemos, no sólo de la realidad de un país en el que cualquiera  puede acceder a las armas de fuego, bajo el paraguas de la Asociación Nacional del Rifle, sino de las polémicas caseras y locales en que se debate el país.

En el asesinato de J.F.K. el magnicidio cayó sobre las espaldas de  Lee Harvey Oswald, que fue a su vez asesinado en el interior de la propia prisión cuando iba a ser trasladado de penal, aunque el única asesino confeso, tiempo después, fue  James Files, que afirma que disparó desde detrás de un montículo de hierba en la Plaza Dealey de Dallas. Oliver Stone, en la versión de Caparrós no evita ni la demagogia, ni un cierto maniqueísmo fácil, que alcanza alguna concesión en torno a los homosexuales, e incluso imágenes de la autopsia de Kennedy, que resultan un tanto desagradables. Lo cierto es que el film del cineasta  obligó al gobierno a reabrir el caso, oficialmente cerrado en 2009, y, a pesar de que fue uno de los mejores títulos  de la década de los 90 sólo recibió la recompensa de la Academia de Cine con dos premios secundarios: mejor  fotografía y mejor montaje. Algo huele a podrido en Dinamarca diría Shakespeare a través de su príncipe Hamlet.

Siempre hemos coincidido con el papel que juega el cine, abriendo ventanas al mundo, y si Oliver Stone obligó a reabrir una investigación, nos preguntamos qué hacía la prensa, el cuarto poder del estado. La experiencia demuestra que todo es venal.


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