Solo es el principio. Pierre Barougier y Jean Pierre-Pozzi.





Ficha técnica:

Título original: Ce n'est qu'un  début.
País: Francia.
Año: 2010.
Duración: 97 minutos
Dirección : Pierre Barougier y  Jean-Pierre Pozzi.
Dirección de fotografía: Pierre Barougier, Jean-Pierre Pozzi, Matthieu Normand y Andrés Mendoza. Color.
Música: Anoar Brahem.
Montaje: Jean Condé y Olivier Cuinat.
Productor: Cilvy Aupin.
Productores ejeutivos: Frédérique Albrecht, Isabelle Gripon y Jonathan Martinot. Compañías:  Ciel de París Prodution. Distribución: Good Films.


Intérpretes: doumental.

Sinopsis:

El film gira en torno a las clases de filosofía que imparte una maestra, Pascaline Dogliani, a  sus alumnos de entre tres o cuatro años de edad, en el contexto de un curso de escuela maternal Jacques  Prévert en Le-Mée-sur-Seine, una población situada en la región de Île-de-France, a unos 40 kilómetros al sudeste de París. En torno a una  vela encendida, los niños van debatiendo con la profesora sobre temas como la amistad, el amor, la inteligencia, la libertad o la muerte, de las que a tan tierna edad los niños ya tienen ligeras nociones.

Críticas:

Carlos Tejada (Sólo es el principio. Enseñar a pensar desde niño. Dirigido por...Septiembre 2012) opina que " si  hay algo que ha demostrado la crisis actual es que ni tan siquiera unos privilegiados conocimientos en economía son suficientes para dar soluciones mientras predomine, precisamente, esa ausencia de valores, muchos de los cuales los aportan las humanidades. Y mientras nuestros poderes políticos no tomen plena conciencia de ello y sigan relegando a un segundo plano las bases de una sociedad, como son la propia enseñanza o la cultura, seguirán contribuyendo a hacer cada vez más reales las sociedades que describieron en su día George Orwell, Aldou Huxley o Ray Bradbury. Puede que sea una utopía, pero  Sólo es el principio".

Comentario:

Hay dos cuestiones que suscitan la controversia: la primera es la invasión de películas francesas de cualquier género  en las salas de proyección españolas, algunas, como ésta, del  2010,  y la segunda  la preocupación de nuestros vecinos y países de cultura francófona, como Canadá, por la educación, uno de los pilares del welfare State o  estado del bienestar. Películas como Ser y tener (Éter et avoir, 2002), La Clase (Entre les murs, Laurent  Cantet, 2008) o Profesor Lazhar ( Monsieur Lazhar,  Philippe Falardeau, 2011)

Aunque todo el mundo está implicado en la educación, bien porque tiene  hijos, nietos, sobrinos, amigos,etc,  en edad escolar o porque se somete a una formación permanente, es curiosa la ignorancia que se exhibe cuando se debate sobre el tema. Dos ejemplos recientes que muestran que, en muchas ocasiones, más que una buena enseñanza o formación, los padres buscan aislar a sus hijos de las bolsas de pobreza y marginación que se concentran en los centros de  enseñanza  pública y atrincherarlos en ghettos elitistas, que a veces no lo son tanto, por la escasez de colegios auténticamente elitistas, prohibitivos por otra parte  para la mayoría de la población. Dice Carlos Tejeda que la enseñanza española está más enfocada a la memorización que a la reflexión, lo que hoy es un aserto equivocado; la muy denostada LOGSE intentaba introducir el constructivismo (lo que hace la profesora francesa), muy en boga en los países nórdicos que consiste en construir conocimientos a partir de las ideas previas que todos poseemos desde niños. La resistenta fue de tal calibre que se asoció el método al fracaso escolar,  a la decadencia de una cultura del esfuerzo, es decir al ejercicio de la memoria, en el que pesa más la 'erudición' que la capacidad crítica y reflexiva. Hoy sólo los chinos practican esta metodología, y parece que estamos dispuestos a seguirles en todo: salarios, horarios laborales, y educación. Las élites chinas buscan la formación de la inteligencia emocional de sus hijos y los mandan a Occidente. Curioso.

Pero vayamos a los ejemplos anunciados.  No hace mucho me dijo un coordinador universitario  de las pruebas de selectividad que la forma de paliar  la igualdad que introducían las becas Erasmus, que favorecen la movilidad de los estudiantes europeos, era enviar a sus hijos a estudiar a  países a los que no llegaran líneas aéres de low cost. Desgraciadamente para él cada vez quedan menos lugares a los que no lleguen estas compañías que ofrecen precios bajos a los estudiantes para poder volver a casa en vacaciones, aunque es probable que quede algún lugar anclado en el neolítico, donde por otra parte sus retoños gozarán de un paisaje natural sin  impactos medioambientales. El otro ejemplo  tampoco tiene desperdicio: ayer, quince de septiembre de 2012, en una tertulia de una emisora radiofónica 'progresista' los tertulianos comenzaron a hablar de la educación de sus  hijos, exiliados a los Estados Unidos para huir de tanta pobreza intelectual como  la que anida en España, y lo más sonrojante del caso es que estaban gozosos y exaltados con  la metodología del país de las oportunidades de la que disfrutaban  sus retoños: para favorecer la reflexión les hacían realizar un dibujo con macarrones (si, macarrones) pegados en una hoja de papel y luego debatir sobre lo que habían querido expresar  con  la ordenación de la pasta. Parece que la orientación del método  francés  se acerca mucho más al que se sigue mayoritariamente  en los centros públicos españoles.

La convivencia multicultural y  multiracial, que refleja el cartel y el trailer  que anuncia la película es más enriquecedora inteletualmente que los anuncios de Benetton. Se me puede decir que ciertos colegios de élite reúnen también a niños de diferentes procedencias, y es verdad. ¿Qué varía pues? el tipo de informaciones que se intercambian, que se castran con la formación de los ghettos que forman universos paralelos que nunca se van a comunicar entre sí.

Es muy positivo el   esfuerzo que se hace en Francia para educar a su población, y es un poco triste que en otros países como el nuestro, cada vez que las cámaras se acercan a los centros educativos lo hacen cargados de prejuicios y muy complacientes con la adolescencia y  las pasiones y monstruos que acompañan a esta etapa de la formación humana. Pocas veces se hace desde una perspectiva adulta y formadora de la sociedad en su conjunto. ¿Será porque durante mucho tiempo predominó la enseñanza memorística, que añoran los sectores más conservadores de la sociedad?

Cmrl


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