Malas calles. Martin Scorsese.








Ficha técnica:

Título original: Mean Streets.
País: Estados Unidos.
Año: 1973.
Duración: 107 minutos.

Dirección: Martin Scorsese.
Guión: Martin Scorsese y Mardik Martin.
Música: Eric Clapton, Bert Holland, Mick Jagger, KKeith Richards.
Dirección de Fotografía: Kent Wakeford.
Montaje: Sid Levin.

Producción: Marin Scorsese y Jonathan T.Taplin.
Productor ejecutivo: Sid Levin.


Intérpretes:

Robert De Niro: Johnny Boy Cervello,
Harvey Keitel: Charlie,
David Proval: Tony,
Amy Robinson: Teresa,
Richard Romanus: Michael,
Csare Danova: Giovanni,
Vic Argo: Mario.

Sinnopsis:

Little Italy, New York, otoño de 1972. Vietnam arde todavía y Norteamérica se halla sumida en uno de los periodo más grises de su historia. Los problemas que aturden a Charlie (Harvey Keitel son de corte más mundano. Johnny Boy (Robert De Niro), el primo de su novia, sigue con los ademanes de golfo de barrio, sin importarle las consecuencias. La trama gira en torno a Charlie (Harvey Keitel), sobrino de un gángster de  Little Italy, Giovanni Cappa (Cesare Danova), para el cual trabaja pasando a recoger el dinero que le deben a su tío. Su vida gira alrededor  del local de su amigo Tony (David Proval), un tugurio al que suele ir a beber y a jugar a las cartas, y de su amante Teresa, con la que planea casarse (...) Pero Charlie tiene un  serio problema: su amigo  Johnny Boy (Robert De Niro), primo de  Teresa, un joven alocado que le debe una fuerte suma de dinero a otro mafioso del barrio, Michael (Richard Romanus) el cual  empieza a estar harto de los retrasos y  las evasivas a la hora de pagarle. (Martin Scorsese: un infiltrado en Hollywood. Tomás Fernández Valentí. pág. 31. Ediciones Carena).

Comentario:

'Malas calles' es un exquisito, brillante y salvaje retrato hiperrrealista que hermana dos conceptos tan importantes como el cine negro, tan genuinamente americano y  el neorrealismo italiano, por lo que se convirtió en un film de culto (ABC) . Una buddy movie con dos personajes antitéticos, el haz y el envés de una misma moneda: la prudencia y el narcisismo de  Charlie (Harvey  Keitel)  frente a la temeridad y el desenfado, con algún toque de glamour , como el sombrero de veinte dólares de Johnny Boy (Robert De Niro); una situación acomodada dentro de las organizaciones mafiosas versus una inmersión en los bajos fondos de la prostitución de la familia de Johnny, que desvela que también  en la mafia hay clases. Pero por encima de todo ello la amistad llevada a sus últimas consecuencias  de unos jóvenes que practican la extorsión en ese entramado de protecciones que imponían unos cuantos a la mayoría italiana de Little Italy, una isla en el corazón de la Gran Manzana (The Big Apple), sin que entre ellos hubiera hecho todavía presencia ningún tipo de armas, ni blancas, ni de fuego (A Charli le coge la policía un pequeño cortauñas y lo chantajea con este objeto). La situación acabará polarizándose por el enfrentamiento entre Johnny Boy, con tendencias incendiarias, que practicaba con pequeños artefactos explosivos, y su 'amigo' Michael ( Richard Romanus). Este perfil en cierta medida inexperto  de los muchachos  se manifiesta de forma clara cuando Charlie huye de Little Italy, para esconder a su imprudente amigo,  cruza el simbólico puente de Brooklin, que separa la ciudad especulativa de la trabajadora y se adentran  con temor  en un núcleo en el que no faltan italianos.Un muro separa la fiesta de la tragedia.

Hoy la reflexión de un tertuliano sobre las crisis económicas y sus posibles soluciones me ha dejado meditabunda : "el progreso se consigue en las calles y se frena en los despachos"; Scorsese pone en boca de  su puritano protagonista Charlie un aserto de sentido parejo: "Los pecados no se derimen en las Iglesias, sino en las calles y en la propia casa". Las imágenes de las Vírgenes que presiden los hogares, según una tradición que arranca del culto privado de los primitivos romanos, las fotografías de papas y santos son como  exvotos para granjearse el favor divino, por parte de unos hombre que con una mano encendían  cirios a sus manes y o dioses familiares y con la otra amenzaban y extorsionaban a su gente.

Malas calles tiene su origen en Who's that Knocking at My Door, y está ambientada en las calles de Little Italy durante las fiestas de San Gennaro. Para el papel de Johnny  Scorsese escogió a un joven del barrio al que apodaba 'Bobby Milk' (Bobby Leche, Robert De Niro) porque era muy pálido. No sólo es una obra memorable,  opera prima o no, sino una magnífica oportunidad para ver a dos monstruos de la gran pantalla, Robert De Niro y Harvey Keitel , desenvolverse  en sus orígenes, con rostros adolescente, en los  que ya se estaban imprimiendo las marcas de lo que iba a ser su futuro inmediato, y, aunque el propio director nació y se crió en estas mean streets, y no fue precisamente pacífico en su juventud, es una de las películas sobre las mafias italianas en Estados Unidos menos violenta.

Tomás Fernández Valentí entiende que más que una película narrativa Malas calles es una obra descriptiva, llena de momentos a medio camino entre lo documental y lo cotidiano, que incorpora elementos autobiográficos de su autor, que volverán a reaparecer en  películas posteriores: voz en off del protagonista que en realidad es la de Scorsese, idea que toma de Fellini en Los Inútiles ( I vitelloni, 1953).con el fin de diferenciar la voz espiritual de Charlie de la cotidiana, su amor por el cine, que toma como referencia en los momentos culminantes del film  con cameos de  La tumba de Ligeia, (  de Roger Cornam, 1964), Centauros del desierto (de John Ford, 1956) o Los sobornados (The Big Heat, de FritzLang, 1953);  elección de entornos urbanos, preferentemente New York; hipocondria  y miedo a envejecer del personaje principal , que se mira en el espejo buscando marcas del tiempo, se cuida una mano, que afirma tener mal o huye del sol, la playa y la naturaleza para que no dañen su piel; retrato de ambientes criminales...

En el aspecto formal y de estilo muestra una preferencia por los primeros y medios planos, grandes movimientos de la cámara, largos y virtuosos, escasa iluminación  con lámparas rojas (no filtros de este color) en el local de copas en el que transcurre la mayor parte de la historia, y luz deficiente en las calles donde se venden drogas y  se ofrecen hombres y mujeres para el comercio carnal y la práctica del sexo, momento que aprovecha la cámara para mostrar el sexismo de este peculiar grupo de amigos.

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