Un cadáver a los postres.Robert Moore,





Ficha técnica:

Título original: Murder  by  death.
País: USA.
Año: 1976.
Duración: 90 minutos.
Dirección: Robert Moore.
Guión: Neil Simon.
Casting: Jennifer Shull.
Director de Fotografía: David M.Walsh.
Música: Dave Grusin. 
Director artístico: Harry Kemm.
Decorador del set: Marvin March.
Edición: John F. Burnett, A.C.E. Supervisor edición: Margareth Booth.
Efectos especiales: Augie Lohman.
Producción: Ray Stark.
Diseño de producción: Stephen Grimes.
Productores asociados: Roger M. Rothstein.
Vestuario: Ann Roth.
Maquillaje: Joseph Di Bella.
Peluquería: Vivienne Walker
Columbia Pictures Industries Inc  & Ray Stark Production.; Columbia Tristar Home Entertainment.

Intérpretes ( in diabolical order):

Eileen Brennan: Tess Skeffington,
Truman Capote: Lionel Twain,
James Coco: Milo Perrier,
Peter Falk:Sam Diamond,
Alec Guines: Bensonmum,
Elsa Lanchester: Jessica Marbles,
David Niven:: Dick Charleston,
Peter Sellers: Sidney Wang,
Maggie Smith: Dora Charleston,
Nancy Walker: Maid
Estelle Winwood:  Nurse,
James Cronwell: Marcel,
Richard Narita: Willie Wang.

Sinopsis:

Una mansión solitaria, propiedad del excéntrico millonario Lionel Twain ( el escritor Truman Capote en un papel por  el que estuvo nominado a los Globos de Oro) es el escenario de este enredo. Twain informa a sus invitados de que uno de ellos va a ser  asesinado al filo de la medianoche, y ofrece un millón de dólares a quien descubra al asesino.

Comentario:

Ejercicio de metalenguaje  diletante  para amantes de la literatura y el cine, que gira, especialmente,  en torno a Truman Capote y sus novelas, pero que se puede hacer  extensivo a toda la novela negra, en la que se habla abiertamente de la homosexualidad, por medio de situaciones bizarras y esperpénticas en las que nada es lo que parece (gatos que ladran, diálogos de ciegos y sordos, cuadros a través de los que se espía...) y de unos personajes  que se comportan como unos majaderos, a pesar de estar considerados los mejores detectives de la historia: el chino Sidney Wang, el neoyorquino Dick Charleston, la inglesa Jessica Marbles, el belga Milo Perrier Sam  Diamond  que llega de  San Francisco acompañado de su rubia secretaria. El cine no se limita  a tomarse como referente a sí mismo, sino que llega un poco más lejos y se convierte en una parodia del género en el que se encuadra la propia película.

Magnífica denuncia de la  situación humana de la servidumbre de las clases altas, que fingen  constantemente ser ciegos, sordos y mudos, para no ver ni oír lo que hacen y dicen sus señores y de esta forma no poder reproducirlo jamás. Los secretos que guardan tras sus rostros de esfinge les permite jugar un papel decisivo en la resolución de la trama, en la que el presunto asesino va quitándose caretas hasta desvelar su auténtica y ambigua personalidad, que finalmente esconde al resto.

Se  describe al  millonario-anfitrión y artífice de la investigación de un crimen que aún no se ha cometido, como un ser esperpéntico, un compendio de todas las contradicciones,  hijo de una católica alemana y un judío ortodoxo, detenido en 1932 en Chicago por vender Biblias pornográficas, al que no se pudo juzgar porque la Iglesia se negó a devolverlas; un traficante de trabajadores blancos para la recogida de melones en México. Pero los reunidos no le van a la zaga: Wang, ( Peter Sellers ),  además de razonar de manera deficiente y por medio de refranes, machaca la gramática  suprimiendo artículos y preposiciones ,lo que  saca de quicio al escritor Truman Capote; el belga Milo Perrier, ( James Coco ),  puede morir por una comida; el distinguido y arruinado Dick Charleston ,  (David Niven) que ha malgastado la fortuna de su mujer, maltrata el habla haciendo esquemas ridículos de las situaciones en que se ve envuelto ( punto 1, punto 2...). Finalmente el  detective racista y xenófobo  Sam Diamond, (Peter Falk, el famoso teniente  televisivo Colombo), que juega a la ambigüedad sexual y se  esconde tras su aparente rechazo de los homosexuales, sufre la paranoia de creerse el protagonista de la película  Casablanca de Michael Curtiz, acompañado siempre se su rubia secretaria, una muñeca como aquellas con las que jugaba Humprey Bogart, a la que ni toca, ni besa,

El aspecto más misántropo y sutilmente cínico de la película que dirige  Robert Moore, es la insinuación de que nadie es inocente, ya que  que,  reunidas cinco personas, todas ellas acompañadas por un hombre o una mujer con los que mantienen oscuras relaciones de pareja,  paterno-filiales o de dependencia, con las que comparten cama, y  ofrecerles un millón de dólares de recompensa si descubren al culpable del asesinato que aún no se ha cometido, se desvela que todos tienen un motivo inconfesable para matar al anfitrión.

Film que reúne a un magnífico elenco de actores británicos en torno al escritor de Desayuno en Tiffany, en el que la literatura y el cine, especialmente de detectives, es sometido a exámen, reuniendo en un plató a escritores y actores con experiencia en este tipo de relatos.




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