Cosmopolis. David Cronenberg.




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En la era de la posmodernidad, superado el marxismo e inmersa la sociedad desorientada en una profunda crisis económica, social, moral y filosófica, un nuevo fantasma recorre el mundo, el espectro de la indignación, que poco a poco va tomando corporeidad en movimientos como Ocupemos Wall Street o Primaveras  árabe, valenciana... David Cronenberg, realizador  y guionista canadiense, muy  conocido por los adictos al cine, que junto a Carpenter y Craven  fue  englobado en un grupo de cineastas del horror, al que se denominó Las tres C  del género contemporáneo de terror.  Ahora, cuando el pánico se ha instalado en la población mundial tras años de deslocalizaciones y globalización y se produce la 'muerte tantas veces anunciada' por escritores y cineastas,  no se ha querido quedar al margen del temor  que experimenta la sociedad, desnortada y sin cabeza legítima, desprestigiados los rectores financieros y económicos tras la caída de Lehman Brothers, la crisis de las  subprimes, ya casi olvidada cuando se está hinchando otra nueva burbuja, la de la deuda, y sus consecuencias en Europa que vaticinó Don DeLillo, en cuya  obra basa su nuevo film Cosmópolis.

La limusina se convierte para Aurélien Le Genissel en el paradigma del bunker en el que se atrinchera el lobo de las finanzas, perdido todo su prestigio, vehículo que ha hecho notar su presencia en el Festival de Cannes, al que se ha denominado por la prensa el 'Festival de las limusinas', que también lleva a la pantalla. Leo Carax. Desde esta fortaleza el  protagonista se va cruzando con personajes arquetípicos, con una actitud pasota y  desafiante, a la que contribuye la apatía e inexpresividad de Robert Pattinson, aprovechada por el cineasta, para gloria y desquite de sus fans.

El protagonista, sentado en el enorme sofá de su limusina, es lo más parecido a un todopoderosos monarca, capaz de dirigir el mundo con sus órdenes o las inumerables pantallas  fluorescentes que le rodean y desde la que sigue lo que pasa detrás de sus  cristales al tiempo que especula y aumenta su inmensa fortuna.( Aurélien Le Genissel. La limusina como paradigma. Dirigido por...Octubre 2012).

El quid de la cuestión, objeto de reflexiones de todo tipo de expertos en sociología, filosofía o ética, es hasta cuando va a poder soportar la humanidad el sufrimiento que le infringen  unos cuantos. Ya nadie puede ignorar la fuerza que están adquiriendo los movimiento de indignados que DeLillo supo vaticinar se va extendiendo ante la temeridad de las agencias de calificación y sus protagonistas que, en una actitud autodestructiva emblematizada por Packer (Robert Pattinson),  caminan hastiados y aburridos hacia el suicidio y la destrucción.

Cmrl.

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